El original regalo de Camila a sus nietos por Navidad

El primero de enero, día en el que finalizan las vacaciones navideñas de los miembros de la familia real británica con un nuevo paseo hacia la iglesia St. Mary Magdalene, ubicada en la finca de Sandringham, Camila Parker Bowles ha ocupado numerosos titulares en el Reino Unido y no precisamente por el acto oficial. El periódico ‘Daily Mail’ ha publicado en exclusiva cuál ha sido el original regalo que la reina consorte inglesa ha ofrecido a sus nietos este año por Navidad.

Según asegura el reconocido tabloide, la mujer de Carlos III habría llevado a sus nietos durante el viernes 23 de diciembre a disfrutar del concierto de ABBA Voyage en Londres. Sin embargo, no ha sido a los pertenecientes a la monarquía, sino a los retoños, ya adolescentes, de sus propios hijos. A pesar de que, tal y como asegura el medio que posee la información, esta salida familiar al Parque Olímpico Queen Elizabeth fue de bajo perfil, existen testigos que aseguran haber visto a Camila pasando el "momento de su vida" mientras "saltaba en los pasillos del recinto”.

Este dato revela una gran conexión de la reina consorte con la difunta Isabel II, la cual mostró en más de una ocasión interés por el grupo sueco; es más, siempre se ha rumoreado que una de sus canciones favoritas era ‘Dancing Queen’. La mujer de Carlos III habría bailado al ritmo de este hit, acompañada de Lola, Eliza, Gus y Louis, en un espectáculo protagonizado por hologramas, que retransmiten algunas de las mejores actuaciones de la banda. ¿Su precio? Entre 90 y 150 euros por persona, dependiendo de la fecha de actuación.

De esta manera, Camilla Parker Bowles se habría despedido de sus pequeños por todo lo alto antes de partir hacia la finca de Sandrigham, lugar donde, como cada año, se ha encontrado pasando las navidades con su familia política. Su marido, Kate y Guillermo, los príncipes George y Louis, las princesas Ana y Charlotte y los duques de Wessex, Sophie y Eduardo, han sido la principal compañía de la actual monarca en estas fiestas tan señaladas. Así lo probaban las fotografías tomadas el domingo 25 de diciembre durante un acto oficial en la ubicación mencionada.

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Sus hijos, Tom y Laura Parker Bowles, nacidos con anterioridad a su relación con Carlos III, a pesar de ser dos caras a las que les ha sido imposible casi desde el mismo día de su nacimiento ser desconocidas, nunca han tenido intención de formar parte visible de esta institución. Especialmente Laura, la pequeña de los dos, que ha optado siempre por conseguir un perfil discreto, acudiendo meramente a los grandes acontecimientos de la familia real. Por ello, su relación con su madre se limita a la más estricta intimidad.

A pesar de que no sea muy habitual conocer los planes privados de los miembros de las monarquías, en ocasiones sus ganas por disfrutar de planes accesibles al común de los mortales hace que estos últimos se conviertan en fuentes de información para la prensa, tal y como le pasó a doña Letizia con su audiencia privada a Glenn Close en Zarzuela.