La princesa Marie, la gran ausente de la cena de Año Nuevo en Dinamarca

Este pasado domingo por la noche, Dinamarca se vistió de gala, como es tradición, recuperando tras la pandemia la tradicional Gala de Año Nuevo. Estuvieron en el evento la reina Margarita y sus dos hijos, el príncipe heredero, Federico, y el príncipe Joaquín. Pero faltó una de sus dos nueras, la princesa Marie, quien, según la versión oficial, se quedó en París cuidando de su hijo Henrik, que estaba enfermo. No se perdió este evento la princesa Mary, que ha estado de vacaciones en Australia durante estas Navidades.

Para la ocasión, la reina lució un vestido de color azul de terciopelo que ya le habíamos visto y que utilizó para las celebraciones del jubileo de su reinado en septiembre. Es un diseño de escote cuadrado y manga larga que combinó con la tiara de perlas Poiré. Una diadema conocida como ‘Pearl Poiré’ que perteneció a la princesa Luisa de los Países Bajos, su tatarabuela. También la lucieron Alejandrina e Ingrid, abuela y madre de Margarita, respectivamente.

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A la tiara se le unen varias condecoraciones que la reina lució, como son la Cruz del Gran Comendador de la Orden de Dannebrog, el fajín de la Orden del Elefante con su estrella en el pecho y el retrato de Federico IX con diamantes. Por su parte, la princesa heredera lució un vestido que también lo conocíamos de Lasse Spangenberg con salones de color gris y clutch de J. Furmani plateado con diseño de cristales y strass, que combinó con la tiara de rubíes.

Esta tiara forma parte de un conjunto que incluye también pendientes, collar, pulsera y broche, pero que Mary de Dinamarca utilizó en esta ocasión con otro par de pendientes diferentes. Es también conocida como la tiara Napoleón porque la lució la esposa del mariscal Juan Bautista Bernadotte en su coronación. Está realizada con diamantes y rubíes en forma de adornos florales.

Esta joya llegó a manos de la princesa Mary a través de la reina Ingrid, que al fallecer en noviembre de 2000 se la dejó a su nieto, el príncipe heredero, para que se la regalara a la princesa heredera. La primera vez que se la vimos fue en 2004, tres días antes de la boda con el príncipe, en una gala en el palacio de Christianborg en Copenhague. Hace unos años, concretamente en 2010, Mary reformó esta tiara dejándola un poco más corta y redondeada, eliminando algunas de las hojas superiores y laterales, y la ha llegado a utilizar como broches en el pelo.

La princesa Benedikte, hermana de la reina Margarita, lució un elegante vestido de Wichmann Coutoure en color granate que combinó con la tiara Berleburg. Una diadema compuesta de diamantes en punta y rematada por brillantes de talla redonda, intercalados con otros del mismo tipo más pequeños y colocados sobre una base de volutas de diamantes.

Durante siglos, la Casa Real y los daneses se han deseado mutuamente un feliz año nuevo con esta tradicional cena en la que no faltaron ni familia real ni el Gobierno, además del presidente del Parlamento y representantes de la corte. Todos ellos se dieron cita en el palacio de Christian VII en Amalienborg.

Para esta cena de gala, la mesa fue colocada al detalle con un plato de plata, donde se sirve el plato principal, y los guardias se vistieron de gala de color rojo. A pesar de que la presencia de ambos hermanos y sus respectivas parejas fue confirmada en un principio, finalmente la princesa Marie no acudió a la cena alegando la enfermedad de su hijo Henrik. Precisamente, este 1 de enero sus hijos perdían su título de príncipes para pasar a ser condes debido a las controvertidas medidas tomadas este 2022 por la reina Margarita, que no gustaron ni a su hijo menor ni a su mujer y que enfriaron las relaciones en la familia.

La cena tuvo lugar a las ocho de la tarde en el palacio de Amalienborg, donde vimos llegar a todos los invitados, excepto a la princesa Marie, que ni siquiera viajó a Dinamarca, puesto que se quedó en París, donde reside la familia, con su hijo de 13 años, como informó la Casa Real danesa mediante un correo electrónico.

Sí estuvo en la cena el príncipe Joaquín, que no quiso faltar a esta cita precisamente el mismo día en que veía cómo sus cuatro hijos cambiaban de título nobiliario: de príncipes y princesa a condes y condesa. La familia al completo regresaba a París tras una estancia privada en el extranjero y era el hermano menor del príncipe Federico quien se trasladaba solo hasta Dinamarca sin hacer ningún tipo de declaraciones a la prensa allí presente.

Además de vestirse de gala los guardias para esta ocasión, también la bandera de gala fue izada, algo que solo ocurre en el país en ocasiones especiales. Después de la cena, el Royal Life Guards Music Corps tocó un breve concierto de Año Nuevo en la plaza del castillo frente al palacio de Christian VII. Esta gala de Año Nuevo se celebra desde que la familia real se mudó a Amalienborg en el siglo XVIII y además coincide con el día de la Orden del Elefante, por lo que la familia real lleva esta orden en una cadena de oro en sus looks para esta cena de gala. Una orden cuyas raíces se remontan al siglo XV.