Sin rencor: el rey de Suecia y Victoria, juntos tras la polémica opinión del monarca sobre la ley sálica

Sin rencores y en son de paz. Así han aparecido el rey Carlos Gustavo de Suecia y su hija mayor, la princesa Victoria, en un nuevo acto público. Unas imágenes que no nos dirían mucho a priori, ya que comparten numerosos compromisos de la agenda oficial, si no fuera por las polémica opinión del monarca sobre la ley sálica, bastante criticada y muy polémica, ya que provocó un intenso debate nada más salir a la luz, tanto en su país como fuera de las fronteras suecas.

Nos tenemos que remontar a hace unos días, cuando los medios suecos tuvieron un adelanto de la entrevista que ha concedido el monarca a la estatal SVT con motivo de su 50º aniversario en el trono, que celebra este año. Serán muchos meses de celebraciones, incluyendo un tour de los reyes por todo el país, que culminarán en septiembre con grandes fastos a los que asistirá la realeza europea y a los que se daba el pistoletazo de salida precisamente este domingo, con la emisión en televisión de esta entrevista que se tornó bastante controvertida.

Y es que, más allá de analizar y hacer un repaso por sus 50 años en el trono, quiso opinar sobre la ley sálica y su derogación, que tuvo lugar en 1979, haciendo que su hijo Carlos Felipe dejara de ser el heredero en favor de Victoria, la primogénita del monarca. A pesar de encontrarse en televisión y tener a toda la audiencia pendiente, no tuvo problema en confesar que el cambio en la línea de sucesión por esta derogación de la normativa hasta entonces vigente fue "un error y una injusticia" con su hijo: "Tener leyes que funcionan de forma retroactiva no es muy inteligente, lo sigo pensando. Mi hijo, el príncipe Carlos Felipe, ya había nacido y de repente hay un cambio que le dejó sin nada. Es bastante extraño", aseguraba ante su interlocutor.

Carlos Gustavo tampoco tuvo problemas durante su intervención en calificar el proceso de "injusto", puesto que entró en vigor en 1980, cuando el príncipe ya era el heredero y apuntó que un cambio de ese calibre debería haber entrado en vigor en la siguiente generación. Y, claro, el debate no se hizo esperar, generando todo tipo de opiniones en contra del monarca, haciendo que incluso tuviera que emitir un comunicado desde la Casa Real, si no retractándose de sus palabras, sí intentando que las aguas se calmaran, dedicando numerosos halagos al trabajo de su actual heredera.

"Durante el otoño, en dos ocasiones de entrevistas", explicaba, "recibí preguntas sobre el cambio en el orden de sucesión en 1980 a favor del primogénito, independientemente del género. Luego compartí mis pensamientos sobre la pérdida retroactiva de la posición del príncipe Carlos Felipe como príncipe heredero en relación con la enmienda a la Constitución. Me ha dolido profundamente cuando, en retrospectiva, escuché comentarios que afirman que no apoyaría a mi hija, la princesa heredera Victoria, como heredera del trono de Suecia. Por lo tanto, quiero dejar claro que las respuestas de mi entrevista no deben interpretarse como una crítica a la sucesión femenina al trono ni a la princesa heredera Victoria. La sucesión femenina al trono es para mí una cuestión de rutina. La princesa heredera es mi sucesora. Ella es un activo extraordinario para mí, mi familia y nuestro país. Estoy orgulloso de ella y de su incansable trabajo por Suecia", terminaba el comunicado.

Y para corroborar estas palabras, nada como aparecer con la que podríamos considerar 'damnificada' por sus polémicas palabras, precisamente la princesa Victoria. Ha sido este lunes, como decíamos en un compromiso conjunto, al que también ha asistido la reina Silvia. Pero la estrategia de comunicación de la Casa Real ha apostado por dar protagonismo a padre e hija, captando toda la atención de los fotógrafos que cubrían la conferencia nacional en Sälen, el foro más importante de Suecia para la discusión de la política de seguridad, defensa y preparación de crisis de la sociedad, que ha servido como escenario para su reaparición conjunta.

Bien pertrechados con equipamiento para esquiar, han posado juntos y sonrientes para la prensa, en una muestra clara de complicidad. De hecho, no ha habido ni rastro en ese posado invernal de la reina consorte, que ha querido dejar toda la atención para su marido y su primogénita. Era el momento perfecto para que demostraran que las polémicas palabras de Carlos Gustavo no han afectado -al menos de cara al exterior- a su heredera, a pesar de que parece convencido de que a su lado tendría que estar Carlos Felipe.

Cierto es que tanto Victoria como Silvia deben estar curadas de espanto, puesto que no es la primera vez que el rey Carlos Gustavo hace declaraciones tan controvertidas y que generan tanta polémica. Es larga ya la lista de frases y opiniones del monarca que han quedado para el recuerdo. Y no precisamente para bien.