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Los Reyes y Menorca: la millonaria herencia repartida con los Urdangarin y Marichalar
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FAMILIA DEL REY

Los Reyes y Menorca: la millonaria herencia repartida con los Urdangarin y Marichalar

En 2009, un millonario legó su fortuna a los entonces Príncipes de Asturias y a los ocho nietos de los eméritos. Los actuales Reyes donaron todo el legado, pero no así sus sobrinos

Foto: Los Reyes, con sus sobrinos Marichalar y Urdangarin.
Los Reyes, con sus sobrinos Marichalar y Urdangarin.

Cuando en noviembre de 2009 los reyes Felipe y Letizia, entonces Príncipes de Asturias, conocieron que habían heredado una fortuna legada por un desconocido señor menorquín, tuvieron que estudiar a fondo la situación para decidir qué iban hacer con ese legado. La herencia de Juan Ignacio Balada Llabrés, un millonario local, era para ellos y para los ocho nietos de los reyes Juan Carlos y Sofía una situación insólita.

La Casa Real listó todos los inmuebles, cuentas y sociedades que se incluían y dejó clara la postura de los entonces Príncipes: “Los Príncipes de Asturias manifestaron, desde que conocieron su condición de herederos, que aceptaban la herencia del señor Balada, dado que su renuncia suponía que dichos bienes pasasen a un Estado extranjero”. El fallecido dispuso que si los miembros de la familia real no aceptaban la herencia, debía ser destinada entonces al Estado de Israel.

placeholder La farmacia Llabrés, en 2009, cuando fue legada a los actuales Reyes. (EFE/Myriam Traid Valera)
La farmacia Llabrés, en 2009, cuando fue legada a los actuales Reyes. (EFE/Myriam Traid Valera)

Pero ¿qué pasa con los nietos de los Reyes eméritos? Ni los Marichalar ni los Urdangarin se han pronunciado jamás sobre esta herencia, de la que ellos son parte y de la que recibieron cuantiosas sumas de dinero, además de propiedades inmobiliarias. En mayo de 2012, además, se cerró la partición de la herencia, y mientras los Reyes donaban todo lo recibido, los nietos ‘reales’ daban la callada por respuesta.

Visita real

Como la farmacia Llabrés, conocida como Ca s’Apotecaria, que funciona no como farmacia, sino como sede de la ONG local Fundación para Personas con Discapacidad, de la fundación Hesperia. Este maravilloso edificio modernista situado en el centro de Ciutadella es el que que este jueves los Reyes tienen previsto visitar. Convertido en la sede de una de las asociaciones de Hesperia, desde allí se impulsa la inserción laboral de los jóvenes.

Foto: Los príncipes de Asturias dedicarán a fines sociales la herencia del empresario menorquín Balada

La fundación Hesperia, que tiene su sede en la Zarzuela, es una de las entidades que trabaja codo con codo con la reina Letizia. Se informó en su momento que todo lo que los actuales Reyes recibieron en herencia “se destinaría a fines de interés general y social”. Este jueves, según nos informan desde la fundación, don Felipe y doña Letizia inaugurarán el espacio en “un acto institucional que tendrá lugar en el Teatre des Born a las 17:30 horas. Previamente, visitarán el espacio de la farmacia para conocer la rehabilitación llevada a cabo”.

Las propiedades de los nietos

Pero hay más, muchos más. Y es precisamente la inclusión de los nietos ‘reales’ en la herencia lo que ha impedido durante estos años la venta de los inmuebles. “Por razón de minoría de edad, los padres de los ocho nietos de Sus Majestades los Reyes no pueden acceder gratuitamente, ni regalar ni donar la parte que les corresponde a sus respectivos hijos en la herencia sin autorización judicial. En consecuencia se esperaría en cuanto al efectivo que alcancen la mayoría de edad”. Y hay todavía tres nietos, en concreto nietas, que siguen siendo menores: Irene Urdangarin y Leonor y Sofía de Borbón.

Foto: Los reyes Letizia y Felipe, en un acto reciente. (Getty)

La masa hereditaria era de gran cuantía, tal y como listó en su momento la Casa Real. Eran 10.600.000 euros, cantidad a la que se debía restar gastos y deudas, con lo que quedaba una cantidad neta de 9.800.000. En total, “se estima provisionalmente en 3.600.000 euros la cantidad que corresponde a los 10 herederos y debían pagar impuestos de herencia, así que la cantidad neta quedaba en 70.000 euros para cada uno de ellos”.

Los entonces Príncipes de Asturias destinaron esa cantidad a “labores sociales, como la fundación para personas discapacitadas de la isla de Menorca, que apoya a los jóvenes mediante becas de inserción en el mundo laboral y formación profesional”. Además, “se constituyó la Fundación Hesperia, que apoya a la juventud en temas de empleo y formación” y en la que la reina Letizia está muy implicada.

La fundación y el edificio

La farmacia Llabrés es la sede de parte de esta fundación, un espacio que en 2010 estaba en malas condiciones y que se ha restaurado para acoger a esta institución. El edificio “se ha rehabilitado gracias a Hesperia y al Consell Insular de Menorca, que será destinado a las actividades y talleres propios de la entidad social y a las visitas de la ciudadanía”, nos informa Casa Real.

Foto: Don Felipe y doña Letizia. (EFE)

Porque, como nos recuerdan desde Zarzuela, “la farmacia Llabrés es el principal referente y uno de los pocos testimonios que quedan del modernismo en Menorca. Los vitrales del antiguo laboratorio son la pieza más valiosa de un conjunto de muebles y elementos decorativos catalogados por su valor patrimonial”.

Con inquilinos

Además de la cantidad económica, la familia heredó un conjunto de bienes inmuebles, decíamos, cuya titularidad se reparte entre los actuales Reyes, sus hijas y sus sobrinos. Entre estas propiedades había seis viviendas alquiladas en la calle Jerònia Alzina, con cuotas muy bajas a inquilinos de renta antigua. El edificio además no está en muy buenas condiciones, por lo que Hesperia ha decidido mantener esas rentas y prepara la rehabilitación del edificio. Le faltan los permisos de obras, tal y como nos cuentan a Vanitatis fuentes del Gobierno insular. También hay dos viviendas en la plaza Federico Pareja y un local, todos en situación similar a la anterior, pero sin la necesidad de ser rehabilitados.

Foto: Don Juan y don Juan Carlos, ante la mirada de sus esposas. (EFE)

Como señalábamos al principio de este artículo, la familia real también heredó una sociedad, la promotora inmobiliaria Adalab, que se disolvió y que contaba con acciones en bolsa, depósitos bancarios y varios inmuebles, entre los que se cuenta la citada farmacia. De Adalab, los nietos y los Reyes recibieron unos 273.000 euros que se destinaron a la fundación Hesperia y otros 27.295 euros que recibió cada heredero. Don Felipe y doña Letizia lo donaron, no así el resto de herederos, es decir, los nietos de los Reyes eméritos, quienes aceptaron la herencia.

Palacete millonario

Había otros inmuebles, como el pequeño palacete en el que vivía Balada, situado en la plaza Juan de Borbón. La casa es propiedad de los ocho nietos de los Reyes eméritos, tal y como dejó escrito el empresario en su testamento. Con más de 500 metros cuadrados construidos, además de un solar adyacente apto para levantar un bloque de pisos. Y volvemos a lo señalado por Casa Real, hasta que los ocho nietos no sean mayores de edad, las propiedades no se van a vender. Y eso que el palacete en cuestión podría salir al mercado por casi dos millones de euros, según nos dice un agente inmobiliario de la zona.

placeholder La farmacia Llabrés, rehabilitada. (Fundación Hesperia)
La farmacia Llabrés, rehabilitada. (Fundación Hesperia)

Según consta a Vanitatis, la verdad es que en un momento dado, allá por 2017, se intentaron vender algunos inmuebles, que incluso salieron al mercado. Pero se retiraron de la venta al poco tiempo, no sabemos si por petición de Casa Real o porque, al ser viviendas alquiladas, su venta era compleja. En la actualidad, según nos confirman, ni se ha vendido ni se venderá nada. No, al menos, hasta que las nietas menores lleguen a cumplir los 18 años. Veremos si entonces se ponen a la venta y nos informan de cuánto y quién se queda con los beneficios. Que no serán pocos.

Cuando en noviembre de 2009 los reyes Felipe y Letizia, entonces Príncipes de Asturias, conocieron que habían heredado una fortuna legada por un desconocido señor menorquín, tuvieron que estudiar a fondo la situación para decidir qué iban hacer con ese legado. La herencia de Juan Ignacio Balada Llabrés, un millonario local, era para ellos y para los ocho nietos de los reyes Juan Carlos y Sofía una situación insólita.

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