Los detalles inéditos de la estancia en Madrid de Amalia de Holanda, una asidua de la capital

La princesa Amalia de Holanda se ha enfrentado a su corta edad a una situación de lo más complicada. Eran sus padres, Guillermo Alejandro y Máxima, quienes el pasado mes de septiembre lo hacían público: su primogénita es víctima de amenazas por parte del crimen organizado, que ve en la heredera la moneda de intercambio adecuada para sacar de prisión a sus líderes y demás secuaces que se encuentran entre rejas, especialmente el cabecilla del grupo más peligroso, Ridouan Taghi.

Esta situación ha provocado muchos cambios en la vida de Amalia, entre ellos tener que dejar el piso universitario al que se había mudado en Ámsterdam y volver a palacio, o que su equipo de seguridad se haya visto incrementado tanto en número como en preparación para evitar cualquier tipo de amenaza. De ahí que sus salidas, en los Países Bajos, sean solamente las necesarias, para asistir a sus clases de Política, Psicología, Derecho y Economía en la universidad, y poco más.

Conociendo esta información, no se hace extraño ver las imágenes de Máxima y Amalia paseando tranquilamente por las calles de Madrid que aparecen este miércoles en la revista '¡Hola!'. Sin la presión de esas amenazas, madre e hija pudieron disfrutar de varias jornadas de compras en la capital española, retomando un poco la normalidad con la que la heredera no cuenta en su propio país. Reina y princesa se dejaron ver por las calles de Serrano en busca de ropa para ampliar sus armarios, ahora que van a enfrentarse a una gira por el Caribe, la primera para la heredera, con más de cincuenta compromisos. Estuvieron en Dior, Chanel, Salvatore Ferragamo y Gucci.

Tal como ha podido saber Vanitatis, Máxima y Amalia, quienes viajaron a Madrid la pasada semana, estuvieron acompañadas por un grupo de amigos y también por un gran equipo de seguridad. Lo que sorprendió es que muchos de ellos hablaban español, algo un tanto extraño teniendo en cuenta que formaban parte del grupo de protección holandés con el que ellas cuentan. A pesar de que los fotógrafos las localizaron, pues iban paseando tranquilas por la milla de oro, lo cierto es que fue imposible descubrir dónde se hospedaron, ya que de eso se ocuparon sus escoltas, perfectamente entrenados para despistar.

En esta visita les acompañaba Mambo, el perrito de Máxima, que tiene su propio pasaporte para poder entrar en los otros países, y del que no se separa ahora que sus hijas ya son mayores. Tal como ella misma contó, tiene el 'síndrome del nido vacío' y Mambo la ayuda a afrontar esa idea de que sus hijas ya son mayores. En realidad, ahora en el palacio de Huis ten Bosch, residencia oficial de los reyes, siguen viviendo dos de ellas: Amalia, quien tuvo que volver de su apartamento de Ámsterdam debido a las amenazas, y Ariane, de 15 años. Quien está fuera es Alexia, compañera de Leonor en el UWC Atlantic College.

Si echamos la vista atrás, vemos que las visitas de Amalia a nuestro país son cada vez más asiduas. Quizás aquí encuentra una mayor tranquilidad para salir que en Holanda. El pasado mes de mayo, la heredera disfrutó de unos días en la capital acompañada por unos amigos. Asimismo, en septiembre, se informó de que el avión real de los Orange había aterrizado en Madrid, y los medios holandeses confirmaron que en él viajaba también Amalia, aunque no hubo más información del asunto.

Estas continuas visitas a Madrid han hecho saltar las alarmas acerca de si Amalia tiene un motivo especial para visitar España: un novio. Lo único que se ha sabido de la vida amorosa de la futura reina de Holanda es que tenía un romance con Isebrand, un joven perteneciente a una saga de empresarios de muy alto poder adquisitivo de la región de Westfalia. Pero eso fue en 2021 y ya no se ha vuelto a saber de él, por lo que las opciones están abiertas.