El almuerzo de la infanta Margarita en el local favorito de doña Sofía, Garzón y Zapatero

La infanta Margarita a sus 83 años sigue manteniendo una vida activa. La hermana del Rey emérito asiste a todos sus compromisos con las fundaciones que preside, como son la ONCE, la Española del Corazón, la Federación de Hemofilia o la que fundó con su marido, el doctor Zurita, en 1989 y que lleva el título que ostenta el matrimonio de Duques de Soria. El hecho de tener menos movilidad tampoco le impide salir a la calle todos los días. En numerosas ocasiones lo hace con su hija María y con su nieto Carlitos, al que adora, ya que viven en el mismo domicilio y eso para Zurita es una tranquilidad doble. Los padres están pendientes del niño y a la inversa.

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Además, doña Margarita tiene su grupo de amigas con las que se cita para almorzar. La última vez fue este viernes pasado. Las mujeres eligieron un restaurante libanés, que no forma parte del circuito de locales de moda que se encuentran situados cerca de su casa. Tampoco tiene estrellas Michelin, pero sí una cocina muy especializada con una carta de precios asequibles que incluye menú. El lugar es tranquilo, discreto y con un patio interior que se abre cuando hace buen tiempo.

Esta reunión de amigas no tendría mayor interés si no fuera porque el local es frecuentado a su vez por otros rostros de la alta sociedad, como la reina doña Sofía o Baltasar Garzón y Dolores Delgado. La pareja, cuando aún no era pública su relación sentimental, se sentaba en una mesa del comedor sin esconderse, porque el restaurante no tiene reservados. Los clientes se dejan aconsejar, igual que lo hicieron doña Margarita y su grupo.

Lo típico son los aperitivos a base de hummus, mutabal, falafel, hojas de parra rellenas de arroz y pan de pita. Por otro lado, los platos estrella son la crema de pimientos con nueces, la selección de brochetas de pollo, ternera y cordero, las patatas aliñadas con cilantro y limón o el uzzi de cordero con hojaldre. Para el postre destacan las tortitas libanesas, fideos horneados y pastelitos variados y, como fin de fiesta, té con hierbabuena. Sin embargo, la comida favorita de la reina Sofía es la musaka de berenjenas.

La duquesa de Soria y sus siete amigas llegaron a las dos y media y permanecieron en el restaurante hasta cerca de las cuatro con tertulia incluida. Doña Margarita presidía la mesa y varios clientes que coincidieron con la hermana del rey Juan Carlos la saludaron una vez que finalizó el almuerzo, demostrando así su posición como uno de los miembros más queridos de la familia real española.

El local se llama Solidere y se encuentra en un chalet cercano a la M-30. El propietario es libanés y el nombre elegido para el restaurante tiene una razón de ser: Solidere es un acrónimo que proviene de unir las primeras sílabas de Société Libanaise pour le Développement et la Reconstruction, una sociedad dedicada a rehacer el Distrito Central de Beirut, muy dañado por la guerra civil.

La movilidad de la duquesa de Soria, que es reducida, tampoco le impidió desplazarse a los Emiratos para pasar unos días con don Juan Carlos el octubre pasado. Viajó con su marido, el doctor Zurita, los hijos María y Alfonso y el nieto Carlitos. El Rey emérito es padrino del niño y, desde el primer momento en que su sobrina se planteó ser madre, el monarca le dio todo su apoyo. El pequeño, que ya tiene cinco años, nació antes de tiempo y esos primeros meses, hasta que todo se normalizó, fueron muy duros. Por ello, la empresaria y propietaria de la agencia de traducción Zesauro tiene previsto publicar un cuento infantil en breve. Quiere que su experiencia sirva para otras mujeres que, como ella, tomaron la decisión de traer un hijo al mundo en solitario. El título, por ahora provisional, es 'Tengo mamá y basta'.

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Sin embargo, quienes la conocen saben de la independencia que le gusta tener a la duquesa de Soria. En verano tiene su mes sabático y lo pasa en Estoril (Portugal) con sus amistades de toda la vida. En esta localidad portuguesa vivieron los condes de Barcelona con sus cuatro hijos el exilio. Para doña Margarita es un lugar lleno de recuerdos. Allí pasó su adolescencia, su juventud, su puesta de largo y celebró su boda con el doctor Zurita, que ha sido su compañero de trayectoria vital. El matrimonio, que nunca ha dado que hablar, mantiene un perfil bajo y es una pareja de lo más querida.