La invitación de Vargas Llosa abre la vía a la vuelta de Juan Carlos I a España

-“¿Cree que le veremos pronto por España, don Juan Carlos?”, le preguntaba la prensa este jueves a las puertas de la Academia Francesa.

-“Pues seguramente”.

Con cierta vaguedad pero también con certeza, el rey Juan Carlos I respondió a las preguntas de los periodistas apostados a las puertas de la Academia Francesa, en París, donde acudió invitado por Mario Vargas Llosa.

El monarca expatriado tiene ganas de volver y su asistencia a la capital francesa, donde fue tratado como un ex jefe de Estado, abre una vía para un regreso, temporal, a nuestro país. Lo aseguran a Vanitatis varias voces del entorno del padre de Felipe VI, quienes recuerdan que volverá "cuando le dejen" y que "cada vez está más cerca ese momento".

Cuando recibió la invitación del nobel de Literatura, hace unos meses, se ilusionó. Pensó en la cercanía de París con España y en la posibilidad, nos aseguran, de encontrarse con autoridades que le trataran como el exrey que es. Así ha sido estos días, en los que incluso estaba prevista su visita al Elíseo invitado por Emmanuel Macron, presidente francés, a una cena informal en la que también estuvieron Vargas Llosa y el escritor Javier Cercas.

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Además, durante su asistencia al acto de ingreso del escritor peruano a la Academia Francesa, don Juan Carlos fue recibido personalmente por su directora, Hélène Carrère d’Encausse, a su vez madre del escritor ‘bestseller’ Emmanuel Carrère. Los destacados responsables de la institución estaban a las puertas para recibir al exmonarca y a su hija, la infanta Cristina, que le acompañó como escudera.

"De acuerdo con su rango"

La directora de la Academia había sido clara en una entrevista en ‘El País’ unos días antes del acto en cuestión: "Es el invitado de Mario Vargas Llosa, y está muy bien. Estará aquí, como todos los invitados. Ha sido rey de España. No vamos a tratarlo como si fuera el conserje, será tratado de acuerdo con su rango. Debemos esto a España. Es el padre del rey actual”.

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Así es como se ha sentido él en París, una sensación que arrastra desde que le llegó la invitación y que le ha devuelto las esperanzas. Porque el pasado verano decidió borrar la idea de regreso de su mente, para evitarse sufrimientos, y decidió aplazar su vuelta ‘sine die’. Desde su entorno se molestaron por la situación, puesto que vieron cómo se hundían sus esperanzas. Y con ellas, su ánimo. De nuevo.

Sus amigos son personas muy fieles que lo defienden sin contemplaciones. Por eso callaron, porque les pidió que así lo hicieran. Pero esa ‘omertá’ se ha terminado. Hablan con el exmonarca y saben que su vuelta está cada vez más cerca. Tal como él mismo dijo en París sin decirlo del todo. La situación ha cambiado, considera, y sus visitas a Europa así lo demuestran.

De Londres a Atenas

Primero fue su presencia en el funeral de su cuñado, Constantino de Grecia, cuya muerte lo dejó “desconsolado”, nos dijeron. Entonces se vio con toda su familia, se saludó amigable y cariñosamente con su hijo, y aparecieron las primeras luces al final del túnel. Ya sabía entonces que pronto volvería a Europa, esta vez de la mano de su amigo Mario Vargas Llosa, y su entorno nos dice que la visita francesa ha sido definitiva. Porque si puede estar en París, considera que puede estar también en España.

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Aunque, eso sí, no volverá si no tiene un permiso claro y si su presencia es inofensiva. Es decir, estamos en año electoral y los partidos políticos juegan al equilibrio para llegar impolutos a las urnas. ¿Puede la presencia de don Juan Carlos empañar el discurso de alguno de los candidatos? Si es así, si alguno lo expresa, su vuelta se complicará.

Año electoral

Por mucho que tanto él como su entorno manifiesten su voluntad, son deseos, deseos que podrían verse incumplidos por órdenes que nada tienen que ver con su familia. Todos lo aseguran: su hijo tiene las manos atadas en este asunto. Pese a que al principio de su marcha a Abu Dabi el enfado con Felipe VI fue mayúsculo y padre e hijo llegaron a un punto en el que sus relaciones estaban casi rotas, ahora, don Juan Carlos y don Felipe han acercado posiciones de nuevo.

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La visita del exrey a Sanxenxo fue devastadora para su imagen, así se lo hizo saber el Rey, quien le pidió que mantuviera un perfil bajo y que no volviera en un tiempo. Al principio se quedó, lo hemos contado aquí, “muy tocado”. Sanxenxo fue una inyección de buen rollo que se cortó en seco en cuanto pisó el palacio de la Zarzuela. Y desde finales del pasado mes de mayo, sus ánimos se torcieron.

En otoño estuvo en Londres, en el funeral de la reina Isabel II, y no fue una visita fácil. Allí se encontró con la reina Sofía, con quien mantiene una buena relación y se comunican de forma habitual. Y también con los Reyes, Felipe y Letizia. Con la Reina las cosas no son tan fáciles, nunca lo han sido, y sus relaciones no son buenas, algo que quedó en evidencia en el funeral británico.

Arropado por sus hijas

Allí, además, don Juan Carlos no tenía a sus hijas, las infantas Elena y Cristina, ni a sus nietos, los Marichalar y los Urdangarin. Es la parte de la familia que le apoya: lo adoran y lo miman. Pero poco a poco esas dificultades se van superando, tal como nos cuentan. La familia al completo se vio en Atenas, un viaje muy distinto al de septiembre en Londres. Porque las asperezas son cada vez menores y porque estaban todos, sin excepción.

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- “Cómo está, don Juan Carlos?”, le preguntaba la prensa este jueves a las puertas de la Academia Francesa.

- “Muy bien, divinamente. Encantado de veros”.