Urdangarin, en Baqueira con Armentia: cómo alojarse en la casa cedida a la familia real

Funciona como un hotel: hay que llamar con antelación para hacer una reserva. Una reserva, no obstante, en una casa privada y que solo usa una familia en concreto. Hablamos de la casa de La Pleta que la empresa que gestiona la estación de esquí Baqueira Beret cedió a la familia real hace ya décadas, cuando la presencia del entonces rey Juan Carlos I y toda su familia daba caché a cualquier lugar.

Han pasado los años y la actual familia real casi no pisa el Valle de Arán, donde se encuentra la famosa estación. Aunque sí lo hacen algunos de sus familiares. Como el mismo Iñaki Urdangarin, ‘pillado’ estos días por la revista '¡Hola!' con su actual pareja, Ainhoa Armentia, en la llamada Cota 1500.

El todavía marido de la infanta Cristina aprendió a esquiar ya de mayor, cuando inició su relación con Cristina de Borbón. Aprendió, decíamos, a base de clases particulares y mucho tesón. Y se aficionó, así que sus escapadas a la nieve han sido muchas, incluso cuando ya estaba imputado por el caso Nóos. Y cuando obtuvo el tercer grado, en las navidades de 2021, pasó unos días con su entonces pareja, la infanta Cristina, y sus cuatro hijos.

Hombre de costumbres

Parece que Urdangarin es un hombre de costumbres y que le gusta repetir lo que ha hecho en el pasado. Porque, según la misma publicación, el exduque se alojó en la casa que Baqueira cede a la familia. No ha tenido que pedir permiso, no obstante, a ningún miembro de la familia real, con quienes no mantiene ningún tipo de relación, sino que posiblemente, nos dicen, podría haber gestionado su estancia en La Pleta con la empresa propietaria del chalé, la responsable de la estación de esquí.

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Hemos intentado lograr una explicación por parte de esta empresa, pero han preferido no comentar: “Le informamos que la Estación de Baqueira Beret no tiene nada que decir al respecto; es la Casa Real quien gestiona estos temas”. Pero desde Casa Real lo niegan, con cierta lógica, puesto que Zarzuela solo gestiona lo relacionado con los miembros de la familia real, de la que Urdangarin no forma parte desde hace más de una década.

Consultadas fuentes de la familia y de sus familiares directos, nos informan de que la presencia de Urdangarin en Baqueira el fin de semana pasado (el 11 y 12 de febrero) responde al acuerdo de separación al que llegó la Infanta con su exmarido, por el que se le facilitaban las cuestiones relacionadas con la economía para que no tuviera sensación de haber sido ‘vendido’ a la justicia.

¿Solo a por material?

“Es imposible que Iñaki haya ido a Baqueira sin el permiso de su exmujer y de su exsuegro”, nos dicen quienes los conocen. “Hay que recordar que hace unos meses llegaron a un acuerdo, sobre todo cuando vieron a Iñaki llorando en un coche; había que darle algo, sobre todo tranquilidad”, añaden. Sin embargo, las mismas fuentes ponen en duda que Urdangarin haya pernoctado en la vivienda. Nos aseguran que el exduque tuvo que ir, según él mismo dijo, "para recoger material de nieve, porque toda su equipación está en Ginebra". Y la infanta Cristina, por mucho que haya cedido en su separación, no le ha facilitado sus enseres invernales.

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Así que no nos pueden confirmar que el alojamiento en Baqueira venga cedido directamente por don Juan Carlos y doña Cristina o que lo haya gestionado directamente Urdangarin con la empresa, con quienes mantiene buena relación después de tantos años. Porque ni siquiera nos aseguran que se haya alojado allí, algo que si fuera cierto, extraña a todos. Dicen que lo más probable es que haya ido a recoger material.

Una relación histórica

La relación de la Casa Real con Baqueira Beret es histórica y muy buena. Eso sí, hace ya unos años que don Felipe no esquía ni visita Baqueira. Fue en marzo de 2019, hace ahora cuatro años, cuando lo vimos por última vez en el Valle. Y lo hizo casi de incógnito y sin la compañía de su mujer, la reina Letizia. Aquella escapada la hizo el Rey acompañado por un grupo de amigos, entre los que se encontraba Pedro López-Quesada, marido de Cristina de Borbón-Dos Sicilias, su prima y gran aliada de la infanta Cristina en sus momentos más difíciles. Es la última vez que hay testimonio público de la presencia de la familia real en la zona (la formada por el Rey, su esposa, sus hijas y sus padres). En 2017, de hecho, los Reyes escogieron Astún para pasar unos días, rompiendo la tradición.

La presencia de Urdangarin en Baqueira, acompañado por su novia, ha sorprendido a muchos. No forma parte de la familia real, algo que recalcan desde Zarzuela, que se desentiende de lo que haga o deje de hacer el exduque. Si el rey Felipe o cualquiera de los otros cuatro miembros de la familia quisieran ir a la casa de La Pleta, lo normal sería avisar con antelación como gesto de cortesía y para que todo estuviera preparado. Los servicios de seguridad que acompañan al monarca, a su esposa, a sus hijas y a la madre de él son de envergadura y no pueden llegar a un sitio de un día para otro.

Ainhoa sabe esquiar

Otra de las cuestiones que nos plantean quienes conocen de cerca a Urdangarin es que ha ido con su escolta, y que puede ser que no haya esquiado por la falta de experiencia de los agentes que le acompañan en las lides del esquí. No es que Ainhoa no sepa esquiar, dicen, es que los escoltas de Urdangarin son los que no saben.

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Cuando Urdangarin empezó a salir con la infanta Cristina, una de las primeras cosas que supo que tenía que hacer fue aprender esta disciplina. Y además, para un deportista de élite como él, no podía ser algo superficial, no podía limitarse a bajar alguna pista, en modo cuña o a poca velocidad. Sabía que tenía que esquiar como si hubiera aprendido de pequeño y quería ser uno de los mejores. En esa labor encontró la ayuda de Eduardo Roldán, que se convirtió entonces en uno de los mejores amigos de la pareja. Por eso, hace unos meses, lo pudimos ver en Jaca, en el funeral del exdirector de Candanchú, junto a la Infanta.

Candanchú, para él solo

Famosas en la familia son las largas jornadas en las que Urdangarin y Roldán pasaban horas y horas bajando pistas. “A Iñaki le cerraban una pista solo para él, para que practicara a las órdenes de Roldán. Y fueron muchas las tardes en las que se cerraba la estación de Candanchú y a última hora de la tarde se encendían las luces y Urdangarin bajaba y bajaba hasta las nueve de la noche”, recuerda un íntimo de la pareja.

Y cuando ya fue un experto esquiador, lució palmito en Baqueira, el lugar al que uno debía ir para ver y ser visto. La estación abrió sus puertas en los años 60, y desde muy pronto contó con el apoyo entusiasta de don Juan Carlos y doña Sofía. En 1974, en un viaje privado, la familia visitó las pistas más exclusivas del valle pirenaico y desde entonces se convirtieron en un reclamo.

Pasaban unos días al año, se dejaban fotografiar y de paso apoyaban el desarrollo de la estación. En este sentido, una de las fotos más significativas de Baqueira es la protagonizada por la Reina emérita, con mono y esquíes, el 7 de diciembre de 1982. Doña Sofía inaugurando el telesilla de la Reina, primer remonte del área de Beret, para el que habían hecho falta siete años de negociaciones.

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La estación la gestiona una empresa de la que la familia Serra es socia mayoritaria. Fundadores de Catalana Occidente, los Serra han estado siempre muy vinculados al mundo del esquí. Jesús Serra, patriarca de la familia, fue uno de los impulsores y presidente de la estación de esquí Baqueira Beret. La compró en 1984, un año después de que empezara a construirse, y retomó la disciplina de la que su hijo Josep Maria fue campeón universitario de España.