Kate Middleton reaparece tras el gesto de los Bafta y en medio del huracán Hanbury

Cuando parecía que todo estaba bien tranquilo en los Windsor tras la publicación del libro del príncipe Harry, una nueva polémica ha vuelto a poner en el foco a la familia real británica, con una historia del pasado que vuelve a la actualidad. Fueron varios los tabloides que publicaron hace apenas unos días que el príncipe Guillermo había sido visto cenando el día de San Valentín en un restaurante italiano con Rose Hanbury, con la que que ya se le había relacionado sentimentalmente en el pasado. Una información sin prueba ninguna que pronto copó los titulares de medio mundo, asegurando además que el matrimonio de los Gales se tambaleaba.

Justo un día después de la publicación de dicha información, Guillermo y Kate reaparecían en público en la gala de los premios Bafta, de los que el príncipe es presidente de honor. Muy sonrientes y cómplices, ambos hacían caso omiso a los comentarios vertidos acerca de la supuesta infidelidad, e incluso en un momento dado la princesa tenía un gesto de cariño con su marido, poniéndole la mano en la zona del glúteo. Un detalle que según muchos se trataba de una estrategia de la pareja para aplacar la polémica.

Y mientras el mundo tiene los ojos puestos en Reino Unido para conocer cuál es el próximo capítulo de esta historia, Kate ha cumplido con su agenda este martes sin problemas y de nuevo con una gran sonrisa en su rostro. La nuera de Carlos III ha visitado la Oxford House Nursing para celebrar con enfermeras y demás miembros sanitarios el Shrove Tuesday o martes de carnaval, el último día de carnaval, fecha festiva que antecede al miércoles de ceniza. Allí, aparte de conocer cuál es la labor que hacen, ha demostrado su habilidad para hacer tortitas, como es tradición en este día.

Si el domingo Kate se vestía para los Bafta como una diosa griega, con un vestido blanco de escote asimétrico, que combinó con guantes de terciopelo negros y pendientes low cost de Zara, en esta ocasión ha sido mucho más discreta, optando por la combinación azul y el camel. La princesa se ha decantado por unos pantalones estilo pitillo en color navy y un jersey de cuello alto a juego. Este tipo de prendas se han convertido en las favoritas de la esposa del príncipe Guillermo en esta temporada, pues ha estrenado jerséis así en todas las tonalidades.

Para protegerse de las bajas temperaturas, Kate se ha cubierto con un abrigo de Max Mara que nos resulta familiar. Un diseño camel y oversize que ha combinado con complementos en azul marino: un nuevo bolso de piel con detalles dorados, zapatos de ante con tacón ancho y unos pendientes de estreno de forma redonda con detalles también en dorado.

Esta no es la primera vez que la prensa británica se hace eco de este supuesto romance entre el príncipe Guillermo y Rose Hanbury, puesto que ya en 2019 se especuló tras las fotografías, borrosas, del hijo del rey Carlos con ella en una fiesta privada en una actitud muy cariñosa. Esa información pronto quedó denostada después de que, a principios de 2020, Guillermo y Kate invitaran a un servicio religioso a Rose y su marido, por aquel entonces el Lord Chamberlain de Isabel II. En esa misa estuvieron también presentes Michael y Carole Middlleton, padres de la princesa, demostrando que no había mal rollo ninguno.

Se desconoce de dónde vienen ahora estas nuevas informaciones que hablan de esa cena de San Valentín en un concurrido restaurante de Londres, algo que no tendría mucho sentido teniendo en cuenta la discreción de la familia real británica. Lo que sí sabemos es la estrategia que seguirán los Windsor ante esta nueva polémica: silencio hasta que amaine la tormenta.