La misteriosa boda de Iman de Jordania: un enlace (casi) sorpresa con muchas dudas

Era el 6 de julio del pasado año cuando la Corte Real Hachemita anunciaba el compromiso de Iman, la mayor de las dos hijas de Abdalá y Rania de Jordania. Un anuncio que, desde luego, pillaba por sorpresa, ya que no se conocía, hasta ese momento, ninguna relación sentimental de la protagonista. Lo curioso es que, ocho meses después y a cuatro días del 'sí, quiero', la misteriosa boda de Iman de Jordania sigue siendo exactamente eso, un misterio, ya que hasta ahora son muy pocos, escasísimos, los detalles que se han desvelado de este enlace, al que rodean las incógnitas.

De momento, solo sabemos quién es el afortunado que va a entrar a formar parte de la familia real de Jordania y cuál es su poderosa familia. Y es que Jameel Alexander Thermiotis es un exitoso hombre de negocios de ascendencia griega, que actualmente es socio gerente en Venture Capital Fund en Nueva York, entre otros cargos y empresas. Su abuelo, Jim Thermiotis, fallecido en Miami en 2018, fue uno de los griegos más ricos de Venezuela, siendo el responsable de la franquicia en el país de la casa Dior.

Con esta cuna no debe sorprender que el futuro príncipe jordano haya tenido facilidad para invertir y participar en negocios financieros millonarios que le reportan unas buenas ganancias cada año. De hecho, hemos podido leer en varias páginas webs de Grecia, país al que la familia sigue muy unida, que su fortuna supera los 10 millones de dólares, aunque no hemos podido confirmar si se refiere a la riqueza personal o la familiar. Sea como sea, ninguno de los dos está cojo en cuanto a colchón económico, ya que la fortuna de Rania y Abdalá -y por tanto de sus cuatro hijos- también es bastante abultada. Y para muestra, un pequeño ejemplo: el anillo de compromiso que Jameel Alexander Thermiotis regaló a la princesa Iman para pedirle matrimonio está valorado en 25.000 dólares.

De Jameel también se supo en el momento del anuncio que ese no era su nombre real, sino Jimmy, como su abuelo. El cambio vino cuando el joven financiero tuvo que convertirse al Islam para poder casarse con Iman, ya que la ley islámica no permite los matrimonios entre una musulmana y una persona de diferente religión. Un cambio que, por ejemplo, también tuvo que hacer Miriam de Ungría para poder celebrar su boda con Ghazi bin Muhammad, primo del monarca jordano, tras la que es conocida como la princesa Maryam Al Ghazi.

Otros de los pocos detalles que se han desvelado ha sido que los novios seguirán el rito musulmán, algo que ya se presuponía al saber la conversión del joven, pero que la propia Rania confirmaba este martes. La reina compartía en su perfil de Instagram una foto en la que se podía leer "ultimando los detalles para la fiesta de la henna de Iman esta noche". El rito musulmán conlleva, además, varias ceremonias y festejos. Las dos principales, que pueden ser el mismo día o no, son la llamada Katb al Kitab, en la que los novios unen sus manos bajo un pañuelo y se lee una sura del Corán, y la Farah, que es la celebración más festiva y que puede durar varios días.

Y vamos al último detalle que se ha desvelado hasta la fecha de esta misteriosa boda de Iman de Jordania: el día en que dará el 'sí, quiero'. Era el pasado domingo cuando, de nuevo de forma oficial a través de las redes de la Corte Real Hachemita, se anunciaba que será este domingo, 12 de marzo, cuando la princesa se convierta en una mujer casada. Una información que sorprendía aún más que el anuncio de compromiso, especialmente por la poca diferencia de tiempo entre el anuncio y la fecha escogida.

Hay que recordar que su hermano mayor, Hussein, también se casa este año y fue en navidades cuando supimos que la fecha elegida era el 1 de junio, con más de seis meses de antelación. Y no solo llama la atención por eso, sino también por otro detalle importante. Es habitual que en las casas reales los hermanos pequeños esperen a la boda del heredero para celebrar la suya, especialmente cuando hay ya una relación y posibilidad de fecha de enlace cercana. Así pasó, por ejemplo, con Marta Luisa de Noruega y Ari Behn, quienes a pesar de llevar más tiempo de relación, esperaron a que Haakon y Mette-Marit anunciaran su compromiso y se casaran, o Magdalena de Suecia y Jonas Bergström, su expareja, quienes también esperaron al enlace de Victoria y Daniel para anunciar su propia boda, después cancelada por las infidelidades de él.

Y si comparamos la de Iman con otra de las bodas reales que van a tener lugar este año, la de Alexandra de Luxemburgo, la de la hija de Rania y Abdalá resulta aún más secreta, ya que la Casa Ducal informó hace unos días con todo detalle de la fecha, hora y lugares de la ceremonia civil, aunque el día concreto escogido se sabía con meses de antelación. Datos que, a cuatro días del esperado 'sí, quiero', aún no han salido a la luz.

Y algo parecido pasa con la lista de invitados. Damos por hecho que asistirán los familiares más cercanos de los novios, pero a estas alturas no se sabe si los reyes jordanos han contado con miembros de otras casas reales o de la extensa familia hachemita.