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Charlène, de nuevo junto a Estefanía y Carolina de Mónaco en un homenaje a Rainiero
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FAMILIA UNIDA

Charlène, de nuevo junto a Estefanía y Carolina de Mónaco en un homenaje a Rainiero

Son contadas las ocasiones en las que las tres coinciden, normalmente por causas de fuerza mayor, obligadas por el calendario y las circunstancias

Foto: Alberto, Charlène, Carolina y Estefanía, durante la misa. (Gobierno de Mónaco/Stephane Danna)
Alberto, Charlène, Carolina y Estefanía, durante la misa. (Gobierno de Mónaco/Stephane Danna)

Con motivo de su centenario, muchos son los eventos que este año se están llevando a cabo en memoria del anterior soberano de Mónaco. Y si en septiembre la presentación de todos estos actos servía para ver juntas después de mucho tiempo a Charlène, Estefanía y Carolina de Mónaco, un nuevo homenaje al príncipe Rainiero ha servido para tener otra vez esa foto familiar. Una imagen que no es, desde luego, demasiado habitual. Son muy pocas las ocasiones en las que las hermanas de Alberto de Mónaco coinciden -al menos en público- con su cuñada, normalmente obligadas por las circunstancias.

Cierto es que los rumores de una mala relación entre ellas están mucho más difuminados que antaño, aunque en este caso desde palacio no se han molestado en desmentirlos, como sí ha pasado, por ejemplo, con los que apuntan a una crisis entre Alberto y Charlène. Y lo cierto es que no evitan sus encuentros, pero siempre por obligación mucho más que por devoción. La última vez que las veíamos juntas fue en noviembre, con motivo de las celebraciones del Día Nacional de Mónaco, una cita imprescindible para toda la familia Grimaldi.

placeholder Alberto y Charlène, tras la misa funeral. (Gtres)
Alberto y Charlène, tras la misa funeral. (Gtres)

Precisamente, la misma naturaleza que tenía la cita de este miércoles, en la que Estefanía, como organizadora de esos actos de homenaje a su padre, reunía a toda su familia con la sola excepción de su hijo Louis y su nuera, que habían sido padres por primera vez el día anterior. Así, con el recuerdo del patriarca de los Grimaldi en la mente, nadie de la familia podía faltar a la misa que se celebraba en la catedral de Mónaco. No solo coincidía con el 18º aniversario de su fallecimiento, sino que se enmarca dentro de esos numerosos actos que se llevarán a cabo durante todo este 2023, con un pistoletazo de salida a lo grande el próximo día 31 de mayo, cuando el soberano hubiera cumplido los 100 años.

Por eso se espera que este no sea el último compromiso público en el que veamos a Charlène junto a sus cuñadas, aunque seamos incapaces de leer cómo es su relación por estos encuentros. Y es que cuando están ante las cámaras y saben que hay objetivos pendientes de ellas, no hay ni un gesto que desvele cómo se llevan realmente, ni para bien ni para mal. Exactamente lo mismo que pasaba este miércoles a las puertas de la catedral: cordialidad y distancia, sin mucha cercanía. Y no podemos echar la culpa al protocolo, puesto que la sudafricana sí se mostró especialmente cariñosa con su sobrina, Carlota Casiraghi, a la que abrazó y besó para despedirse.

placeholder Carlota y Charlène, abrazadas. (Gtres)
Carlota y Charlène, abrazadas. (Gtres)

Unas imágenes que también nos sirven para comprobar que la esposa de Alberto de Mónaco fue la nota discordante con su atuendo, puesto que escogió un abrigo gris, mucho más claro que el negro o el azul marino que el resto de los Grimaldi habían elegido para este funeral en honor del príncipe Rainiero. Sí utilizaba el negro para el vestido que llevaba bajo el abrigo, largo y de diferentes texturas. Y mientras Estefanía apostaba por un look más sencillo con pantalones, Carlota y Carolina lo hacían con un dos piezas de su firma de cabecera, Chanel.

Tampoco pasaron desapercibidas las dos hijas de Estefanía, Camille y Pauline, quienes no podían disimular la felicidad por haberse convertido en tías el día anterior. Precisamente, los gestos con su cuñada fueron los que revelaron durante las celebraciones del Día Nacional de Mónaco que Marie Chavallier estaba esperando un hijo, el primer nieto para Estefanía de Mónaco.

Por eso, aunque se trataba de una misa en memoria de Rainiero, no fue un acto especialmente triste, ya que sirvió para recordar su figura, además de para reunir a prácticamente toda la familia, algo que casi siempre suele ser motivo de alegría. Y decimos "casi siempre" porque la cara de Charléne no es que fuera precisamente la alegría de la huerta, ni dentro ni fuera del templo. Otro punto que, junto con la reciente celebración del Baile de la Rosa, organizado por Carolina de Mónaco y en el que ella volvió a estar ausente, las cuñadas vuelven a demostrar que si no es imperativo, prefieren no coincidir.

Con motivo de su centenario, muchos son los eventos que este año se están llevando a cabo en memoria del anterior soberano de Mónaco. Y si en septiembre la presentación de todos estos actos servía para ver juntas después de mucho tiempo a Charlène, Estefanía y Carolina de Mónaco, un nuevo homenaje al príncipe Rainiero ha servido para tener otra vez esa foto familiar. Una imagen que no es, desde luego, demasiado habitual. Son muy pocas las ocasiones en las que las hermanas de Alberto de Mónaco coinciden -al menos en público- con su cuñada, normalmente obligadas por las circunstancias.

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