Tiara de perlas y un dramático vestido de gala rojo: Máxima de Holanda, de cena con Brigitte Macron

Nadie como Máxima de Holanda para servir una buena ración de dramatismo con sus looks. A la reina le gusta lo grande, las piezas que se vean. Lo del 'menos es más' no va con la argentina, y así lo ha demostrado una vez más en un evento muy especial: una cena de gala con los Macron. El presidente francés y su esposa, Brigitte, se encuentran realizando una visita de Estado a los Países Bajos, y como marca la tradición, tras una ceremonia de bienvenida, la primera jornada ha terminado con un ágape real ofrecido por Guillermo Alejandro y Máxima.

El escenario del encuentro entre ambas parejas ha sido el Palacio Real de Ámsterdam, engalanado para la ocasión. Antes de pasar al comedor real, los reyes y los Macron han posado para los fotógrafos allí presentes, revelándose los looks elegidos por ambas damas. Si ya por la mañana veíamos que son dos mujeres muy distintas en lo que a estilo se refiere, horas más tarde, en el banquete de gala, no hemos hecho más que constatarlo, pues tanto Brigitte como Máxima han vuelto a decantarse por outfits antagónicos.

Empezaremos por Máxima, de la que hay tela que cortar. La reina de Holanda ha estrenado un dramático vestido rojo pasión firmado por el diseñador de origen danés, pero afincado desde hace años en los Países Bajos, Claes Iversen. Se trata de una creación realizada en una tela rígida, que presenta escote barco, cintura marcada y falda de vuelo. Hasta ahí todo normal. De hecho, hay cientos de vestidos con estas mismas características. Sin embargo, el diseño presenta unas grandes mangas abullonadas que le dan ese toque especial al vestido elegido por la argentina.

La reina ha coronado su cabeza con la tiara de la reina Ana, que perteneció a la gran duquesa Ana Pavlovna de Rusia, quien se casó con Guillermo II de Holanda. La pieza presenta una guirnalda de diamantes rematada por siete grandes perlas de incalculable valor. Es una diadema muy especial para Máxima, pues fue la primera que lució siendo aún prometida de Guillermo Alejandro para asistir a la boda de Haakon y Mette-Marit, en agosto de 2001, aunque llevó solo la base de diamantes. Desde entonces, todas las veces que la ha lucido lo ha hecho ya con las perlas.

Más perlas completaban el aderezo de Máxima, quien llevaba también unos pendientes, un collar y un broche en la cintura que sujetaba la banda francesa de la orden de la Legión de Honor, en rojo como su vestido.

Por su parte, Brigitte ha apostado por el azul marino, con un vestido de silueta recta cuya atención recae en la zona superior, con un estampado de entramados plateados. Un diseño sobrio que cumple 100% con las normas de la primera dama francesa cuando viste de largo, ya que siempre se decanta por el mismo tipo de silueta, de un solo color y que contraste con detalles metalizados.