¿Tiene la infanta Cristina una nueva ilusión en Barcelona? Su entorno responde

La vida de la infanta Cristina en Barcelona es tranquila y bastante hermética. Hace ya meses que sus visitas a la capital catalana han aumentado en frecuencia, sobre todo desde su separación, y su día a día está muy relacionado con su trabajo, con familia y con sus amigos.

Esos amigos son los de toda la vida, los mismos que compartía con su exmarido, Iñaki Urdangarin, quienes tras la separación (que no divorcio todavía) se han volcado más en ella. Las visitas de doña Cristina son muy discretas y ella hace muy poco ruido. Tanto es así que hace unos días estuvo en Barcelona y pocos fueron quienes la vieron.

Según cuentan fuentes solventes a este medio, cuando va a la capital catalana se aloja, como siempre ha hecho, en el hotel AC Victoria Suites, donde tiene a su disposición un coqueto apartamento equipado con todo lo necesario. Y muchas veces, cuando llega de la oficina, ni siquiera baja a cenar al restaurante del hotel y come un tentempié en el mismo apartamento. Suele desayunar en el restaurante del establecimiento y muchas veces aprovecha el café de primera hora para quedar con alguna amiga.

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Su última visita fue como son casi todas: se basan, fundamentalmente, en ir a las dependencias de La Caixa, donde mantiene reuniones profesionales con su equipo. Aprovecha, eso sí, para ir a ver a Pablo Urdangarin, su segundo hijo, jugar un partido de balonmano y para estar con él. Pero, a diferencia del exduque de Palma, la hermana de Felipe VI prefiere mantener encuentros en lugares privados, casas especialmente, y no dejarse ver por restaurantes. Menos si están de moda.

Las calles de siempre

Suele comer con compañeros de trabajo y a veces queda con amigos para cenar o tomar algo. Es habitual verla por los alrededores del hotel en el que duerme, por el paseo Manuel Girona y la calle Marqués de Mulhacén. Porque cerca vive, además, una de sus grandes amigas, Cristina Fernández, en quien se ha apoyado mucho en los últimos meses. Y si tiene tiempo, se desplaza hasta el Maresme, donde reside su gran amiga Marta Mas.

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Eso sí, cuando hemos preguntado a su entorno sobre la posibilidad de que tuviera una nueva pareja, una nueva ilusión, como han informado algunos medios, lo niegan rotundamente. Incluso algunos familiares de doña Cristina a quienes hemos consultado niegan la mayor y lo hacen, además, con un suspiro de nostalgia. “Ojalá, pero no”, es la frase en la que coinciden las personas consultadas.

“Se merece todo lo mejor porque lo ha pasado muy mal durante todo este proceso de separación”, añade la mayoría. Su círculo empatiza con ella porque es consciente de que lo dejó todo por su exmarido, se puso en primera fila en el caso Nóos y, cuando todo había terminado, empezó la separación. La gran decepción, lo llaman.

"No tiene ganas"

Así, aseguran a este medio que ”no está en ese momento, que no quiere encontrar pareja y que no tiene ganas de empezar una nueva relación”. Otro punto que resaltan es lo difícil que sería para ella empezar un noviazgo o algo parecido en Barcelona, donde pasa las horas con una agenda apretadísima y con poco tiempo para conocer a gente nueva.

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Sería en Ginebra, si fuera, claro, donde la hija de los reyes Juan Carlos y Sofía tendría más tiempo libre y donde podría encontrar una pareja. Allí tiene fijada su residencia doña Cristina, aunque, insisten, sea como sea, se diga lo que se diga, en estos momentos “no tiene ni ganas, ni voluntad, ni estómago para reanudar su vida sentimental”.

Es, al menos, lo que dicen sus personas más cercanas. El tiempo nos dará la respuesta. Porque nunca se puede saber si en unos días o semanas, por pocas ganas que tenga, encuentre a alguien.

Satisfecha con sus hijos

Mientras tanto, ella sigue con su vida normal. Como decíamos, estuvo en Barcelona hace poco menos de una semana y podría volver a venir este próximo fin de semana, momento en el que Pablo juega un partido de balonmano. La infanta Cristina está muy contenta y satisfecha con la situación que tienen sus hijos: ha conseguido por fin ‘colocarlos’, como dirían los padres de antes, y su vida está encarrilada.

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La pequeña Irene es quien más dolores de cabeza le había dado últimamente porque bajaron sus notas de forma drástica cuando sus padres se separaron. Pero también ella, poco a poco, ha ido encontrando de nuevo el camino y tiene claro su futuro laboral. La adolescente, tal y como publicó Vanitatis, ha presentado una solicitud para entrar en la escuela de hostelería de Suiza, la más importante del mundo, una de las más exclusivas y de las más duras.

Ella misma hizo pública en su perfil de Instagram su voluntad de formar parte de la escuela, una reseña que borró tras el revuelo que se formó. Pese a que su madre le ha insistido en múltiples ocasiones sobre el buen uso de las redes sociales, a veces, a sus 17 años, se le olvida.

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Más allá de eso, la infanta Cristina mantiene su vida tranquila sin muchos altibajos. Para ella ha sido suficiente ya lo mal que lo ha pasado durante todo este tiempo. Nos dicen, eso sí, que ha pasado página y que ya no le duele tanto ver a Iñaki Urdangarin con una nueva pareja. Lo que no le gusta es verlo en los lugares en los que ellos fueron felices durante tantos años. Es decir, la escapada a Baqueira en invierno y la nueva escapada a Mallorca en Semana Santa no le han gustado nada. Porque, además, la han vuelto a poner frente a la realidad, una realidad que ella nunca buscó.