Alexandra de Luxemburgo y los detalles de su atípica boda real: de la ausencia de besos a las grandes firmas

Este sábado tenía lugar el enlace civil de la única hija de los grandes duques de Luxemburgo. Es la primera de sus dos bodas, ya que la segunda tendrá lugar este próximo sábado en Francia, en la localidad costera donde la familia veranea desde hace años. Será entonces cuando veremos a Alexandra con todo lo que se espera de una novia royal, ya que en la de este sábado se imponía la sencillez. Si algo se puede decir de la primera boda real de Alexandra de Luxemburgo es que ha sido completamente atípica. Pero eso sí, nada como un enlace royal para exprimir al máximo todos los detalles del gran momento, desde la ausencia de besos a las grandes firmas que vimos en los -también- atípicos estilismos.

1. Un sencilo y breve enlace civil

El procedimiento de celebrar primero una boda civil y después la religiosa no es nuevo. Así lo hicieron los dos hijos de los Grandes Duques que siguen casados, Guillermo y Félix, en unas jornadas muy parecidas que, como la de este sábado, servirían de aperitivo a su gran día. En este caso, la ceremonia que convertía a Alexandra de Luxemburgo y Nicolas Bagory en marido y mujer duraba apenas unos minutos. Poco menos de media hora había pasado desde que accedieron al ayuntamiento de la capital hasta que salieron, con su nuevo estado civil recién estrenado.

2. Looks poco royals, pero habituales

Al tratarse de una ceremonia civil y con una pequeña recepción para las familias de ambos, no es extraño que las mujeres de la familia ducal que asistieron al 'sí, quiero' optasen por atuendos más bien sencillos. Incluso Claire, la esposa de Félix, se atrevió con un diseño de estilo boho que en España no nos imaginaríamos en una boda royal, aunque fuera civil. Pero es cierto que este tipo de atuendos son habituales en toda Europa para este tipo de ocasiones, dejando las mejores galas para la gran celebración.

3. La novia rompe con la tradición

Por supuesto, uno de los grandes protagonistas de la jornada fue el look nupcial, igual de atípico que el resto del día. Aunque no esperábamos ni vestido ni tiara por la naturaleza del enlace, sí pensábamos en un traje corto, como hicieron sus dos cuñadas en sus respectivas bodas civiles. Pero Alexandra daba la sorpresa y optó por llevar pantalón. Se trataba de un conjunto de dos piezas, con un pantalón de talle alto con fajín incorporado y blusa en color blanco, a los que añadió una capa para protegerse del frío y la lluvia que acompañó a los novios.

4. Grandes firmas

Eso sí, a pesar de que no eran looks muy estudiados, en ninguno de los atuendos faltaron las grandes firmas, ni siquiera en el de la novia. La futura gran duquesa, Stéphanie, lució un diseño de Armani bastante fluido, muy apropiado para los cambios que está experimentando su cuerpo tras su último embarazo y haber dado a luz hace menos de un mes. Claire llevó un vestido de Diane von Fúrstenberg y zapatos de Dior. Mientras, Alexandra lució una capa de Valentino -quedaba claro por la característica V dorada del italiano en los bolsillos- y un pequeño bolso de Chanel.

5. Nada de besos

Vale que se trataba de una ceremonia civil, que no iba a haber grandes joyas ni grandes vestidos. Pero con lo que no contábamos es con que tampoco iba a haber besos de los recién casados. Bien por timidez, bien porque esperan al enlace religioso, lo cierto es que nos hemos quedado sin ese primer beso como marido y mujer. Ni casto, como el de los reyes Felipe y Letizia, ni más atrevido; ni al salir del ayuntamiento ni una vez en el balcón de palacio, siempre escenario perfecto para ese primer ósculo de una pareja que acaba de darse el 'sí, quiero'.

6. Una María Teresa cercana

Aunque el tiempo no acompañaba y los paraguas y los chubasqueros se han convertido en invitados no muy deseados para este gran día, no ha faltado público para trasladar sus buenos deseos a los novios, tanto en la plaza del ayuntamiento como en el recorrido que después han hecho a pie hasta el Palacio Ducal. Y ahí hemos visto cómo una de las más cariñosas con los espontáneos era María Teresa de Luxemburgo, siempre deseosa de borrar esa imagen de mujer dura y exigente que quedó de ella tras la publicación del llamado informe Waringo, que hablaba incluso de malos tratos a los empleados de palacio.

7. Una parada inesperada

Los recién casados salvaron la distancia entre el ayuntamiento y el palacio ducal caminando, recibiendo los saludos de la multitud e incluso regalos. Y no estaba previsto, pero hicieron una pequeña parada en la catedral de Notre-Dame para hablar con el deán, quizá en deferencia por no elegir este templo para su boda religiosa, rompiendo de nuevo con la tradición, ya que es donde se casaron los actuales grandes duques y también los herederos. Además, es donde están enterrados los abuelos de Alexandra, los Grandes Duques Jean y Josefina Carlota.

8. Novia mojada, novia afortunada

Precisamente, al final de esta secuencia podíamos ver cómo la lluvia había hecho estragos en el peinado de la novia. Alexandra llegaba al ayuntamiento perfectamente peinada, con unos mechones recogidos en el lateral y unas trabajadas ondas. Después de estar unos minutos bajo la lluvia, su pelo aparecía completamente mojado y sin forma. Y ees que a pesar del desapacible tiempo, los novios no renunciaron a pasear por la capital para saludar a todos los que querían felicitarlos por su boda.

9. Mas cantantes que familia

En las fotos oficiales distribuidas por la propia Casa Ducal veíamos que, a pesar de ser una breve ceremonia civil, había un coro. Y curiosamente sus integrantes superaban en número a los invitados a este discreto 'sí, quiero'.

10. Ausencias familiares

Teníamos la referencia de la boda de María Laura de Bélgica, quien también contó con una ceremonia civil previa al enlace religioso con la presencia de muchos miembros de su familia. Así que esperábamos que para este primer enlace también hubiera presencia de la familia real de Liechtensein o de Bélgica, ya que ambas tienen vínculo con el gran duque de Luxemburgo. Finalmente, al ayuntamiento solo han acudido los familiares más cercanos de los novios, padres y hermanos, con la gran ausencia de los seis sobrinos de Alexandra: los dos hijos de Claire y Félix, los dos de Louis y los dos de Guillermo y Stéphanie.