Un vestido de alta costura, una tiara transformer y un presidente 'rebelde': los detalles de la cena de gala con Colombia

No hace mucho, los expertos en realeza se llevaban las manos a la cabeza al ver a Macron en una cena de gala en el Palacio Real de Ámsterdam. El presidente francés optó por no lucir un frac, como debería, sino un híbrido con chaqué, algo que fue muy criticado. Una situación similar se producía este miércoles en el Palacio Real de Madrid, ya que Gustavo Petro se negó a vestir como manda el protocolo en el banquete que don Felipe y doña Letizia ofrecieron en su honor, en el marco de la visita de Estado que está realizando a España junto a su esposa.

El presidente de Colombia ya había anunciado que no se pondría frac en la cena, pues para él este tipo de vestimenta representa y tiene que ver con las élites y la antidemocracia. Y dicho y hecho. Petro pisaba las reales estancias con traje y corbata, al igual que hacían los miembros de su delegación. Llama la atención que el presidente 'rebelde' se negase a llevar frac por considerarlo elitista, pero no rechazara lucir el collar de la Orden de Isabel la Católica, una de las más importantes del reino de España.

Quien sí cumplió a rajatabla con la etiqueta fue su esposa, Verónica Alcocer, que optó por un traje largo siguiendo las directrices de Casa Real. La primera dama eligió un vestido capa azul sobre el que llevaba también la orden de Isabel la Católica, en su caso la banda amarilla y blanca y la placa de dama. También las otras mujeres de la delegación colombiana siguieron las normas de protocolo con vestidos de gala, siendo los hombres los únicos que se negaron a lucir lo establecido: un frac, vestimenta que se caracteriza por su longitud en la parte trasera hasta las rodillas y corte hasta la cadera en la parte delantera.

Don Felipe sí vistió el frac a la perfección. Lo llevaba con el gran collar de la orden de Boyacá, otorgado al Rey por el expresidente Santos durante su visita de Estado en febrero de 2015. El jefe del Estado también lucía del cuello el emblema de Toisón de Oro, la más importante orden española, de la que forman parte la mayoría de monarcas europeos, así como la princesa Leonor.

Por su parte, doña Letizia vestía un diseño rojo de alta costura. Se trata de un vestido de Carolina Herrera realizado con crepé rojo con detalles péplum en la zona de la cintura, que la rodean por detrás, y decoración en los hombros. Una opción muy sobria por parte de la Reina, quien volvía a demostrar que el rojo es su color fetiche para las grandes citas, como vimos hace ya casi 20 años, cuando desfiló por Copenhague con aquel maravilloso Caprile en la boda de Federico y Mary de Dinamarca, o en Suecia en la preboda de Victoria de Suecia y Daniel Westling.

La Reina echó mano de la tiara floral, o transformer para nosotros, ya que para esta cita cambió su estructura, abriéndola para que se asemejara más a una diadema. Esta era la primera vez que se la veíamos de esta forma, y también con el pelo suelto, pues suele recogérselo en un moño. Hay ciertas tiaras, como esta, que tienen una base flexible que permiten que se transforme. De ahí que, hace décadas, la reina Sofía la utilizase como gargantilla en la cena previa a su boda con don Juan Carlos en Atenas.

La tiara floral fue un regalo del dictador Francisco Franco a la reina Sofía en nombre del pueblo español con motivo de su boda. Su origen se remonta a finales del siglo XIX. La infanta Cristina llevó esta tiara en su boda con Iñaki Urdangarin, pero desde que dejó de formar parte de la Casa Real, ha sido doña Letizia la que la ha usado con más asiduidad, sobre todo en su época como Princesa de Asturias.

La Reina decidió sujetar la banda de la orden colombiana de Boyacá con un broche muy especial, que no había lucido nunca. Se trata de una pieza en forma de lazo realizada con diamantes. Perteneció a la reina regente María Cristina de Austria. Fue heredado por Alfonso XIII, quien se lo legó a don Juan. De hecho, la condesa de Barcelona lo llevó en numerosas ocasiones y también la reina Sofía, quien lo lució en la boda de don Felipe y doña Letizia en 2004, sujetando su mantilla negra. Volviendo a la cena de este miércoles, observamos que doña Letizia llevaba unos pendientes de botones realizados en oro blanco y diamantes, de los que habitualmente cuelga sus perlas australianas.

A la cena asistieron 110 invitados, entre los que se encontraban el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez; el presidente del Senado, Ander Gil; el presidente del Tribunal Constitucional, Cándido Conde-Pumpido; la vicepresidenta primera, Nadia Calviño; el líder del PP, Alberto Núñez Feijóo; además de altos directivos de Telefónica, Repsol, Navantia, Hispasat y Airbus. También estuvieron presentes personalidades de la cultura y el deporte como Esther Cruces, directora del Archivo General de Indias; Guillermo Ramos, pintor; o Leicy Santos, futbolista colombiana del Atlético de Madrid.

Durante el discurso, don Felipe anunció la próxima visita humanitaria de doña Letizia a Colombia: "La Reina Letizia, en su constante dedicación y apoyo a la Cooperación española, viajará pronto a Colombia para conocer y apoyar in situ algunos de nuestros programas, y dará testimonio de la gran vocación solidaria de los españoles, que Colombia conoce bien". Tras los brindis, los invitados pudieron degustar un menú elaborado por el restaurante El Celler de Can Roca compuesto de ensalada verde, lubina con sabores del Mediterráneo y haba de cacao.