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La coronación de Carlos III, narrada a través de las 20 mejores imágenes de la jornada
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La coronación de Carlos III, narrada a través de las 20 mejores imágenes de la jornada

La cita histórica dio lugar a fotografías igual de icónicas con nombres propios que compartieron protagonismo con los reyes

Foto: El rey Carlos, durante la coronación. (Reuters/Andrew Matthews)
El rey Carlos, durante la coronación. (Reuters/Andrew Matthews)

La cita histórica vivida este 6 de mayo en Londres no decepcionaba. Esperábamos gran pompa y boato, los propios de los eventos de la familia real británica, y la teníamos. Esperábamos una organización absolutamente milimétrica, y la teníamos. Y esperábamos espectaculares fotografías de cada momento, y así era: gracias a los profesionales estratégicamente situados por la organización en diferentes puntos, la coronación de Carlos III podría ser narrada a través de las mejores imágenes de la jornada. Muchas con nombres propios que compartían protagonismo con el monarca británico.

Desde primera hora de la mañana, la abadía de Westminster se ha ido llenando con los más de 2.000 invitados, que incluían a royals, miembros de la clase política, representantes de los países pertenecientes de la Commonwealth y diferentes mandatarios y líderes mundiales. Pero también, y como reflejo del nuevo aire que quiere reflejar la monarquía británica, muchas celebrities internacionales. Entre ellas, los cantantes Lionel Richie o Katy Perry, esta última acompañada del conocido editor de moda Edward Enninful.

placeholder Katy Perry, en la abadía de Westminster. (Getty)
Katy Perry, en la abadía de Westminster. (Getty)

Precisamente, otra de las imágenes más curiosas, y que simboliza esa modernidad que Carlos III ha intentado demostrar en la coronación, es la de estos tres invitados tomándose un selfie para sus redes sociales. Y no solo por el gesto que refleja también la digitalización de nuestros días, sino por sus protagonistas. Son el diseñador Ozwald Boateng y los editores de moda Edward Enninful y Vanessa Kingori.

placeholder Los selfies, inundando Westminster. (Getty)
Los selfies, inundando Westminster. (Getty)

Además de las numerosas celebrities, han asistido a la coronación representantes de todas las casas reales europeas e internacionales. Por supuesto, los más esperados por nosotros eran don Felipe y doña Letizia, que protagonizaban una imagen para el recuerdo, él con uniforme militar, ella con un dos piezas en color rosa firmado por Carolina Herrera, convirtiéndose en auna de las invitadas más elegantes.

placeholder Los Reyes, llegando a Westminster. (Getty)
Los Reyes, llegando a Westminster. (Getty)

Aunque doña Letizia y su look han competido en el ranking con Máxima de Holanda, siempre en las listas de las mejor vestidas. En esta ocasión, la reina de los Países Bajos apostaba por el diseñador Jan Taminiau, el mismo que la vistió el día de la coronación de su marido, Guillermo Alejandro. No le ha faltado a la argentina ningún complemento, ni tocado ni guantes ni espectaculares joyas.

placeholder La reina Máxima, de las más elegantes. (Getty)
La reina Máxima, de las más elegantes. (Getty)

Y no podemos hablar de las royals internacionales que han asistido a la coronación sin mencionar a Jetsun Pema, la reina de Bután, con uno de los looks más exóticos de la coronación. Como en la recepción que Carlos III organizó la víspera en Buckingham, llegaba a la abadía de la mano de su marido, otro gesto que refleja la modernidad de las monarquías, en este caso de una con tradiciones tan arraigadas como la del país oriental.

placeholder Jetsun Pema, reina de Bután. (Getty)
Jetsun Pema, reina de Bután. (Getty)

Y otra de las imágenes más esperadas del día era la del príncipe Harry, que llegaba a Westminster solo, sin la compañía de Meghan Markle, como ya anunciaba Buckingham hace unas semanas. Lo hacía acompañado de algunos de sus primos y sonriente, sin tener ningún papel destacado en la ceremonia. Tampoco ha salido al balcón a saludar con los reyes unas horas más tarde, no solo porque ya no forma parte ya de la Casa Real, sino porque no tardaba en regresar a California con su familia para celebrar el cumpleaños de Archie.

placeholder El príncipe Harry, abandonando Westminster. (Reuters)
El príncipe Harry, abandonando Westminster. (Reuters)

Tras los Windsor, que ocupaban las primeras filas del templo, llegaba uno de los momentos más esperados, con Carlos y Camila saliendo del Carruaje de Estado del Jubileo Diamante para entrar en Westminster. Ambos lo hacían con ayuda de sus pajes, en el caso del rey, y de las damas de honor, en el caso de ella. Y entre el cortejo destacaba un nombre por encima del resto, el del príncipe George, que debutaba en un acto tan relevante, y además con una misión importante.

placeholder El príncipe George, junto a otros pajes. (Getty)
El príncipe George, junto a otros pajes. (Getty)

Pero no podemos negar que George, a pesar de su relevante papel, se ha visto eclipsado por sus hermanos. Primero, por su hermana Charlotte, una minicopia de la princesa de Gales, ya que también iba de blanco, de Alexander McQueen y con un tocado floral en la cabeza.

placeholder Charlotte y Louis, antes de la ceremonia. (Getty)
Charlotte y Louis, antes de la ceremonia. (Getty)

Y segundo, por el propio Louis, no solo porque volvía a desplegar todo su repertorio en el balcón de Buckingham mientras los reyes saludaban al público, sino por ese pequeño 'break' de algunos minutos que tuvo que hacer durante la ceremonia, ausentándose de su asiento de primera fila y volviendo justo a tiempo para unirse al himno nacional.

placeholder El príncipe Louis, en el carruaje de vuelta a Buckingham. (Getty)
El príncipe Louis, en el carruaje de vuelta a Buckingham. (Getty)

Pero ambos, a su vez, tenían que compartir protagonismo con su madre, Kate Middleton. La princesa de Gales lucía para esta ceremonia la capa de la Real Orden Victoriana, una condecoración que recibió de manos de la reina Isabel en 2019. Todo un homenaje a la que fue su abuela política, a la que siempre consideró un ejemplo.

placeholder Kate, en la carroza. (Getty)
Kate, en la carroza. (Getty)

Como ella, también los duques de Edimburgo lucían la misma capa de la importante orden. En el caso de Sophie, también la recibió de manos de la reina Isabel, aunque en 2022, unos meses antes de fallecer. Fue una demostración del afecto que le tenía y lo importante que consideraba a su nuera para la institución, gracias a su trabajo y discreción, que siempre alabó.

placeholder Los duques de Edimburgo, con sus hijos. (Getty)
Los duques de Edimburgo, con sus hijos. (Getty)

Pero no podemos negar que los grandes protagonistas de la jornada eran Carlos y Camila, cuya llegada a Westminster generaba una gran expectación, además de cierta inquietud, puesto que la lluvia no cesó desde minutos antes de que diera comienzo la ceremonia.

placeholder Carlos III a su llegada a la Abadía de Westminster (Getty)
Carlos III a su llegada a la Abadía de Westminster (Getty)

Una vez en el interior del templo, la liturgia siguió el orden marcado y, aunque el rey Carlos ha intentado modernizarla, no faltaron algunas tradiciones que datan de hace casi mil años. Por ejemplo, no faltaron los grandes símbolos de la monarquía británica, como son, además de las coronas de San Eduardo y la Imperial de Estado, el cetro o el orbe, que representa el poder terrenal del monarca.

placeholder Carlos, con los símbolos de la monarquía. (Getty)
Carlos, con los símbolos de la monarquía. (Getty)

La imagen del matrimonio coronado no se daba desde el año 1937, ya que Felipe de Edimburgo, como marca la tradición real, no fue coronado junto a Isabel II. Así, no faltaban las miradas de complicidad de la pareja, con una Camila a la que se veía de vez en cuando algo inquieta, con su espectacular vestido y su corona, concretamente la de María de Teck, bisabuela de su marido.

placeholder Los reyes, cómplices. (Getty)
Los reyes, cómplices. (Getty)

Por eso la imagen de Camila portando su corona también es una de las más simbólicas de la jornada y que mejor narra la histórica cita. La reina británica, a la que ya podemos quitar el habitual 'consorte' que le ha acompañado desde hace ocho meses, tuvo un papel protagonista; no solo por ella misma, sino porque desde la organización se dio un sitio principal -literal y metafórico- a su familia, con sus hijos sentados en uno de los bancos delanteros y sus hermanas, como damas de honor, saliendo a saludar al balcón, formando parte de una imagen histórica.

placeholder Camila, una reina con corona. (Getty)
Camila, una reina con corona. (Getty)

Tampoco podemos pasar por alto esta fotografía de la ceremonia, con uno de los momentos más espirituales de la liturgia, pero en el que no se ve al monarca. Y es que Carlos III era ungido con los sagrados óleos fuera de los ojos del público, gracias a una estructura colocada frente al altar y con la que se le tapaba completamente.

placeholder El especial momento de la ceremonia. (Reuters)
El especial momento de la ceremonia. (Reuters)

Igual de simbólico ha sido este momento con el príncipe Guillermo jurando lealtad a su padre: "Yo, Guillermo, príncipe de Gales, te prometo mi lealtad y te daré fe y verdad, como tu señor, hombre de vida y miembro. Que Dios me ayude". Un momento tras el que le daba un beso, al que el rey Carlos respondía con un "thank you, William".

placeholder El príncipe Guillermo, jurando lealtad a su padre. (Getty)
El príncipe Guillermo, jurando lealtad a su padre. (Getty)

De nuevo en las calles de Londres, los reyes hacían su recorrido de vuelta a Buckingham, aunque con dos diferencias con el trayecto de ida. En esta ocasión, ambos lucían sus respectivas coronas, además de un coche diferente, la carroza de oro, más conocida como Gold State Coach, que tiene más de 260 años de historia y que ya usó Isabel II en 1953 con motivo de su coronación.

placeholder Carlos y Camila, de vuelta a Buckingham. (Getty)
Carlos y Camila, de vuelta a Buckingham. (Getty)

Y en todo momento el ambiente en Londres ha sido inmejorable. Ni siquiera la insistente lluvia ha impedido que miles de personas quisieran estar cerca de Buckingham o de la abadía de Westminster para vivir los momentos más importantes del día.

placeholder Ambiente en Londres. (Getty)
Ambiente en Londres. (Getty)

Uno de esos momentos más icónicos y que ponía el broche de oro a una intensa mañana era la de la familia real en el balcón del palacio de Buckingham. Una imagen que ha cambiado mucho en los últimos años, con nuevas incorporaciones, pero también muchas bajas. Por ejemplo, aunque son familiares directos del rey Carlos, este sábado no estaban ni el príncipe Andrés ni el príncipe Harry.

placeholder La foto en Buckingham. (Getty)
La foto en Buckingham. (Getty)

Se ponía así fin a seis horas de milimétricas celebraciones, con poco lugar para la espontaneidad. Una cita en la que la Corona ha desplegado todo su esplendor y la organización encargada del evento ese capacidad para celebrar, a la perfección, una histórica coronación.

La cita histórica vivida este 6 de mayo en Londres no decepcionaba. Esperábamos gran pompa y boato, los propios de los eventos de la familia real británica, y la teníamos. Esperábamos una organización absolutamente milimétrica, y la teníamos. Y esperábamos espectaculares fotografías de cada momento, y así era: gracias a los profesionales estratégicamente situados por la organización en diferentes puntos, la coronación de Carlos III podría ser narrada a través de las mejores imágenes de la jornada. Muchas con nombres propios que compartían protagonismo con el monarca británico.

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