Todo lo que los expertos en leer los labios han averiguado durante la coronación de Carlos III

“Vales por lo que callas”, según el dicho, pero en momentos de gran solemnidad, como ha sido la coronación de Carlos III, también por lo que dices, aunque sea breve (dos veces bueno). Cada gesto, cada mirada, cada susurro… han sido captados al detalle durante este fin de semana por las cámaras de medio mundo. Para descifrarlos, además de los expertos en historia y casas reales, los más solicitados han sido los especialistas en lectura labiofacial.

Siempre unas pocas palabras describen bien el estado de quien las pronuncia, pero si se trata de Carlos III con gesto enfadado tienen un valor mayor. Todas las miradas estaban puesta en el monarca y Camila, durante los escasos dos minutos que permanecieron en el interior de la carroza Jubileo de Diamante en la entrada de la abadía de Westminster antes de ser coronados. No aparecían los príncipes de Gales, y Carlos, impaciente, se pilló un soberano mosqueo.

“Nunca podemos estar a tiempo. Siempre hay algo… Eso es aburrido”, se quejó como padre exigente, según los expertos en leer los labios de ‘Daily Mail’, al no poder bajarse aún del carruaje. Minutos despúes, Guillermo fue el receptor, esta vez, delante de más de 2.000 personas que ocupaban la abadía, de otra frase que Carlos III pronunció casi en un susurro.

Ocurrió durante el juramento de lealtad del heredero de la corona a su progenitor. “Yo, Guillermo, Príncipe de Gales, te juro mi lealtad, fe y verdad te guardaré, como tu vasallo de vida y muerte. Que me ayude Dios", dijo conmovido, para luego tocar la corona de San Eduardo y besar a su padre en la mejilla. Carlos movió levemente los labios y, según ‘The Express’, le dijo: “Te lo agradezco, Guillermo”, algo que para la prensa británica describe la cercanía que existe entre ambos.

El príncipe Harry también fue observado minuciosamente por estos especialistas en descubrir las palabras según el movimiento de los labios y también de la cara. Las cámaras de televisión captaron la conversación que este mantenía con Jack Brooksbank, el marido de su prima, la princesa Eugenia: “Es triste. Estoy harto, he intentado hablar con él”, le contaba; no se sabe si se refería a su hermano Guillermo o a su padre, con los que no hubo ningún acercamiento durante la ceremonia.

En otro momento, relegado a la tercera fila, detrás de la pluma del sombrero de la princesa Ana, respondió a Brooksbank diciendo: “¿Sobre las 4 menos cuarto?”. Quizás hacía referencia a la hora de su vuelo de vuelta a casa a Estados Unidos, donde le esperaba su mujer, Meghan Markle, para celebrar el cumpleaños de su hijo Archie. Además, Harry, sonriente y animado, no dejó de compartir confidencias con su primo. “Creo que mañana…”, dijo en otra ocasión, según los expertos de ‘Daily Mail’.

De vuelta al palacio Buckingham, los ya coronados reyes también fueron ‘pillados’ cuando se dirigían al balcón para saludar al pueblo. Carlos le dijo a Camila: “Me alegraré cuando todo termine”, haciendo gala de su mal genio. Por su parte, los príncipes de Gales protagonizaron una divertida escena durante el concierto celebrado el día después.

Fue durante un sketch de Peggy y la rana Gustavo, de ‘Los teleñecos’. La cerdita se quejó de no tener un castillo, broma que hizo reír a Kate Middleton, que exclamó: “¡Qué divertido!”. Su marido, Guillermo, también aplaudió este gag y repitió una frase pronunciada por el presentador: “Cerda con vestido”, refiriéndose a la Señorita Peggy.