Desciframos el mensaje patriótico que escondían los looks de Kate Middleton en la coronación

Varios días después de ser testigos de uno de los grandes acontecimientos del siglo, la coronación de Carlos III sigue siendo noticia. Mires por donde mires, las imágenes de lo vivido en Reino Unido el pasado sábado 6 de mayo se amontonan en nuestra retina. Conclusiones y análisis para todos los gustos. Desde los más políticos e institucionales que apuntan al nuevo papel de cada miembro de la familia real británica hasta otras lecturas más íntimas y concretas, como el polémico gesto de Eugenia de York en defensa de su primo Harry, pasando por apreciar al detalle los bordados personalizados que el diseñador Bruce Oldfield incluyó en el traje inmaculado de la reina Camila.

Si apuntamos al estilo, de la familia del rey Carlos, Kate Middleton se llevó la palma. No solo el día de la coronación con un vestido de novia de Alexander McQueen, también en las otras citas, previas y posteriores, que tuvieron lugar en Londres con motivo del acto principal. Un despliegue de estilismos que, pasada la resaca, vemos con claridad. Intencionadamente, escondían un mensaje que hoy te vamos a explicar.

En el exclusivo armario de la princesa de Gales ideado para tales jornadas históricas, solo tres colores: blanco, rojo y azul Klein. Los mismos tonos que tiñen la bandera de Reino Unido. Los atuendos de Kate para la coronación ocultaban un mensaje patriótico. Para los que desconozcan la simbología cromática de este estandarte, un repaso por la historia de Inglaterra.

Oficialmente denominada con los apelativos de Union Jack y Union Flag​ (que significa 'bandera de la Unión'), está compuesta por una combinación de cruces que apuntan a los santos patronos de Inglaterra, Escocia e Irlanda, los tres antiguos reinos que formaron Reino Unido. La cruz roja representa a San Jorge, el patrón de Inglaterra; mientras que las aspas blancas sobre el fondo azul hacen referencia a la cruz de San Andrés, el patrón de Escocia; y las aspas rojas con el fondo blanco representan la cruz de San Patricio, patrón de Irlanda. De esos tonos fueron los estilismos escogidos por la mujer del príncipe Guillermo.

Escogió el blanco en dos ocasiones. La primera, para la comida oficial de bienvenida a gobernadores y primeros ministros celebrada en Buckingham Palace el día antes de la coronación. Elegante y sobrio, llevó un atuendo bicolor formado por un vestido de Jenny Packham (una de sus diseñadoras británicas fetiche), un bolso de mano de Prada y unos salones de Aquazzura. Para esta ocasión, la princesa de Gales expuso parte de la artillería pesada como antesala al gran look que veríamos al día siguiente.

Antes de recordar el otro traje inmaculado, recuperamos el modelo azul Klein para la recepción de bienvenida con jefes de Estado, dirigentes y realeza europea la tarde previa. También tuvo lugar en el interior del palacio de Buckingham y allí se enfrentó a un reto mayúsculo: destacar entre la multitud con rivales de estilo como la reina Letizia, Rania de Jordania o Mette-Marit.

Su aliado fue un vestido azul Klein de Self-Portrait. Confeccionado con un tejido de crepé elástico, el modelo presentaba un original cuello con detalle nudo, costuras fruncidas en la parte superior, manga larga, hombros voluminosos y minibotones dorados decorando tanto los puños como las hombreras. El traje se completó con una falda de silueta 'wrap', abertura lateral y largo midi. Era un vestido de estreno que se vende por 450 euros. Unas ondas en el pelo para una imagen glamurosa al estilo Hollywood, y solo con ese detalle 'beauty', Kate Middleton firmó una puesta en escena impecable.

La mañana de la coronación, los príncipes de Gales, acompañados de Charlotte y Louis, llegaron con un leve retraso a la abadía de Westminster y, tras salir del coche, se descubrió el look creado por Alexander McQueen.

Como princesa, la capa de la Real Orden Victoriana no podía faltar en su estilismo. Debajo, un vestido de Sarah Burton para Alexander McQueen, la misma mujer que firmó el traje de novia de la mujer del príncipe Guillermo para su boda el 29 de abril de 2011. Aunque no lo pudimos contemplar en todo su esplendor hasta que la Casa Real británica publicó las fotos oficiales de la coronación, en aquel paseillo sí que fichamos el bordado con hilos de plata que presentaba en el bajo y que cubría también el escote. A sus pies, unos salones básicos en blanco de Gianvito Rossi y una de las piezas que más nos gustó, la diadema con hojas de Jess Collett Milliner. Como homenaje a la madre de su marido, sumó unos pendientes de perlas y diamantes del joyero de Lady Di.

Todavía faltaba un color de la bandera, el rojo, y Kate Middleton lo reservó para la última jornada: el macroconcierto celebrado en el castillo de Windsor la noche del domingo 7 de mayo.

Sobre el escenario, artistas de la talla de Katy Perry, el grupo Take That o Lionel Richie, y en las gradas, cantando y bailando, la familia real británica. Kate Middleton estuvo al lado de sus dos hijos mayores, el príncipe George y la princesa Charlotte, y con este estilismo en rojo dio carpetazo a unos días de desenfreno en clave 'fashion'. Para el concierto, prefirió no estrenar y rescatar de su fondo de armario un traje de chaqueta de Alexander McQueen.

Se trata de un conjunto de dos piezas que ya le vimos a principios de 2023 para acudir a una comida de trabajo en la Royal Foundation Centre y que tuvo a bien volver a lucir en el concierto. Una americana estructurada con los hombros acentuados, manga larga, cuello con solapas de muesca, cierre lateral y bajo asimétrico, y debajo, un pantalón de talle elevado y pernera recta. Con respecto a la primera vez, cambió los complementos: pendientes y collar a juego de Van Cleef & Arpels, salones a tono de Gianvito Rossi y clutch de Miu Miu. Una acertada y llamativa manera de poner el broche de oro a unos días históricos para el Reino Unido y el mundo con un repertorio de estilismos patrióticos.