El día en que Juan Urdangarin fue la causa de un conflicto entre Felipe VI y Juan Carlos I
En un pasaje del libro 'King Corp', de José María Olmo y David Fernández, se cuenta una anécdota relacionada con la graduación del nieto del Rey jubilado
Puede que el ruido que ha venido después haya borrado la memoria a muchos, pero hubo un tiempo, antes de que Juan Carlos I se expatriara a Abu Dabi, en el que su presencia se hacía incómoda allí donde iba. Tras su abdicación en 2014, los rumores sobre su posible fortuna en el extranjero empezaron a tomar cuerpo en forma de noticia documentada y poco a poco la figura del omnipotente monarca se tornó en una molestia para muchos. Incluso para su hijo, el ya rey Felipe VI, quien tras ser coronado empezó a sospechar de su propio padre.
Lo cuentan José María Olmo y David Fernández en su intenso libro de investigación ‘King Corp.’ (Libros del K.O., 2023). Es evidente, la historia ha quedado de testigo, que las relaciones entre ambos Reyes españoles han pasado por momentos muy duros en los últimos años. Y su relación con los nietos Marichalar y Urdangarin -y sobre todo sus gastos- no ha hecho más que empeorar la imagen del exmonarca y la de toda la familia.
Quedó claro cuando el 28 de junio de 2017 se celebró el 40 aniversario de las primeras elecciones democráticas en el Congreso de los Diputados con la ausencia del rey Juan Carlos. Aquello fue como un golpe en la cara para el monarca, quien insistió hasta la saciedad para estar presente en los fastos de la Constitución, celebrados meses más tarde.
La graduación
Hubo un caso, desconocido hasta la publicación del libro, en el que se involucró además a la parte familiar más conflictiva en aquellos días: los Urdangarin. Y el propio Felipe VI tuvo que tomar cartas en el asunto. Corría también 2017 cuando Juan Urdangarin, el mayor de los hijos de la infanta Cristina e Iñaki Urdangarin, se graduaba en la escuela, la prestigiosa École Internationale de Ginebra, y su abuelo quiso estar presente.
Según ‘King Corp.’, el exmonarca usó un vuelo privado para desplazarse hasta la ciudad suiza y asistir a la graduación a su nieto. “Felipe VI evitó que trascendieran imágenes del desplazamiento de Juan Carlos I a Ginebra, tres días después, para entregarle a su nieto Juan Urdangarin el diploma de graduación del instituto”, aseveran en el citado libro.
hablamos de un contexto en el que la familia Urdanagrin de Borbón era hostil a todos los intereses de la Corona, sobre todo desde que su hermano, el Rey, la despojara del título de duquesa de Palma en uno de los primeros gestos de su reinado. En 2015, los hermanos se enfrentaban en público a través de los medios por el título que don Juan Carlos había otorgado a la pareja en el momento de su boda. Aquel 'cordón sanitario' en torno a los exduques de Palma era firme y no debía rompeterse. Por eso, que el rey emérito los visitara en Ginebra no fue del agrado del hijo.
Fotografías retiradas
Don Juan Carlos estuvo con su hija y su yerno, y había testigos gráficos de ese momento, unas fotografías que, afirman en el libro, don Felipe se encargó de retirar de la circulación. Si tenemos en cuenta el contexto, no es nada extraño: un año más tarde, Iñaki Urdangarin ingresaba en prisión condenado por delitos económicos y una pena de casi seis años.
Por aquel entonces, como vemos, la presencia del emérito era un problema hasta para su hijo. Seguía siendo Rey, sin corona, y cualquiera de sus movimientos era contado y escrutado por la prensa. Fueron largos meses en los que don Juan Carlos se dedicó a viajar por España de mesa en mesa, en los mejores restaurantes con las compañías más acaudaladas, como Alicia Koplowitz, entre otros muchos.
De California a Tahití
Según cuentan los periodistas en el citado libro, los años que siguieron a su abdicación fueron muy plácidos para Juan Carlos I, quien se había liberado de las obligaciones pero seguía manteniendo los privilegios. Viajes a California, Tahití, República Dominicana y Bahamas estaban a la orden del día. Y ante tal dispendio, su hijo trataba de apagar fuegos.
Fueron años dorados, de grandes gastos, según el libro, en los que el exmonarca se hacía cargo hasta de los viajes de Uber de sus hijas y nietos. Ya lo contó en 'El Confidencial' el mismo Olmo y así lo reproduce en el libro: Dibelunga y Magali, los caballos de Victoria Federica de Marichalar, fueron adquiridos presuntamente con estos fondos opacos que don Juan Carlos puso a disposición de toda su familia. La hija de la infanta Elena había empezado a aficionarse a la hípica, algo que compartía con su madre, por lo que todo lo que sirviera para fomentar ese deporte era positivo.
"Para todos los inquilinos"
“Al fin y al cabo, la infanta Elena creció en un sistema instaurado por su padre que durante cinco décadas garantizó discretamente fondos ilícitos ilimitados, 24 horas al día, siete días a la semana, a todos los inquilinos de la Zarzuela”. La primogénita de los Reyes eméritos, pues, “había comprado el animal en octubre de 2015 por 10.000 euros en la cuadra Maihorses”, informan los periodistas.
“Poco después, la infanta Elena se hizo con un segundo caballo de competición llamado Magali, que quedó a cargo de la hípica Nueva Cartuja, situada al norte de Madrid”. En aquellos meses, “la nieta del rey comenzó a participar con mayor asiduidad en competiciones de salto por toda España”. “Desde fuera parecía que vivieran en las estrecheces de un funcionario público. En privado, se codeaban con algunas de las mayores fortunas del planeta gracias a millones y millones de euros de dinero de origen opaco. ¿Para qué iba la infanta Elena a gastar su sueldo de Mapfre en los caballos si tenían recursos infinitos para pagarlos?”.
La respuesta a esta y otras muchas preguntas quedan contestadas en ‘King Corp.’, un libro que, además de tejer un mapa claro de las finanzas del rey Juan Carlos I, nos muestra cómo su familia se benefició de estos negocios. Hay más, claro, mucho más. Y de ello daremos cuenta aquí.
Puede que el ruido que ha venido después haya borrado la memoria a muchos, pero hubo un tiempo, antes de que Juan Carlos I se expatriara a Abu Dabi, en el que su presencia se hacía incómoda allí donde iba. Tras su abdicación en 2014, los rumores sobre su posible fortuna en el extranjero empezaron a tomar cuerpo en forma de noticia documentada y poco a poco la figura del omnipotente monarca se tornó en una molestia para muchos. Incluso para su hijo, el ya rey Felipe VI, quien tras ser coronado empezó a sospechar de su propio padre.
- Los expertos analizan las fotos del rey Juan Carlos: "Las más entregadas son Victoria Federica y Elena" N.Tiburcio
- Juan Carlos, Sofía, Cristina y los Urdangarin: los detalles desconocidos de su reunificación C. Villar
- Las claves de la simbólica reaparición de la infanta Cristina y los pequeños Urdangarin Juanra López