Victoria Federica se deja querer: del torero Roca Rey al piloto Albert Arenas
La hija de la infanta Elena tiene una vida social de lo más ajetreada: de Jerez a Valladolid y pasando por Madrid, cuenta con una agenda de amigos de lo más analizada
Victoria Federica de Marichalar y Borbón se deja querer estos días por el torero Andrés Roca Rey y también por el piloto Albert Arenas. La hija de Infanta Elena es una joven de 22 años que quiere exprimir el momento. Una circunstancia por la que podría no haber prosperado del todo su relación con el piloto, en la que esperaba poder tener algo más que varios encuentros. La royal española más rebelde y el motorista son amigos muy íntimos, pero nada más. El trabajo y la distancia han podido con ellos.
Así que la nieta de los Reyes eméritos disfruta ahora de otra gran amistad, la que la une con el torero Roca Rey. Aunque en este caso, tal como nos aseguran desde el entorno directo de ambos, no hay más que eso. Y no será porque él no esté dispuesto a dar el paso.
Nos informan quienes la conocen que Victoria no tiene más que una buena amistad con Roca Rey. Y eso que el torero estaría dispuesto a ir mucho más allá. De hecho, así lo ha asegurado varias veces. Pero en estos momentos, lo decíamos, Victoria es un alma libre que vuela sola y disfruta de la vida.
Con Albert Arenas mantiene una amistad mucho más intensa que con el resto de sus amigos. Podríamos llamarlo algo así como noviazgo de quita y pon. Es con este catalán con el único, por el momento, con quien tiene algo más ‘interesante’.
No es un capricho
Cada vez que desde Vanitatis preguntamos a su entorno, nos insisten en que ella sigue centrada en su trabajo, triunfando en su faceta de influencer, con la que acaba de protagonizar una potente campaña publicitaria.
Hace unos pocos días se presentaba en Madrid su última campaña, un anuncio de gafas de sol en el que ha participado con personajes tan potentes como el diseñador Juan Avellaneda. Es la primera vez que hace algo tan concreto para una marca, como publicidad. Podemos ver su cara colgada en los postes de las calles, en las banderolas… algo que ni su madre ni su padre se podían a imaginar hace unos años. Es más, “ni ella misma pensó que todo iría tan bien y tan rápido”, nos aseguran.
Porque "con esta campaña Victoria les ha mostrado a los suyos que su decisión es la acertada y que es algo más que una moda pasajera”. Así lo definen: "Ha venido para quedarse".
No hay duda de que cada vez tiene más trabajos y más peticiones para el futuro. Y eso que su madre no estaba muy convencida con la opción. Aunque nos señalan que eso fue al principio, que poco a poco se está dando cuenta que su hija se lo ha tomado en serio y que no es un capricho, que es un trabajo y una carrera bien dirigida y bien escogida.
El amigo piloto
En estas circunstancias, una relación sentimental no es una buena idea. Ella al menos no la ve en estos momentos en los que prefiere centrarse en lo que le está yendo bien. Y eso no es la relación con Albert Arenas, por mucha química que haya entre ellos.
Y no sólo hay que tener en cuenta la carrera de Victoria; la de Albert es determinante también. Es piloto de motociclismo, participa en el campeonato de Moto2 intentando llegar al número 1 y pasar a la competición de MotoGP. Para ello necesita una dedicación casi exclusiva; la misma que podríamos decir que necesita Victoria para conseguir sus objetivos en el mundo de la moda. Ambos son conscientes de que el camino al éxito es muy lento, que va poquito a poco.
Y por si no fuera suficiente, Albert Arenas vive en Barcelona, ciudad que combina con medio mundo porque las carreras de motos van desde Jerez la última hasta Emiratos Árabes o Asia. Fue en la ciudad española donde ambos se vieron la última vez. La sobrina de Felipe VI viajó hasta el circuito para ver a ese amigo especial porque bebe los vientos. Hay algo que no puede evitar, por mucho que quiera ser un alma libre, y sigue estando muy pendiente este joven de Girona que le ha robado el pensamiento.
Victoria Federica de Marichalar y Borbón se deja querer estos días por el torero Andrés Roca Rey y también por el piloto Albert Arenas. La hija de Infanta Elena es una joven de 22 años que quiere exprimir el momento. Una circunstancia por la que podría no haber prosperado del todo su relación con el piloto, en la que esperaba poder tener algo más que varios encuentros. La royal española más rebelde y el motorista son amigos muy íntimos, pero nada más. El trabajo y la distancia han podido con ellos.