Duro golpe al príncipe Harry en su batalla legal con la justicia británica

La ajetreada peregrinación del príncipe Harry por varios procesos judiciales en su país de origen sigue su tortuosa marcha. Si hace unos días declaraba como testigo en el caso que le enfrenta a la editora del 'Mirror', haciéndoles responsables de sus ataques de "paranoia y depresión" y de su ruptura con su antigua novia Chelsy Davy a causa del pirateo de sus llamadas telefónicas, ahora el royal ha salido derrotado ante un rival de mayor calado, todo un Ministerio del Interior.

El esposo de Meghan Markle ha perdido en esta ocasión su segundo recurso ante el Tribunal Supremo contra el Ministerio del Interior, que le ha impedido pagar por la protección policial durante sus visitas al Reino Unido.

El duque de Sussex pretendía obtener el visto bueno para una revisión judicial, tras mostrarse descontento con la decisión de que no se le permitiera pagar de forma privada por su seguridad y la de su familia, cuando se le advirtió que ya no cumplía los requisitos para recibir protección oficial tras su traslado a Estados Unidos y su renuncia a ser miembro en activo de la familia real británica.

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A principios de este mes, el equipo jurídico del príncipe Harry pidió al tribunal que permitiera al duque presentar una demanda sobre las decisiones tomadas por el Ministerio del Interior y el Comité Ejecutivo para la Protección de la Realeza y las Figuras Públicas.

Pero la sentencia que acaba de emitirse certifica que no se considera "apropiado" que las personas adineradas puedan "comprar" la seguridad del Estado, ya que "el interés público no justifica" que alguien reciba ese nivel de protección con fondos públicos. Esta decisión llega después de que un abogado del Ministerio del Interior hubiera declarado durante el juicio que la oferta del royal de pagar por la protección de la Policía Metropolitana sentaría un precedente "inaceptable".

"Se espera que los agentes se pongan en peligro para proteger a la persona a la que protegen y en interés público. Es diferente de la policía ordinaria y solo se puede proporcionar cuando el interés público lo requiere. Es incompatible con esos principios que un particular pueda pagar por esa seguridad", fueron los argumentos esgrimidos ante la solicitud de Harry.

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Este revés ante la preocupación de Harry y Meghan por su seguridad llega después de que la duquesa de Sussex se hiciera con los servicios de un guardaespaldas que había trabajado para Kim Kardashian para reforzar su protección personal y, sobre todo, después de verse envueltos en una persecución por las calles de Nueva York.

La semana pasada, los Sussex emitieron un comunicado en el que afirmaban que tanto ellos como la madre de Meghan, Doria Ragland, fueron víctimas de una "persecución en coche casi catastrófica" cuando salían de una entrega de premios en Nueva York.

El incidente se produjo después de que la pareja abandonara el Teatro Ziegfeld en el centro de Manhattan, donde la antigua actriz fue galardonada en los premios Women of Vision. En un comunicado, el portavoz del príncipe dijo que la "implacable persecución" duró más de dos horas por media docena de vehículos. En unas afirmaciones que más tarde fueron puestas en duda por la Policía y por el propio alcalde de la Gran Manzana, añadió que estuvieron a punto de colisionar con otros conductores, peatones y agentes de policía.