El fenómeno fan de Pablo Urdangarin: la despedida del Barça, entre autógrafos y 'selfies'

Seguro que el de este domingo no fue un día fácil para el hijo de la infanta Cristina e Iñaki Urdangarin, que disputaba su último partido con el Barcelona. Pero el contexto y el cariño del público hicieron que viviera ese momento mucho mejor. Porque Pablo Urdangarin vivió, en esta despedida, un auténtico fenómeno fan, entre autógrafos y 'selfies' con sus admiradores, que no fueron pocos y además de todas las edades.

Porque nada más llegar al pabellón deportivo de Aranda de Duero, donde Pablo Urdangarin disputaba su último partido con su hasta ahora equipo, ya empezaron a lloverle las peticiones del público. Y no rechazó ni las que hubo antes del encuentro ni las que hubo después, que no fueron precisamente pocas. Y es que este domingo se juntaban varios factores: no solo era la última vez -al menos por ahora- que el chico vestía la camiseta blaugrana, sino que ese día se había organizado una paella solidaria con un rotundo éxito de asistencia, por lo que el recinto estaba a rebosar.

Y no hay que olvidar que Pablo Urdangarin es, de lejos, el jugador más mediático del equipo por su árbol genealógico. No todos los días uno tiene al lado a un nieto del rey Juan Carlos o un sobrino del rey Felipe. Así que fue escuchar el pitido que marcaba el final del partido y que la pista se llenara de fans del hijo de la infanta Cristina, que no querían perder la oportunidad de tener una foto con él. Pablo, por última vez con el número 77 a la espalda, atendió a todo el público que le pidió un 'selfie', especialmente a las más jóvenes, pertenecientes el equipo femenino juvenil de la localidad, que además cambiaban de etapa y tuvieron su particular fin de fiesta.

Así, tras despedirse de los integrantes del equipo contrario, Pablo Urdangarin tuvo que dedicar un buen rato a atender las peticiones de estos fans tan especiales. La avalancha era tal que tuvo bastante complicado volver con sus compañeros cuando tocaba. Pero no puso ninguna pega, todo lo contrario: atendió a todos sus fans, posó para las fotos y firmó muchos autógrafos. Y todo con la mejor sonrisa, especialmente cuando se acercó a una joven con necesidades especiales, con la que se mostró de lo más cariñoso.

Sin duda, una despedida para recordar, dada la avalancha de cariño que recibió en este último partido con el Barcelona con el que pone punto final a una etapa. Eso sí, su futuro no le llevará muy lejos, ya que seguirá viviendo en la Ciudad Condal tras el fichaje por el Granollers, lo que también facilitará que continúe la relación con su novia, Johanna Zott. Así, el fichaje supone un avance profesional, ya que le garantizan poder jugar en la liga Asobal, la correspondiente a primera división, pero también una ventaja en el plano personal, para no tener que alejarse de su círculo más íntimo.