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Amalia de Holanda, 'reincidente' en Madrid: su día a día con "seguridad, amigos y perro incluido" en la capital
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FAMILIA REAL HOLANDESA

Amalia de Holanda, 'reincidente' en Madrid: su día a día con "seguridad, amigos y perro incluido" en la capital

La heredera del trono lleva una vida normal en la capital. Un café por la mañana, unas compras a media tarde, quedar con amigas para comer, pasear a la mascota, cenar con un grupo…

Foto: Amalia de Holanda, en una imagen de archivo. (Getty)
Amalia de Holanda, en una imagen de archivo. (Getty)

Un café por la mañana, unas compras a media tarde, quedar con amigas para comer, pasear al perro, cenar con un grupo… Sí, podríamos estar hablando de su vida, querido lector, pero le estamos hablando de la vida de Amalia de Holanda en Madrid. Su entrar y salir de un edificio residencial, bonito y elegante, su vida cotidiana, de quehaceres banales, en la capital de España. Desde las pasadas Navidades, la heredera del trono neerlandés ha sido vista de forma continuada y ‘reincidente’ por las calles más nobles del barrio de Salamanca.

Nos lo cuentan vecinos y estudiantes de la zona, quienes han informado a Vanitatis de lo extraño que se les hacía la principio ver “de forma habitual” a la joven por las calles madrileñas. “Ahora ya no, la vemos como a una vecina más, que sale a pasear con su perrito, que compra por las tiendas de la zona”, declara una vecina a este medio.

No hemos podido saber a ciencia cierta dónde se hospeda Amalia en Madrid. Cabe recordar que la princesa tiene muy limitados sus movimientos desde hace meses, después de que se decubriera que está en la diana de la mafia del país. Así, cuando está en Países Bajos debe vivir semiencerrada en Huis ten Bosch, en La Haya, en el palacio residencia oficial de Guillermo Alejandro y Máxima.

placeholder Amalia de Holanda posa con un poncho de la firma Missoni en Aruba. (CP)
Amalia de Holanda posa con un poncho de la firma Missoni en Aruba. (CP)

De ahí, y según la poca información que se tiene, ya que los holandeses son sumamente discretos con su familia real, viaja cada día a Ámsterdam para continuar con sus estudios de grado de Políticas, Psicología, Derecho y Economía, que compagina, además, con sus largas estancias en Madrid.

Amalia es una buena estudiante y al vivir la amenaza y tener que encerrarse, se volcó en los libros. Hasta que descubrió Madrid y su vida mundana y dicharachera. Son muchos los lugares en los que nos han señalado la presencia de la princesa, aunque por cuestiones de seguridad, en Vanitatis no daremos nombres ni pistas exactas de dónde esta la vivienda de la que la ven entrar y salir.

Sí que podemos decir, de nuevo, que es en una de las zonas más nobles del barrio de Salamanca. Y también que la han visto “de cena y de comida, con una o varias amigas, en locales de moda”. De compras, “tanto en pequeñas tiendas como en grandes almacenes”. Y siempre, o casi siempre, con su perrito, “muy muy pequeñito y blanco”.

Cuando el Gobierno neerlandés informó de las amenazas vertidas sobre la heredera por parte de la Mocro Maffia, se informó también de que se habían reforzado las medidas de seguridad para protegerla. Hemos hablado con fuentes el Ministerio del Interior para preguntar qué tipo de seguridad debería llevar la heredera. Esta fuente, muy solvente, nos informa de que cuando un miembro de una Casa Real extranjera viene a España, se le asignan miembros de seguridad de la Casa Real, que les acompañan en su día día. Pero si este miembro de la realeza se instala y reside en España, entonces necesita que sea su propio país el que le facilite la seguridad.

El pasado mes de enero, por ejemplo, sí que se movilizó a miembros de seguridad de la Casa, y se pidió a agentes que hablaran inglés. Aquellos días quien estuvo en España fue la reina Máxima con su hija Amalia. Ambas hablan perfectamente español, puesto que la reina es argentina, pero no sabemos si sus escoltas también lo hablan y debían coordinarse varios equipos. En la actualidad, las mismas fuentes de Interior nos informan de que no existe un dispositivo de Casa Real destinado a un miembro de una familia real extranjera.

En busca de la libertad

Aparte de sus estancias en Madrid, Amalia también pudo disfrutar de libertad durante el tour que realizó por las Antillas holandesas junto a sus padres. “Voy a ser muy sincera, todavía lo estoy pasando muy mal. Echo de menos la vida normal, la vida de estudiante. Andar por la calle, poder ir a una tienda. Por eso este viaje ha sido tan maravilloso para mi", explicaba la heredera del trono en una entrevista, coincidiendo con el final de su viaje.

Nada más regresar del Caribe, el pasado 9 de febrero, Amalia ponía rumbo a España, concretamente a Madrid, para disfrutar de un fin de semana con amigos. Testigos presenciales cuentan a este medio que, el viernes, la primogénita de Guillermo Alejandro y Máxima estuvo con un grupo de amigos en un local de la zona de Recoletos. Llegó con un grupo de colegas, entre los que había españoles y también holandeses, y estuvo allí hasta entrada la madrugada.

placeholder Amalia de Holanda, bajo la atenta mirada de su madre, la reina Máxima. (Cordon Press/Remko De Waal)
Amalia de Holanda, bajo la atenta mirada de su madre, la reina Máxima. (Cordon Press/Remko De Waal)

También fue vista en Sevilla durante la Feria de Abril. La única pista de su llegada era la imagen que compartía la encargada de diseñar su traje de flamenca, Fabiola, que publicaba una imagen junto a ella en su cuenta de Instagram. A las pocas horas, la imagen desaparecía misteriosamente de su muro, por orden expreso de la familia real holandesa, quien quiere mantener a toda costa la discreción alrededor de Amalia.

De ahí que, preguntando por la información a la que Vanitatis ha tenido acceso sobre su vida en Madrid, se niegan a dar cualquier detalle.

Un café por la mañana, unas compras a media tarde, quedar con amigas para comer, pasear al perro, cenar con un grupo… Sí, podríamos estar hablando de su vida, querido lector, pero le estamos hablando de la vida de Amalia de Holanda en Madrid. Su entrar y salir de un edificio residencial, bonito y elegante, su vida cotidiana, de quehaceres banales, en la capital de España. Desde las pasadas Navidades, la heredera del trono neerlandés ha sido vista de forma continuada y ‘reincidente’ por las calles más nobles del barrio de Salamanca.

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