Máxima, la reina Sofía... Las tiaras y los vestidos de las royals en el fin de fiesta de la boda de Jordania

Tras la ceremonia y la posterior recepción llegaba uno de los momentos más esperados para los fans de la realeza: el banquete de boda del príncipe Hussein de Jordania y Rajwa al Saif. Un evento de gala en el que las mujeres de la realeza desplegaron sus mejores vestidos y joyas, entre ellas tiaras, como la de la princesa Beatriz de York, una pieza que no se veía en público desde la década de los 80. Descubre todos los secretos de los looks y las tiaras lucidas por las asistentes a la cena del enlace de los herederos jordanos.

Rajwa y Rania

En su gran día, la novia ha llevado dos vestidos. El primero, firmado por Elie Saab, con escote drapeado, y el segundo, en el banquete, con flores 3D y de estilo fantasía. La princesa ha coronado su cabeza con una nueva tiara. Se trata de una pieza de platino y diamantes de la joyería Fred Paris. Con motivos árabes, tiene en los laterales la inscripción “Rajwatun min Allah”. Según cuenta ‘Royal Fashion Police’, el nombre de la nueva princesa, Rajwa, significa 'esperanza', por lo que la frase completa se traduce como 'esperanza de Dios'. La novia llevaba, además, unos pendientes de diamantes de la misma firma.

Por su parte, su suegra, Rania, llevaba un vestido capa con detalles dorados de Elie Saab y una tiara también con motivos arábicos y también de la joyería Fred que estrenó en 2005 y que le hemos visto muy poco.

Kate Middleton

La princesa de Gales se ha estrenado en las bodas reales en el extranjero con un vestido rosa de Jenny Packham y la tiara Lover's Knot. Fue un encargo de María de Teck, abuela de Isabel II, a la joyería Garrard en 1913. No es una pieza completamente original, se trata de una tiara inspirada en otra similar que le fascinó y que pertenecía a su abuela, la princesa Augusta, esposa del duque de Cambridge.

En 1981, como regalo de bodas, Isabel II cedía esta joya a Diana de Gales, quien no la usó junto a su vestido de novia para su gran día, optando por la Spencer en honor a su familia, pero sí que llevó varias veces esta tiara con 19 arcos abiertos con diamantes talla brillante y 38 perlas en forma de gota. A pesar de ser bastante pesada, pues Diana llegó a asegurar que le producía dolores de cabeza, esta pieza se convirtió en una de sus preferidas. Tras su divorcio, Lady Di tuvo que devolver la tiara, que regresó de nuevo al joyero real. La siguiente en lucirla sería Kate.

Beatriz de York

Tras muchos años 'escondida', hemos visto el regreso de la tiara York en la cabeza de la princesa Beatriz. Fue encargada por Isabel II y su esposo para Sarah Ferguson a la joyería londinense Garrard en 1986. Lo hicieron, según algunos tabloides de Reino Unido, porque no tenía una pieza familiar propia que lucir el 23 de julio en la abadía de Westminster. De modesta apariencia e inspiración vegetal, la tiara York está montada con diamantes sobre platino. Destaca, en la parte superior, un diamante de cinco quilates. Tras su separación del príncipe Andrés en la década de los ochenta, la tiara no había vuelto a ser vista, pues ninguna de las dos hijas de Sarah la eligió para su boda. Sin embargo, Beatriz ha querido rescatarla para esta boda real, combinándola con un vestido de Reem Acra.

Amalia de Holanda

Por primera vez, la princesa de Orange, que llevaba un vestido de Jan Taminiau rojo, ha lucido la conocida como tiara del Pavo Real. Se trata de una pieza que data de 1897 y que fue creada por la casa Johann Eduard Schürmann & Co para la reina Guillermina, bisabuela del actual rey.

El resultado fue esta joya cuya parte superior recuerda a la cola de un pavo real, por eso recibe este nombre. La reina Guillermina dejó la diadema a su hija Juliana -madre de Beatriz-, quien la llevó como gargantilla en su investidura y esta posteriormente se la cedió a su segunda hija, la princesa Irene, por aquel entonces casada con Carlos Hugo Borbón-Parma, pretendiente carlista al trono español. Irene la lució hasta su divorcio, en 1981, y a partir de ahí se le perdió la pista a la tiara durante casi tres décadas, creciendo los rumores de que la había vendido. Sin embargo, con la llegada de Máxima, la diadema volvió a ver la luz, y ahora es Amalia quien la lleva con orgullo.

Por su parte, la reina Máxima llevaba la versión reducida de la tiara Stuart, la más valiosa del joyero Orange por sus más de 900 diamantes. Sin embargo, la argentina ha decidido prescindir de pieza principal de esta tiara, el diamante Stuart, de color azul pálido, casi 40 quilates y un tamaño considerable.

Mary de Dinamarca

La heredera danesa, que se ha decantado por un vestido azul que reformó para la ocasión, ha coronado su look con la tiara que se autorregaló hace varios años. Se trata de una joya elaborada en oro y plata de 14 kt. con pequeños rubíes redondos, diamantes y espinelas, un mineral de color rojizo que Mary adquirió en 2012 en una subasta. Además de la tiara, la princesa heredera también compró los pendientes a juego. El conjunto completo se vendió por 30.000 coronas danesas, unos 4.000 euros.

Victoria de Suecia

La heredera sueca ha apostado por un vestido fucsia de la firma Safiyaa y la tiara de Laurel, llamada así precisamente porque representa hojas de laurel. Perteneció a Margarita de Connaught y estuvo muchos años bajo la propiedad de la princesa Lilian, casada con el príncipe Bertil, quien falleció en 2013 y que fue como una abuela para Victoria, Carlos Felipe y Magdalena. Desde su muerte, es la heredera quien luce siempre la pieza, habiéndose convertido en su tiara favorita.

Doña Sofía

La reina Sofía ha vuelto a lucir tiara nueve años después de llevar una de estas emblemáticas joyas por última vez en 2014. Para esta ocasión ha escogido la tiara Niarchos, una pieza especial para ella porque no pertenece al lote de las joyas de pasar sino que es de su propiedad. En origen, se trataba de un collar largo de rubíes de Birmania y diamantes en talla brillante y talla baguette, diseñado por la joyería Van Cleef & Arpels. Fue uno de los regalos de boda que el armador griego Stavros Niarchos le hizo a la entonces princesa Sofía de Grecia. Aunque en sus inicios lo lució como collar, después lo ha llevado en numerosas ocasiones como diadema o tiara, demostrando la versatilidad de esta espectacular pieza.

¿Con cuál de estas joyas te quedas?