El lenguaje corporal de Amalia de Holanda en la boda real de Jordania: claves y simbolismo

El 1 de junio, proclamado día festivo, se convertirá en una fecha marcada en la historia de Jordania. El actual heredero del trono, Hussein de Jordania, se casó con su pareja, la arquitecta Rajwa al Saif, en el palacio de Zahran. Un evento al que acudieron miembros de la realeza europea de diversos países. Entre ellos, don Juan Carlos I y doña Sofía en representación de España, o Kate Middleton y el príncipe Guillermo por parte de Reino Unido.

Otros de los protagonistas de la jornada, además de los novios, fueron Guillermo y Máxima de Holanda, los actuales reyes de los Países Bajos. Ambos aparecieron en público primero para asistir a la celebración en el palacio de Zahran. Él con un traje de chaqueta y ella con un vestido largo con estampado floral de la firma Luisa Beccaria.

A su llegada, fueron recibidos por los reyes de Jordania, Rania y Abdalá II. Una bienvenida que estuvo marcada por actitudes cordiales y una breve charla que desvelaba la buena relación entre ambas parejas.

Lo que más sorprendió, además del look de la argentina, fue que no estuvieron acompañados por su hija, la princesa Amalia de Holanda, al menos en la primera parte de la boda. Más tarde, Amalia se incorporaría al banquete. Para la ocasión, Amalia de Holanda escogió un vestido largo en tonos rojos de Jan Taminau, firma que suele vestir mucho su madre, Máxima de Holanda. Lo conjuntó con la tiara del Pavo Real, una joya que pertenece a la casa neerlandesa desde el año 1897.

Esta cita internacional supone un paso más para su carrera como futura reina de los Países Bajos, y pudo relacionarse con otros miembros de la realeza como la también heredera Elisabeth de Bélgica, Mary de Dinamarca y hasta con la propia pareja recién casada. A su llegada, la princesa de Orange tuvo una actitud propia de cualquier persona que está preparándose para reinar en su propio país. Acompañada por sus padres, fue recibida por la familia de la corte hachemita, saludando uno a uno con gestos formales como darse la mano.

Una vez finalizado el saludo, los reyes junto con su hija posaron ante las cámaras, inmortalizando momentos como este. Los tres con una sonrisa, sobre todo Amalia, que estaba bastante tranquila y transmitía mucha serenidad, teniendo en cuenta la importancia de su participación en esta boda real.

Los reyes Guillermo y Máxima de Holanda cada vez están incluyendo más en sus citas reales a la que será la próxima reina de los Países Bajos. Poco a poco, la van preparando para su futuro, cuando deba reinar en su propio país. Además de la recepción previa en la coronación de Carlos III, Amalia de Holanda ha hecho otro acto de presencia fundamental, en una boda real en un país extranjero.