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Guillermo de Holanda se reúne hoy con Felipe VI: su descenso de popularidad y los motivos
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FAMILIA REAL HOLANDESA

Guillermo de Holanda se reúne hoy con Felipe VI: su descenso de popularidad y los motivos

El rey de los neerlandeses visita España después de celebrar diez años en el trono y con su popularidad desmoronándose en las encuestas por varios escándalos

Foto: El rey de Holanda, en una imagen de archivo. (EFE/EPA/Sem Van Der Wal)
El rey de Holanda, en una imagen de archivo. (EFE/EPA/Sem Van Der Wal)

Cuando aquel joven príncipe se sentó por primera vez en el trono el 30 de abril de 2013, hace diez años, todo era ilusión, frescura y jolgorio en Países Bajos. Una década después de su investidura, Guillermo Alejandro, y en especial la monarquía neerlandesa, ya no convence igual a su pueblo.

Este mismo martes, el rey de Holanda viaja a España para encontrarse con el rey Felipe. Juntos asistirán al almuerzo ofrecido con ocasión de la celebración del 375º aniversario del establecimiento de relaciones diplomáticas entre los dos reinos. Y ya el miércoles presidirá la presentación del primer corredor marítimo de hidrógeno verde entre los puertos de Algeciras y Róterdam.

Un 47% de los neerlandeses confía en el monarca hoy en día, según la encuesta anual de la agencia Ipsos. Hace menos de tres años, la confianza ascendía al 76% de la población neerlandesa. Esta caída del respaldo a Guillermo Alejandro es resultado de una serie de polémicas en las que se ha visto involucrado durante la pandemia y se está traduciendo en una corriente de inquietud sobre la monarquía en general en Países Bajos.

Foto: La princesa Amalia de Holanda. (Instagram/@koninklijkhuis)

El apoyo a la preservación de la monarquía en Países Bajos cayó al 55% y casi una cuarta parte de los neerlandeses (24%) cree que el país debería convertirse en una república. El otro 21% no tiene opinión al respecto. Son números que resuenan fuerte entre las paredes de Huis ten Bosch, el palacio de La Haya donde residen Guillermo Alejandro y la reina Máxima junto a la princesa heredera, Amalia, y Ariadna (la tercera hija, Alexia, está estudiando en Reino Unido).

placeholder Guillermo y Máxima saludan al público durante la celebración del Día del Rey en Róterdam. (EFE/Sem van der Wal)
Guillermo y Máxima saludan al público durante la celebración del Día del Rey en Róterdam. (EFE/Sem van der Wal)

Reflejo de esta situación es la falta de entusiasmo por un pódcast en el que se entrevista al rey Guillermo Alejandro con motivo de los diez años de su reinado: hay más críticos que entusiastas del pódcast, lo que contrasta mucho con, por ejemplo, los aplausos masivos que recibió la entrevista que dio el rey en 2017 por su 50º cumpleaños.

Las encuestas están en la misma línea que la posición del Parlamento neerlandés, por ejemplo. Los diputados han instado durante los últimos años a una mayor transparencia sobre las finanzas de la familia real, lo que incluye un impulso para eliminar las exenciones de impuestos de la que disfrutan los miembros de la realeza de Países Bajos. El primer ministro liberal, Mark Rutte, es un defensor nato del jefe de Estado y desde que llegó, en 2010, siempre ha intentado proteger a la figura del monarca, evitando dar muchos detalles sobre los más de cinco millones de euros que recibe su majestad cada año. Pero el pasado octubre, la presión parlamentaria le llevó a prometer que preguntará al Consejo de Estado, órgano asesor, si una mayor transparencia sobre las cuentas del monarca es compatible o no con dos artículos de la Constitución. El Parlamento está a la espera de respuesta.

La creciente corriente de inquietud hacia la realeza se reforzó sobre todo en los últimos tres años. El rey Guillermo Alejandro y la reina Máxima se fueron, junto a sus tres hijas, de vacaciones a Grecia cuando el resto del país estaba encerrado en casa para limitar los contagios de covid durante la pandemia. Ese fue el incidente quizás más fuerte detrás de la caída en picado de la confianza en el rey, puesto que se le vio como muy desconectado de los problemas reales de la sociedad. En esa misma época, en 2021, Guillermo Alejandro y Máxima posaron abrazados al propietario de un restaurante griego cuando la norma era mantener un metro y medio de distancia interpersonal y usar mascarilla, otro suceso que mostró una falta de empatía con la sociedad, que amanecía cada día pendiente de las cifras de muertos y contagios por covid sin una fecha creíble del fin de la pandemia.

placeholder Guillermo Alejandro y Máxima de Holanda saludan desde un balcón del palacio de Noordeinde. (EFE/Koen Van Weel)
Guillermo Alejandro y Máxima de Holanda saludan desde un balcón del palacio de Noordeinde. (EFE/Koen Van Weel)

En diciembre de ese mismo año, el palacio acogió la fiesta del 18º cumpleaños de Amalia, pero con más invitados de los permitidos por las restricciones. La joven princesa, que ahora está viendo limitada su libertad de movimiento por las amenazas del crimen organizado, fue abucheada por primera vez en septiembre del año pasado durante el día de la publicación de los presupuestos generales del Estado. Ese día, que incluye un discurso del rey ante las autoridades parlamentarias y el Gobierno, Amalia y sus padres dieron un paseo en carroza por las calles de La Haya hasta el lugar elegido para la ceremonia de presentación del presupuesto. La joven princesa fue víctima de la insatisfacción que reinaba hacia su padre.

Además de los escándalos por la pandemia, Guillermo Alejandro ha sido muy criticado estos años por negarse a renunciar a sus privilegios de cerrar al acceso público una reserva natural para cazar durante meses en otoño. El monarca recibe dinero del Estado para mantener esa misma reserva, lo que diputados y organizaciones de la naturaleza critican duramente. Otro momento que se le critica mucho a Guillermo Alejandro tuvo lugar hace nueve años, justo antes de la anexión rusa de Crimea, pero ya en plenas tensiones en esa región. Los reyes neerlandeses bebieron cerveza con el presidente ruso Vladímir Putin durante los Juegos Olímpicos de Invierno en la Holland Heineken House. Entonces no se había declarado una guerra en Ucrania, “pero ya sabíamos que Putin era malo”, señala un encuestado por Ipsos.

placeholder Guillermo Alejandro y Máxima de Holanda. (EFE/Sem van der Wal)
Guillermo Alejandro y Máxima de Holanda. (EFE/Sem van der Wal)

Los sucesos de los últimos años ensombrecieron el papel del rey Guillermo Alejandro en otros momentos de su reinado. Uno de los más duros fue en julio de 2014, cuando un misil derribó un avión comercial de Malaysia Airlines en el este de Ucrania, matando a las 298 personas que iban a bordo, entre ellos 198 pasajeros neerlandeses. “Fue uno de los momentos más difíciles para mí como rey”, admitió en el pódcast que se ha publicado con motivo del décimo aniversario de su reinado. El monarca se reunió con familias de las víctimas de esa tragedia poco después del derribo del avión. “Estamos profundamente conmovidos por las desgarradoras historias de personas que han perdido a sus seres queridos. Personas cuyas vidas están hechas añicos. Su dolor, su impotencia y su desesperación atravesaron nuestras almas. Sabemos que su pérdida no puede repararse”, dijeron los reyes en su momento. Su papel entonces le mantuvo más cerca de la sociedad y era visto como símbolo de unidad nacional.

Durante los encuentros con los familiares de los fallecidos, muchos percibieron la empatía por otro suceso trágico que sufrió el rey. “Perdiste a tu hermano, así que realmente sabemos que nos sientes”, le dijeron, según recuerda ahora el monarca. El príncipe Friso quedó atrapado en una avalancha durante sus vacaciones deportivas de invierno en febrero de 2012 y estuvo luchando por su vida hasta agosto de 2013, cuando murió a consecuencia del daño cerebral causado por la falta de oxígeno tras el accidente. La coronación de Guillermo Alejandro tuvo lugar en medio de todo aquello y Friso no pudo ver cómo su hermano ascendía al trono para el que se había estado preparando durante décadas.

Otro de los momentos emotivos que los ciudadanos suelen recordar del papel de jefe de Estado que hizo Guillermo Alejandro es aquel discurso que pronunció el 4 de mayo de 2020 ante una plaza Dam de Ámsterdam totalmente vacía por las restricciones de la pandemia. Es el día en el que los neerlandeses recuerdan cada año a los caídos en las guerras y ese año se cumplía el 75º aniversario del fin de la Segunda Guerra Mundial. Instó a no olvidar el sufrimiento del pasado, pero también mencionó el papel de su bisabuela, la reina Guillermina, que tuvo que huir del país durante aquella contienda. Guillermo Alejandro lamentó en su discurso que la gente se sintiera poco apoyada y muy abandonada por su reina en ese momento.

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Guillermo Alejandro de los Países Bajos. (EFE/Rick Bajornas)

La reina Máxima ha sido durante estos años su principal apoyo, y uno de los sostenes más importantes de la monarquía de Países Bajos. Es su miembro más popular, incluso ahora, con la debacle de popularidad que sufre la realeza. “Día tras día trabajan enormemente para el país, lo cual es muy apreciado en mi experiencia”, les defendió Rutte. Dice que la pareja real representa algo que “va más allá de ellos mismos” y su papel “tiene un sentido de pertenencia y de nuestra cohesión nacional”.

Los antimonárquicos de República (antes Sociedad Republicana) han convertido una protesta en el Día del Rey, el cumpleaños de Guillermo Alejandro el 27 de abril, en un elemento permanente. Este año denunciaron los 4 millones de euros que costó una visita de los reyes a Róterdam para celebrar el cumpleaños con vecinos de la ciudad. “Es el Día del Rey más caro de la historia, en el municipio más pobre de Países Bajos”, según el presidente de la organización, Floris Muller. Este movimiento no es un gran peligro para la monarquía neerlandesa. Tiene unos 4.200 miembros y siempre ha estado ahí. El problema será si el rey no logra recuperar la confianza de la sociedad.

Ciertamente, la coronación el 30 de abril de 2013 sigue siendo uno de los momentos más memorables de los diez años de reinado de Guillermo Alejandro. Ese día, después de 33 años en el trono, Beatriz pasó el testigo a su hijo. El joven, acompañado de Máxima y de las jóvenes princesas Amalia, Alexia y Ariane, se sentó en el trono por primera vez, rodeado de su familia. Los ciudadanos recuerdan ese día como “especial, que quedó plasmado” en su mente, y que “contribuye a la conciencia histórica” de Países Bajos. Los reyes esperan que esa imagen sea la que realmente sobreviva en el imaginario neerlandés, y no tanto sus vacaciones fallidas en Grecia durante la pandemia. Ya lo dijeron en su vídeo de disculpas: “No somos infalibles”.

Cuando aquel joven príncipe se sentó por primera vez en el trono el 30 de abril de 2013, hace diez años, todo era ilusión, frescura y jolgorio en Países Bajos. Una década después de su investidura, Guillermo Alejandro, y en especial la monarquía neerlandesa, ya no convence igual a su pueblo.

Guillermo Alejandro de Holanda
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