Las Infantas ya no se esconden y sacan el fondo de armario Old Money de grandes herederas

Ahora que ya sabemos todos que las infantas Elena y Cristina heredarán una fortuna, ahora que el patrimonio del rey Juan Carlos I es público y notorio, sus hijas ya no se esconden. Y muestran su querencia por el lujo con total libertad. Es lo que se llama el lujo silencioso, esos fondos de armario llenos de piezas de máxima calidad que solo los entendidos reconocen. Fondos de armario por los que muchos suspiran. No hay logos, no hay brillos, no hay ostentación. Y que en la actualidad son tendencia. Una corriente que huye de las estridencias y los logos, imponiéndose el más absoluto minimalismo.

Han sido años, décadas, en que las Infantas han mantenido un perfil bajo. Sobre todo con su imagen. Las hermanas del rey Felipe siempre han mostrado looks atemporales, sin grandes alharacas. Pero parece que los tiempos han cambiado.

Nunca (o casi nunca) se han decantado por logos y marcas, ni ellas ni tampoco sus hijos, a excepción de Victoria Federica de Marichalar. La hija de la infanta Elena fue la primera en pasearse con bolsos de firmas lujo, algo que se atribuía al gusto por la moda de su padre, Jaime de Marichalar, y por su cargo como consejero del conglomerado de moda LVMH desde hace más de veinte años.

Pero si nos fijamos en las últimas apariciones públicas de las hermanas de Felipe VI, en especial las del pasado fin de semana en Suiza, veremos que, pese a no haberlo mostrado nunca, el fondo de armario de ambas contiene todos los ingredientes de esta tendencia Old Money, que en España hemos traducido como lujo silencioso. Se basa en la calidad de las piezas, dando especial protagonismo tanto a los tejidos y materiales como a las siluetas, que adquieren relevancia. Además, siguiendo esa esencia purista, a la par que sobria, los colores también huyen de las estridencias, y los tonos crudos, nude y tierra, junto con el eterno dúo blanco y negro, son los absolutos protagonistas.

Una silla de montar

Estos días, en Ginebra, hemos visto las piezas más icónicas de las firmas más deseadas. La infanta Elena, por ejemplo, fue a la graduación de Irene Urdangarin con un Saddle de Dior, uno de los bolsos más emblemáticos de la casa francesa. Este diseño emula una silla de montar, lo que casa además con la conocida afición hípica de la Infanta.

El ejemplar que llevaba doña Elena colgado del brazo, de color azul, se vende en tiendas por 3.900 euros. No es el único ejemplar del Saddle que ha lucido últimamente: en su última aparición pública dentro de la agenda oficial, lució un Saddle con estampado de flores que tiene desde hace muchos años.

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Aunque no es el bolso más exclusivo que hemos podido ver en su brazo estos días. El sábado aparecía con una blusa floreada, un pantalón marrón y collares estilo hippy. También con una de las piezas más conocidas de la moda; se trata del Kelly de Hermès, una pieza que suele contar con una lista de espera de más de seis meses en las tiendas de medio mundo, dados los tiempos de los artesanos que realizan y cosen a mano cada uno de estos codiciados elementos, aunque hay ahora un amplio mercado de segunda mano. Pero si es original y nuevo, cuesta (dependiendo de la piel) a partir de los 10.000 euros.

El Kelly de Hermès, lo más

El Kelly es un bolso mítico de la casa francesa con una historia aristocrática detrás, ya que Grace Kelly lo hizo famoso al taparse su incipiente embarazo con él. Pronto se convirtió en uno de los diseños más deseados de la firma. En la tienda de Hermès de la rue Faubourg Saint Honoré de París hay varios bolsos de este modelo expuestos, pero si uno quiere comprarlo, tiene que 'pedir la vez'; es decir, apuntarse a una lista de espera. Poco dada a la venta online, este modelo no se comercializa en la web de la firma. Es un bolso muy parecido al que lució la reina Letizia en 2006, cuando era princesa, una pieza que no ha vuelto a mostrar jamás. El diseño, llamado Kelly II Sellier 32, es uno de los más apreciados por los entendidos en moda.

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Como lo es el Chanel que lució Irene Urdangarin el fin de semana. El bolso es el modelo Timeless, pequeño y marrón, y es de la misma línea que el que llevó en su última visita a Barcelona, algo más grande y en color negro. Cada una de estas piezas cuesta casi 9.600 euros, y es también uno de los diseños más emblemáticos para las coleccionistas. Su prima Victoria Federica fue la primera de la familia que demostró su gusto por este modelo de la maison francesa.

La infanta Cristina también ha dado un vuelco a su imagen estos días. Con un look clásico y aplaudido por toda la prensa especializada y la internacional, doña Cristina llevaba una camisa de seda blanca, un pantalón 'culotte' azul marino, el pelo recogido y un Hermès Garden Party, gris y blanco. Podría pasar desapercibido si no fuera porque es uno de los diseños más clásicos y conocidos de la casa parisina. Cuesta alrededor de 4.000 euros y es difícil de encontrar porque se trata de una edición especial que no está en el catálogo permanente de la firma. Podemos suponer, entonces, que doña Cristina tiene esa pieza en su armario desde hace años, pero no lo ha lucido en público hasta ahora.

Le Pliage de Longchamp

Durante los últimos años de actos oficiales, aeropuertos, citas y reuniones hemos visto a las Infantas con complementos de los que nadie podía saber la marca, porque eran firmas desconocidas. Las hermanas y su madre, la reina Sofía, han sido aficionadas a llevar bolsos de la marca Longchamp, en especial su modelo Le Pliage, un clásico, en todos sus tamaños. De gran calidad y cómodo para viajar, este 'confort bag' ronda los 120 euros (según medidas) y se compra en las tiendas de la marca que podemos encontrar también en grandes superficies y aeropuertos.

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Durante años ha parecido que era el único capricho que se daban las royals españolas. Hasta que este fin de semana han desplegado su fondo de armario y nos han demostrado que siguen las tendencias en cuanto a bolsos y marcas se refiere. La pasarela suiza parecía toda una declaración de intenciones.