Masako de Japón da un importante paso en la recuperación de su salud mental

Nada menos que casi cuatro años después de subir al trono del Crisantemo, el emperador Naruhito de Japón y su esposa, la emperatriz Masako, han realizado por fin su primera visita de Estado al extranjero. El país elegido ha sido uno relativamente cercano, Indonesia.

Lejos queda ya aquel martes 22 de octubre de 2019 cuando daban comienzo los actos por la entronización de Naruhito, que ascendía al trono de manera oficial tras la abdicación de su padre, Akihito. Fue aquella una ceremonia muy sencilla, frente a apenas cuarenta personas y de diez minutos de duración, en la que recibió las insignias del poder imperial ante los miembros del Gobierno.

Tras este evento y los fastos posteriores, ya ante miles de invitados y marcados por la tradición japonesa, estaba previsto que el primer viaje oficial al extranjero de la feliz pareja tuviera lugar en Inglaterra en la aciaga primavera de 2020. Naruhito y Masako debían ser recibidos entonces por la reina Isabel II, pero la pandemia de coronavirus decidió otra cosa.

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El 19 de marzo de 2020, el Palacio de Buckingham anunció que, tras consultar a su Gobierno y al de Japón, la monarca había acordado posponer la visita a una fecha posterior, que finalmente no llegaría nunca. Mientras tanto, Isabel II falleció y su hijo mayor asumió la corona del Reino Unido. Por lo tanto, cabría pensar que sería Carlos III quien acogiera la primera visita de Estado del soberano japonés y de su esposa, ahora que el coronavirus ya no les impide viajar al extranjero. Sin embargo, este no ha sido el caso.

Naruhito y Masako, que acaban de celebrar 30 años de matrimonio, aterrizaron en su lugar en Yakarta, la capital de Indonesia, para desarrollar una larga visita de Estado de siete días de duración. Tras almorzar con el presidente del país, Joko Widodo, y su esposa Iriana, al día siguiente depositaron flores en el cementerio militar de Kalibata en homenaje a los héroes nacionales que lucharon por la independencia de la populosa nación asiática.

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"Entre los allí enterrados hay soldados japoneses que permanecieron en lo que hoy es Indonesia tras la Segunda Guerra Mundial y se unieron a la lucha por la independencia", comunicó la cadena de televisión japonesa NHK.

Este canal fue el encargado de anunciar que el emperador pasaría después dos días en Yogyakarta, en el centro de la isla de Java, visitando las ruinas del templo de Borobudur, declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco. Como detalle importante, se precisó también que "antes de cada acto, se tomará una decisión sobre la presencia de la emperatriz Masako, en función de su estado de salud".

Hay que recordar que durante muchos años sufrió una depresión, descrita ahora con el eufemismo "trastorno de adaptación". Aunque fuentes de palacio indican que se encuentra mucho mejor ahora, sigue convaleciente y todavía no puede mantener el ritmo de sus compromisos.

Masako Owada contrajo matrimonio con el príncipe heredero Naruhito de Japón el 9 de junio de 1993, pero antes de celebrar sus tres décadas de matrimonio, hizo unas declaraciones el pasado mes de diciembre con motivo de su 59 cumpleaños. Entonces se mostró "agradecida" por el apoyo recibido durante estos años.

La madre de la princesa Aiko, que acaba de cumplir 21 años, y que reapareció en 2013, tras años retirada en su particular feudo nipón, con motivo de la coronación de Guillermo y Máxima de Holanda, habló a través de una carta enviada a la Agencia de la Casa Imperial. En ella expresó su sincera gratitud al emperador y a otras muchas personas por su apoyo en cada momento y su atención.

También elogió entonces a la selección nacional de fútbol de Japón, que alcanzó los octavos de final tras vencer a las excampeonas Alemania y España en el Mundial de Qatar. La emperatriz Masako destacó que el equipo "conmovió a muchas personas y les dio grandes sueños y valor para afrontar las dificultades, ofreciendo al pueblo japonés la oportunidad de unir nuestros corazones".