La espectacular joya con la que Máxima de Holanda se ha convertido en la reina de la noche en Bélgica

Menuda visita de Estado la que están realizando Guillermo Alejandro y Máxima de Holanda a Bélgica. Aparte de una agenda imparable, las dos reinas nos están dejando con un gran despliegue de glamour y joyas. Si este martes, en la cena de gala en el palacio de Laeken, ambas sacaban las tiaras más importantes de sus respectivos joyeros -Máxima la Stuart y Matilde la de las Nueve Provincias, además de la Wolfers que llevaba como gargantilla-, un día después han vuelto a demostrar lo mucho que les gusta lucir importantes alhajas.

Como marca la tradición en la mayoría de visitas de Estado, la segunda noche los invitados, en este caso los holandeses, organizan un acto para sus anfitriones, los belgas, para darles las gracias por su hospitalidad. Guillermo Alejandro y Máxima han optado por un concierto de la orquesta de cuerda Amsterdam Sinfonietta, que ha tenido lugar en la casa de cultura Flagey, en Bruselas. Una cita en la que la etiqueta era de gala y sin tiara, aunque Matilde ha decidido lucir una como gargantilla.

Si por la mañana ambas coincidían con vestidos de la casa belga Natan, esta noche las dos reinas han optado por diseños del holandés Jan Taminiau, el mismo que firmaba el vestido rosa de estreno que Máxima llevó ayer en la cena de gala en Laeken. El de este miércoles no es nuevo; al contrario, lo ha lucido ya en cuatro ocasiones desde que lo estrenó en 2011 en la celebración de su 40 cumpleaños, por lo que la prenda tiene ya doce años. Se lo vimos también en una cena de gala en 2014, y en Luxemburgo en 2018.

Nos encontramos ante un diseño de inspiración griega, de escote asimétrico con una capa de seda por la espalda. Cuando lo llevó por primera vez, lo hizo sin cinturón, pero ya las siguientes ocasiones en las que se lo hemos visto, Máxima ha optado por un cinturón joya para marcar silueta. Ha completado su estilismo con unas sandalias doradas con plataforma de Gianvito Rossi y una pequeña cartera de mano a juego.

Más allá de su vestido, lo que más ha llamado la atención de Máxima es el impresionante colgante que llevaba en el cuello. La reina ha echado mano de un collar de diamantes del joyero de los Orange y le ha añadido un gran citrino, rodeado también por diamantes más pequeños, que es de su propiedad. Ya sabemos que a la argentina le gusta jugar con las alhajas, y hasta la fecha el citrino lo habíamos visto adornando diferentes broches; sin embargo, en Bélgica ha querido darle un nuevo uso, consiguiendo un resultado brillante. La reina llevaba también una pulsera de citrinos.

Toca el turno ahora de hablar de Matilde, quien también estaba muy favorecida con un nuevo vestido de Jan Taminiau. Se trata de un diseño en color blanco roto, de escote cuadrado y manga corta, con la falda bordada de flores en 3D, "como si la reina hubiera caminado por un campo de flores que se han quedado adheridas al vestido", ha afirmado Taminiau.

La reina de los belgas llevaba una tiara colgada del cuello, la conocida como tiara del laurel. Una joya de estilo clásico realizada en platino y diamantes talla brillante en 1912 por Hennel & Sons, y que la reina recibió como regalo con motivo de su compromiso con el entonces príncipe Felipe, por parte de un grupo de aristócratas belgas en 1999. Con esta elección, Matilde ha lucido en esta visita de los holandeses tres de las seis tiaras de la corte belga: la de las Nueve Provincias, que llevaba ayer sobre su cabeza; la Wolfers, que perteneció a la reina Fabiola y que lució como gargantilla; y ahora la de laurel.