Camila y su primer cumpleaños como reina: la felicitación de los Gales y el regalo de Carlos

Los últimos doce meses han sido testigos de grandes cambios en la vida de los miembros de la familia real británica, que han sido especialmente significativos, además de para el rey Carlos III, para su esposa, la reina Camila. Cuando la royal celebró su 75 cumpleaños el 17 de julio de 2022, lo hizo todavía como duquesa de Cornualles. Un año después, conmemora sus 76 vueltas al sol como ocupante consorte del trono del Reino Unido tras la histórica ceremonia en la abadía de Westminster.

Tras una semana en la que disfrutó en directo del torneo de tenis de Wimbledon y visitó Cornualles junto a su esposo, llega el momento de las celebraciones, que incluyen una salva de 41 cañonazos a cargo de la Batería Real de Artillería a Caballo de las Tropas del Rey, a mediodía el Green Park de la capital, y un feliz cumpleaños especial en el famoso cambio de guardia del palacio de Buckingham.

La cuenta oficial de Twitter de la familia real le dedicaba a primera hora un post de felicitación en el que le deseaban un "muy feliz cumpleaños", siguiendo con la reciente tradición de publicar este tipo de mensajes solamente para los royals en activo, razón por la que no vimos ninguna dedicatoria para Archie o Lilibet, los hijos del príncipe Harry y Meghan Markle.

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También los príncipes de Gales, Guillermo y Kate, han dedicado desde las stories de su cuenta de Instagram una felicitación "a Su Majestad la Reina", usando una imagen de su reciente visita a Wimbledon junto a su hermana Annabel Elliot.

Sobre qué regalo puede recibir la reina Camila en su día especial se pronunciaba el antiguo mayordomo de Carlos III, Grant Harrold, en una entrevista para 'Spin Genie' aventurando que espera que el monarca le regale "algo práctico que ella quiera, una joya o algo para sus perros".

"Pero tampoco me sorprendería que le regalaran algo de la colección de joyas de la difunta reina Isabel II. Eso ocurre de vez en cuando". Harrold explicó también cómo serán las celebraciones de su cumpleaños: "Históricamente, suele ser un evento muy privado. En el pasado han venido amigos y familiares, pero nunca es un gran acontecimiento. La razón es que la realeza nunca celebra a lo grande, algo que sí ocurrirá cuando cumpla 80 años, que sí se celebrará públicamente. Yo solía tener bastante suerte, ya que normalmente estaba de servicio cuando era el cumpleaños de Camila. Siempre era agradable poder darle un regalo y una tarjeta".

Este momento en la vida de la reina llega cuando su popularidad en las encuestas todavía no se acerca ni de lejos a la de la fallecida monarca, pero cuando poco a poco va ganándose el corazón de sus súbditos a través de sus numerosas labores benéficas. La británica apoya causas como la alfabetización, las víctimas de violencia sexual, el cuidado de los animales y, como también es sabido, ha defendido mayores ayudas para los enfermos de osteoporosis, entre los que se encuentran miembros de su propia familia.

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De este modo, los expertos coinciden en que está desempeñando su papel sin problemas y con mucha dignidad desde la coronación pese a que, como acaba de confesar la que fuera su nuera, la reina estaba "sumamente nerviosa" aquel trascendental día.

Según ha contado en 'The Times' Sara Parker Bowles, que estuvo casada con el hijo de Camila, Tom Parker Bowles, y que es la madre de los nietos de la reina, Lola, de 16 años, y Freddy, de 13, la esposa de Carlos III estaba "muy muy nerviosa. Quería a su alrededor a la gente que más amaba. El rey Carlos no estaba nervioso en absoluto. Pero Camila no había pedido nada de esto".

"Ella es la cara humana de la familia real, porque no forma parte de ella. Necesitas a esas personas de fuera", añadió Sara antes de revelar también que su hijo Freddy, que formaba parte del equipo de pajes de la reina junto con el príncipe George, hizo un pequeño saludo que "no se suponía que debía hacer", cuando se encontraba "asombrado" viendo el desfile aéreo desde el balcón del palacio de Buckingham.

Nerviosa o no, la reina Camila fue la perfecta imagen de una royal luciendo un magnífico vestido de marfil diseñado por Bruce Oldfield, que tardó seis años en confeccionarse y a través del cual hizo un homenaje a sus pasiones y a sus seres queridos, al estar adornado con sutiles adornos que rendían un tributo a su familia.