La infanta Elena, de incógnito con el rey Juan Carlos en su primer día de regata

Por fin don Juan Carlos ha podido embarcarse para participar este sábado en su primera regata desde que se repatrió a los Emiratos. La sorpresa ha sido que le acompañaba la infanta Elena. Nada se sabía de la llegada de la primogénita Borbón y menos aún que iba a competir junto a su padre. Una visita de incógnito que solo un grupo muy reducido conocía. Llegó ayer y se instaló en casa de Pedro Campos.

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Paloma Barrientos

‘Normalizar’, esa es la palabra que más se repite en este tercer viaje del monarca jubilado a Sanxenxo. Una especie de mantra que repiten las amistades y el círculo más íntimo de don Juan Carlos.

Hay que recordar, como ya adelantó Vanitatis, que el exjefe de Estado tiene intención de adquirir una casa por esta zona. Seguiría teniendo la residencia fiscal en Abu Dabi, pero con este refugio en España una vez que el palacio de la Zarzuela ya no es su residencia. Esta normalización pasaría por salir a sus restaurantes preferidos o al club náutico. No hay confirmación, pero esta noche podría comenzar esa normalización cenando en este lugar donde su amigo Pedro Campos es presidente.

En su última visita a Sanxenxo, en abril de este año, el mal tiempo le impidió participar en la competición. Y en mayo del 2022 sucedió lo mismo. Solo pudo dar un paseo por la ría y nada más. Ahora sí lo ha conseguido. El buen tiempo se ha convertido en su aliado y a las doce de la mañana llegaba a la zona de embarque del Bribón.

Don Juan Carlos mantiene la misma actitud, la que se ha venido denominando 'perfil bajo' y que consiste en no salir de casa de Pedro a Campos salvo para subirse a su barco. Nada de contacto con la prensa y tampoco con los ciudadanos. Con los únicos que el navegante real ha socializado ha sido con los niños.

El rey mantuvo una charla con un grupo de alumnos de la escuela del Club Náutico que, en el momento en que regresaban, el emérito y su tripulación se acercaron desde la lancha neumática. Ellos también habían terminado sus clases. Como informamos, los pequeños le saludaron y le enseñaron los nudos marineros que habían aprendido.

Este sábado también funcionó la frase bíblica “dejad que lo niños se acerquen a mi”. Aunque en este caso fue diferente. Varias personas que, suponemos, mantienen relación con el monarca traspasaron la línea de seguridad con los respectivos hijos. Uno a uno saludaron al monarca cuando este bajó del coche y se hicieron fotos.

Este encuentro duró diez minutos y a continuación don Juan Carlos embarcó. Desde el puerto de Sanxenxo hasta el lugar donde se encuentran las boyas que marcan el inicio de la competición hay algo más de una hora. A las dos de la tarde, como estaba previsto, y con buen viento, el navegante real cumplió con su deseo.

No participó en la reunión de patrones que se organiza antes de iniciar la regata y que estaba prevista para las doce de la mañana. El domingo, su agenda náutica será la misma y tampoco acudirá a esa reunión. Directamente irá al Bribón y será a la vuelta cuando se sepa quién ha sido el campeón de la XXIV Regata Hotel Carlos I Silgar, destinada a las clases Cruceros ORC, Open y 6 Metros en aguas de la ría de Pontevedra.