Carlota Casiraghi cumple 37 años: así ha cambiado la royal que enamoró a Chanel

La 'it girl' monegasca Carlota Casiraghi celebra hoy sus 37 vueltas al sol. La nieta de Grace Kelly nunca deja de acaparar titulares con su exquisito gusto por la moda, pero hay mucho más en su hermosa fachada que su condición de icono de estilo internacional. La hija de la princesa Carolina de Mónaco y Stefano Casiraghi llegaba al mundo en el Hospital Princesa Grace con el nombre de Charlotte Marie Pomeline.

Considerado como el gran amor de la hermana de Alberto y Estefanía, Stefano era guapo, carismático e hijo de un rico industrial italiano. En total, la pareja tuvo tres hijos: Andrea, nacido en 1984; Charlotte, de 1986, y Pierre, que nació en 1987. Al igual que sus hermanos, la niña no recibió un título real, sino que tomó el apellido de su padre. Al tomar esta decisión, su madre presumiblemente esperaba que Carlota, llamada así por la madre de su abuelo, el príncipe Rainiero, pudiera llevar una vida normal, escapando de las dificultades asociadas con el hecho de ser princesa.

Pero cualquier promesa de una vida familiar de cuento de hadas llegó a su fin con la muerte de Stefano Casiraghi en 1990, tras sufrir un trágico accidente en una lancha rápida durante una carrera del campeonato mundial frente a la costa de Mónaco.

* Si no ves correctamente este formulario, haz clic aquí

Después de la muerte de su marido, la viuda Carolina se estableció, junto con Carlota y sus hermanos, en el pueblo francés de Saint-Rémy-de-Provence. Este era el lugar aislado y tranquilo que necesitaba para lidiar con otra nueva pérdida en su vida, la segunda después de la muerte de su madre, la princesa Grace, en un accidente automovilístico ocho años antes. "Por razones personales, quería alejarse de los rumores y del alboroto de Mónaco", dijo entonces el príncipe Alberto, el actual jefe de la familia Grimaldi.

La prensa no tardó en darse cuenta de que Carlota seguiría los pasos de su madre y abuela, con la buena genética añadida del legado mediterráneo de su italiano padre. Tenía solo cinco años cuando los titulares de los periódicos la bautizaron como "la princesa azul" y anunciaron el advenimiento de "la próxima generación de bellezas Grimaldi". Para cuando alcanzó su adolescencia, Carlota, consciente de su estilo, ya estaba marcando tendencias. "Ella tiene clase, como su abuela", diría en aquel momento un amigo de la familia.

A la joven royal no le han faltado apoyos de renombre en su asenso como 'it girl'. Karl Lagerfeld reconoció su carisma desde el principio y la comparó incluso con una joven Brigitte Bardot. La diseñadora Stella McCartney también ha sido su amiga y mentora; y, al parecer, es la responsable de iluminar a Carlota sobre la forma en que la industria de la moda daña el ecosistema.

TE PUEDE INTERESAR

Charlène, de nuevo junto a Estefanía y Carolina de Mónaco en un homenaje a Rainiero

A. Rodríguez

A pesar de que no lucir el título de princesa, Carlota Casiraghi está desempeñando su papel como royal del siglo XXI al máximo nivel. En 2010, la familia regresó a Montecarlo, donde la joven ha sido una habitual en el Baile de las Rosa, el evento más glamuroso en el calendario social del diminuto principado.

Desde entonces, hemos visto florecer a la hija de Carolina en todos los aspectos, también en el amor y como madre de dos hijos, Raphaël y Balthazar, a quienes cría lejos del foco mediático junto a su segundo esposo, Dimitri Rassam. Su boda en 2019 con el productor de cine fue uno de los enlaces más comentados del año.

La ceremonia civil tuvo lugar en el Palacio del Príncipe de Mónaco, una espectacular ubicación rica en historia, ya que fue el mismo lugar donde Grace Kelly se casó con el príncipe Rainiero III en 1956. Toda su familia estuvo presente en su gran día, destacando la princesa Charlène y sus cuñadas, Beatrice Borromeo y Tatiana Santo Domingo. Tras el 'sí, quiero', la elegante pareja continuó celebrando junto a los invitados en una gran recepción en la pintoresca villa La Vigie en la cercana Roquebrune, anteriormente la morada de la Riviera francesa del difunto Karl Lagerfeld, que disfrutó de una larga amistad con la madre de la novia.

Siempre con los pies en la tierra y derrochando naturalidad, como demostró con su ritmo desatado en el último Baile de la Rosa, la embajadora de Chanel ha revelado por ejemplo que su rutina diaria típica no difiere mucho de la de otras madres y que su look para el día el día a menudo consiste en zapatillas de deporte, camiseta y vaqueros.

Pero, incluso lejos del ajetreo y el bullicio de la familia, la hermosa monegasca cultiva varias pasiones. Estudió filosofía y fundó la asociación Rencontres Philosophiques de Monaco, con la que quiere dar al principado un toque de espíritu filosófico. Pero los deportes ecuestres también están cerca de su corazón. La madre de dos hijos incluso logró conciliar su entusiasmo por la moda y los caballos de una manera muy especial: cual amazona, abrió un desfile de moda de Chanel en París en 2022.