Vive como Grace Kelly: su palacete en la Costa Azul, a la venta por 11 millones

Las grandes mansiones siempre tienen algo que nos fascina por lo inaccesibles que resultan al común de los mortales. Pero si además están relacionadas con la realeza, su interés se duplica, ya sea la impresionante residencia del rey Juan Carlos en Abu Dabi o la espectacular vivienda de Meghan y Harry en Montecito. Ahora una de esas casas de leyenda asociadas a una historia royal ha salido a la venta con un precio, por supuesto, al alcance de muy pocos.

Los Moulins de Villars son un rincón paradisíaco con magníficas vistas sobre el valle del Estéron, en la ciudad costera francesa de Niza, y la mansión está ahora en el mercado por 11,5 millones de euros. El precio de una propiedad tan lujosa como discreta y que fue lugar favorito de relax de la princesa Grace de Mónaco poco tiempo antes de su prematura y trágica muerte.

En junio de 1980, la esposa del príncipe Rainero visitaba por primera vez Gilette, en el interior de Niza, en compañía de su hija Carolina y del príncipe Louis de Polignac, primo y padrino de su primogénito Alberto. La visita tuvo entonces por objeto promocionar los quesos y aceites de oliva de la región. Sin embargo, se quedó tan prendada de los Moulins de Villars, que dominan el pueblecito, que regresó a este oasis de paz en varias ocasiones, sola, para huir del ajetreo de su agenda en el Principado.

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En lugar de comprar la mansión, la que fuera estrella de Hollywood entabló amistad con los propietarios. Les agradeció su hospitalidad regalándoles varias estatuas, dos de las cuales aún pueden verse hoy en día. Desgraciadamente, la princesa Grace solo disfrutó de estas discretas vacaciones durante unos meses, ya que el 14 de septiembre de 1982 fue víctima del fatal accidente de tráfico que acabó con su vida.

La princesa debió de quedar cautivada por la finca y su famoso manantial, ya que consideraba el lugar como "muy especial". Al menos así lo asegura la agencia inmobiliaria de la Costa Azul Sotheby's International Realty, especializada en propiedades excepcionales y la encargada de la venta de la mansión francesa.

Antaño, la propiedad producía harina y aceite de oliva. En desuso durante el siglo XX, los edificios corrían el riesgo de caer en la ruina cuando fueron comprados por el conde Jean Gouin de Roumilly y sus socios en 1970 junto con una veintena de terrenos en los alrededores. Posteriormente, los Moulins de Villars se hicieron famosos entre la aristocracia francófona de la Costa Azul como refinado escenario de sus recepciones de sociedad.

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Desde 2006, los actuales propietarios han emprendido una restauración completa de la casa principal, cuyos muros exteriores datan del siglo XIV. Ahora ofrece más de 540 m2 de espacio habitable en cuatro plantas, comunicadas por ascensor. En ellas podemos encontrar unas 20 habitaciones, incluidas cuatro suites familiares, dos para invitados, una habitación individual, un salón y un comedor, una sala de televisión al estilo Bollywood, un despacho, dos cocinas, una lavandería, una bodega o una sala de fitness.

Los molinos tienen una larga historia que se remonta al siglo XVII y su arquitectura única los convierte en una de las joyas históricas de la región. Se cree que la casa principal habría sido uno de los mayores edificios industriales de la región, con almacenes, establos para mulas y una posada. La rueda del molino original, de hierro forjado, era una de las más grandes de Francia, pero estaba demasiado dañada para ser restaurada. En 2012 se sustituyó por una rueda más pequeña que la original y los muros de piedra que la rodeaban se retiraron y se sustituyeron por una instalación de cristal.

Esta última crea un vínculo entre el salón y la cocina-comedor para formar una zona de recepción muy amplia y permite que el arroyo cercano fluya a través del salón. Un detalle atípico y bastante sorprendente que resulta en una verdadera revalorización del entorno y de la historia de esta residencia de lujo.

Cercano al edificio principal está el Santuario, una antigua ruina de la época romana que está totalmente restaurado y se utiliza para eventos, rodeado de estanques ornamentales con peces. También está el Cabanon, una encantadora casa de huéspedes, y la suite privada India, junto a la piscina, que ofrece alojamiento de lujo en un ambiente rajastaní. La propiedad está totalmente equipada e incluye también una pista de tenis y un helipuerto.