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Los 50 años de Mette-Marit: su transición de frívola "princesa Prada" a ejemplo de lucha
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Los 50 años de Mette-Marit: su transición de frívola "princesa Prada" a ejemplo de lucha

La princesa llega al medio siglo con una enfermedad grave que condiciona su agenda, aunque cuenta con un gran apoyo: su familia

Foto: Mette-Marit de Noruega. (Getty)
Mette-Marit de Noruega. (Getty)

"Tener una enfermedad crónica es un trabajo de aceptación". Así lo ha asegurado Mette-Marit en una entrevista concedida a la revista 'D2 Magazine' con motivo de su 50º cumpleaños. La princesa vive un momento dulce, con una familia unida y una popularidad que cada día va en aumento, pero con la sombra de la fibrosis pulmonar que le fue diagnosticada en 2018 y de la que ha hablado sin tapujos en dicho encuentro, asegurando que en ocasiones siente como si sus pulmones no funcionaran.

"Tengo algunos días en los que tengo que cancelar cosas porque estoy muy mal. El otoño pasado tuve que anular un acto cuando había llegado allí porque tenía algunos efectos secundarios. Me puse bastante mal allí mismo. [...] Una de las cosas buenas de estar enferma es que he aprendido a estar atenta a cómo me hacen sentir las cosas, qué me estresa, qué me hace cansarme.... Es bueno porque así puedo intentar mejorar. De esta enfermedad he aprendido que soy salvajemente impaciente", explica Mette-Marit, abriéndose en canal.

No ha sido un proceso fácil para la heredera consorte hasta llegar donde está. El hecho de que Mette-Marit tuviera un hijo, Marius Borg, de una relación anterior complicó mucho las cosas cuando empezó a salir con el futuro rey de Noruega, el príncipe Haakon. No solo eso, sino que había tenido una relación sentimental con un narcotraficante e incluso había participado en un programa de citas en la televisión. Un currículum que, en esas fechas, resultaba cuanto menos sorprendente para una mujer que debía convertirse en reina consorte.

placeholder Haakon y Mette-Marit, junto a Ingrid Alexandra y Sverre Magnus. (Det Norske Kongehuset)
Haakon y Mette-Marit, junto a Ingrid Alexandra y Sverre Magnus. (Det Norske Kongehuset)

Haakon luchó con uñas y dientes para que esa relación saliera adelante y sus padres, aunque en un principio reacios, acabaron aceptando el matrimonio. Sin embargo, había otras pruebas de fuego por las que tenían que pasar Haakon y Mette-Marit: la aceptación del Gobierno, quien catalogó la relación del príncipe como "peligrosa para la continuidad de la realeza" y, quizás la más importante, la de la opinión pública, que se echó encima de aquel noviazgo. Y aunque Haakon continuó con su idea de casarse a pesar de todo, Mette-Marit quiso pedir perdón públicamente en televisión tres días antes de la boda.

"Mi rebelión cuando era joven fue más fuerte que la de mucha gente. Sobrepasé los límites y siento mucho aquello. Era importante para mí vivir desafiando lo que estaba aceptado", aseguró casi entre lágrimas, aprovechando la ocasión para condenar públicamente el consumo de drogas.

Tal fue la presión que sintió la princesa, como comentaría ella misma años después, en 2021, que afectó a su salud: “Hay periodos de mi vida en los que aún no puedo pensar sin que me entren ganas de vomitar. Sobre todo, la primera fase de mi vida con Haakon, porque fue muy difícil. Algunos programas han emitido recientemente imágenes de la familia real en las que aparecen mis inicios con Haakon, y no puedo verlos”.

La boda de Haakon y Mette-Marit fue un cuento de hadas. Con las aguas más calmadas tras las disculpas de la novia, el enlace se vivió con júbilo y con gran expectación, sobre todo en España, ya que el príncipe Felipe coincidió con su novia de aquel entonces, Eva Sannum, íntima de Mette-Marit, a la que se criticó sin piedad por su escotado vestido azul de raso y por ser fotografiada con una copa de balón en la mano. Aquel fue el principio del fin de la pareja...

placeholder Mette-Marit y Haakon de Noruega, el día de su boda. (Getty)
Mette-Marit y Haakon de Noruega, el día de su boda. (Getty)

Volviendo a los noruegos, su matrimonio no ha sido un camino de rosas. Apenas un año después de su boda, aparecía un vídeo en el que la princesa le daba un manotazo a su marido en las puertas de un avión y discutía fuertemente con su secretaria personal, Hilde Haraldstad. La propia Mette-Marit tuvo que salir a pedir perdón, de nuevo, y la Casa Real, a través de su jefe de información, Wenche Rasch, se disculpó justificando que la discusión fue una consecuencia directa de la enorme tensión que sufre la princesa cada vez que tiene que subirse a un avión.

Ese suceso, junto a la pasión que sentía por la moda internacional, hizo que Mette-Marit no cuajara mucho entre los noruegos y fuera bautizada como 'la princesa Prada'. Los años iban pasando y la popularidad de la princesa no conseguía remontar. A eso se le debe sumar sus continuas e injustificadas ausencias en actos oficiales. Eso hizo que aparecieran distintos rumores: del ya comentado pánico a volar a que no estaba interesada en su labor institucional, pasando por que el príncipe y ella tenían una crisis matrimonial.

Palacio guardaba silencio siempre ante las ausencias de Mette-Marit hasta que en 2018, y tras meses de bajas, la princesa decidió hacer público el diagnóstico. "Durante varios años he tenido problemas de salud de manera regular; ahora sabemos más sobre los motivos. La enfermedad supondrá un cambio en la capacidad de trabajo", admitía la princesa. "El príncipe heredero y yo elegimos informar sobre esto ahora, en parte porque en el futuro será necesario planificar periodos sin un programa oficial, en función del tratamiento y cuando la enfermedad sea más activa", añadía.

Debido a su dolencia, la agenda de la princesa se ha limitado muchísimo, como ella ya dejaba claro en su comunicado. Esto supondrá un problema para Haakon a la hora de llevar una agenda oficial en el futuro como rey. A sus 50 años, Mette-Marit vive centrada en su familia y en su enfermedad, intentando que limite su vida lo menos posible.

"Tener una enfermedad crónica es un trabajo de aceptación". Así lo ha asegurado Mette-Marit en una entrevista concedida a la revista 'D2 Magazine' con motivo de su 50º cumpleaños. La princesa vive un momento dulce, con una familia unida y una popularidad que cada día va en aumento, pero con la sombra de la fibrosis pulmonar que le fue diagnosticada en 2018 y de la que ha hablado sin tapujos en dicho encuentro, asegurando que en ocasiones siente como si sus pulmones no funcionaran.

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