Daniel de Suecia a los 50 años: su amor por Victoria, sus hijos y su papel en la familia real

El príncipe Daniel de Suecia está a punto de cumplir medio siglo de vida y, tal como hiciera Haakon en la vecina Noruega para celebrar este mismo cumpleaños recientemente, se ha sometido a una extensa y sincera entrevista frente a las cámaras del canal sueco STV. En el primer avance del programa especial titulado '50 años del príncipe Daniel', el esposo de la princesa heredera Victoria habló con naturalidad sobre cómo es su día a día después de haber sufrido un transplante de riñón y también se refirió a los supuestos problemas en su matrimonio, que obligaron a que la Casa Real del país escandinavo emitiera un comunicado que los desmentía categóricamente.

En la entrevista completa, el príncipe Daniel habla abiertamente de sus años de infancia en Ockelbo, un pueblo a dos horas al norte de Estocolmo, y de cómo es su vida dentro de la familia real sueca, así como de la educación que quiere dar a sus hijos, los pequeños Estelle y Oscar, de once y siete años respectivamente. Según confiesa, a día de hoy sigue en contacto con sus antiguos amigos, aunque su vida en palacio le ocupe gran parte de su tiempo. Tras más de veinte años al lado de la princesa Victoria, se siente perfectamente a gusto en su papel.

Cuando Daniel ve una foto suya de niño durante la entrevista, le sorprende el parecido con su hijo pequeño. Él mismo solía ser un "chico seguro de sí mismo, con mucha energía y piernas inquietas", según recuerda. "Cada vez me costaba más quedarme quieto", relata el antiguo preparador físico, que según sus palabras practicaba mucho deporte y disfrutó de una infancia feliz. "Tuve una educación increíblemente buena con mis padres y mi hermana en Smältvägen Way. Era un entorno seguro y cariñoso. Mis padres tenían buenos valores que intentaron transmitirnos a mí y a Anna".

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Ahora quiere educar a sus propios hijos según los mismos valores que le transmitieron a él. "Lo que me gustaría que tuvieran claro nuestros hijos es que no se habla mal de los demás y que no se miente", dice Daniel en la entrevista. "Hay que intentar juzgar a la gente por sus mejores cualidades". Para ello vuelve a recurrir a sus propios padres como ejemplo positivo. Siempre han tenido un moderno reparto de tareas: ya en 1970, su padre se tomó un permiso parental, quedándose en casa para cuidar a la hermana de Daniel durante un tiempo.

Su padre también insistió siempre en que los hombres tenían privilegios que se negaban a las mujeres, independientemente de su coeficiente intelectual. Así lo explica el príncipe en la entrevista: "Para mi padre era importante señalar que él tenía la posibilidad de estudiar, pero mamá era la más inteligente de los dos". La entrevistadora Carina Bergfeldt quiere saber entonces si de ahí viene su propio lado más feminista. "Puede ser", responde riendo.

Con su región natal, Daniel mantiene un fuerte vínculo y aún se reúne a menudo con cinco amigos del colegio. "Es muy especial. Ahora voy a cumplir 50 años y conozco a la mayoría de ellos desde que tenía cinco o seis", asegura. "Son relaciones importantes. También tengo amigos que conocí después de mudarme a Estocolmo, es decir, desde hace casi treinta años. He tenido suerte con mis buenos amigos a lo largo del camino".

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R. R.

Su familia política también desempeña un papel importante en su vida. Daniel mantiene una buena relación con ellos. "Hacemos lo mismo que la mayoría de las familias. Nos reunimos, comemos o cenamos juntos. Pasamos tiempo juntos y hablamos", dice. Cuando la periodista le pregunta si es una familia en la que es fácil entrar, responde: "¡Qué buena pregunta! Está claro que es una familia sobre la que todo el mundo tiene una opinión. Pero tengo una buena relación con mi familia política y con los hermanos de Victoria. Siento que allí hay una comunidad y una relación cariñosa".

El príncipe no se cansa de subrayar durante la conversación lo feliz que es de estar "detrás" de Victoria. No siente que sea una "sombra" y le encanta apoyar a su esposa. Bergfeldt se interesa sobre si debió renunciar a mucho cuando se enamoró de la princesa y se casó con ella. Daniel responde a esta cuestión diciendo: "No renuncié a tanto, pero conseguí mucho".

"La mayoría de la gente quiere oír y ver a Victoria", añade, "y me parece bien" porque sabe lo "fantástica" que es. Literalmente, habla maravillas sobre su mujer. "Conecta tan bien con la gente. Consigue que se sientan bien en su presencia". Del mismo modo, tiene claro su rol en la familia real y en el futuro ascenso de Victoria al trono del país. "Voy detrás de ella y disfruto e intento contribuir. No tengo ningún problema con mi papel ni con la situación".