De Felipe a Kate o Alberto y Charlène: la pasión de los royals por el rugby

Los aficionados al rugby tienen una cita ineludible en unos días con el inicio en Francia de la Copa del Mundo 2023, que tendrá su pistoletazo de salida el 8 de septiembre con el encuentro entre la selección anfitriona y los poderosos All Black de Nueva Zelanda. Nuestro combinado nacional se ha quedado finalmente fuera de esta prestigiosa competición debido a una sanción recibida por una alineación indebida durante la fase de grupos, así que los españoles deberán elegir a otro equipo para animar durante el Mundial, como harán los royals más fans de este deporte: los Windsor y los Grimaldi.

Pero aunque su popularidad esté dentro de nuestras fronteras muy lejos de la del fútbol o el baloncesto, también nuestra familia real ha mostrado su apoyo al rugby. En 2018, Felipe VI se convertía en el primer royal español en presenciar un partido de Los Leones al ver desde el palco de El Central de la Universidad Complutense de Madrid un encuentro entre España y Alemania. Habían pasado nada menos que 89 años desde que su abuelo, Alfonso XIII, presidiera desde el palco de Montjuic el estreno oficial simultáneo de la selección española de rugby y del emblemático estadio barcelonés.

La relación entre el deporte del balón ovalado y nuestro monarca tendría su continuación hace tan solo unas semanas cuando Felipe VI concedía el título de 'real' a la federación española de rugby. Del mismo modo, el esposo de doña Letizia aceptaba la presidencia de honor de la institución como celebración del centenario de la llegada del rugby a España, que este organismo celebra durante 2023.

También nuestra Reina ha puesto su granito de arena en el apoyo al rugby femenino, visitando a las componentes de la selección nacional femenina de rugby 7 durante un entrenamiento en 2019.

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Pero, más allá de nuestras fronteras, la relación entre los miembros de la realeza y el rugby está llena de anécdotas. Una de las más curiosas tuvo lugar en el estadio inglés de Twickenham en 1936, cuando los 72.000 espectadores que contemplaban el partido entre Inglaterra y Nueva Zelanda aplaudieron el tanto que convertía Alexander Obolensky y que abría el marcador para el XV de la Rosa.

Gran aficionado a este deporte, el príncipe de Gales se encontraba en las gradas. Tras ver la actuación del jugador de rugby en su primer partido internacional, le preguntó: "¿Qué derecho tienes a jugar con Inglaterra?". La participación del joven ruso en el exilio había desatado la polémica. Nacido en 1916 en Petrogrado (la actual San Petersburgo), el príncipe Alexander Obolensky vivía en Inglaterra, a donde su familia había huido en 1917, y estudiaba en Oxford. Ese día, los ingleses vencieron por primera vez a los All Blacks por 13-0, marcando un hito en la historia del rugby de su país. Los dos ensayos de Alexander le valieron la nacionalidad británica dos meses después.

La presencia del futuro rey impulsó el desarrollo de este deporte, que se practicó en todo el imperio, desde Sudáfrica hasta Nueva Zelanda y Australia, todas ellas potentes naciones de rugby en la actualidad. Se dice que el rugby se originó en la ciudad inglesa del mismo nombre por el mal genio de un tal William Webb Ellis, que atrapó el balón con la mano durante un partido de fútbol. Aunque más probablemente su origen venga del soul, un juego medieval practicado originalmente en Bretaña y Normandía.

Dentro del clan Windsor, el rugby es todo un asunto de familia. La princesa Ana es la mejor aliada de Escocia. Patrona del XV del Thistle desde hace más de treinta y cinco años, nunca pierde ocasión de apoyar a su equipo. El pasado 4 de febrero, acompañada de su marido, el vicealmirante sir Timothy Laurence, asistió al primer partido de los escoceses en el Torneo de las Seis Naciones.

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Otra gran aficionada al rugby es la princesa de Gales. Desde que anunció su nombramiento el 2 de febrero de 2022, la nuera de Carlos III ha ejercido con entusiasmo su papel de patrona de la Rugby Football League y de la Rugby Football Union, tomando el relevo del príncipe Harry. Una disciplina que además está aprendiendo su hijo mayor, el príncipe George.

Pero su primogénito parece haberse puesto del lado de su padre, el príncipe Guillermo, que es patrón del rugby galés desde 2016. Según el heredero al trono, en su familia existe "una gran rivalidad deportiva" entre los diversos colores del Reino Unido. Su esposa lo confirma. "Siempre competimos un poco entre nosotros", aseguraba Kate Middleton el pasado enero durante una recepción en el palacio de Hampton Court con el equipo inglés de rugby en silla de ruedas.

Aunque ahora vive en California y es un gran aficionado y practicante de polo, el príncipe Harry sigue siendo un ferviente fan de la selección inglesa de rugby. No en vano fue elegido presidente de honor del comité organizador de la Copa del Mundo que se disputó en Inglaterra en 2015. El duque de Sussex también es popular entre los jugadores de rugby. Según una de las mayores leyendas de este deporte, el ya retirado James Haskell, Harry es "un increíble defensor de todo lo bueno del rugby inglés".

A los Winsdor hay que sumar en la actualidad a Mike Tindall, ya que el yerno de la princesa Ana se proclamó campeón del mundo con el XV de la Rosa en 2003. Aunque ya ha colgado las botas, sigue jugando por causas benéficas y ha transmitido su afición a su hija mayor, Mia. También presenta el pódcast 'The Good, The Bad & The Rugby' con James Haskell y el presentador Alex Payne.

De Inglaterra saltamos a Mónaco, donde el rugby también ocupa un lugar importante en la vida deportiva del principado. Allí desde 2009 se celebra cada año el importante torneo juvenil de Sainte-Dévote, una competición internacional de rugby a siete que está organizada por la Federación de Rugby de Mónaco con el apoyo de la Fundación Princesa Charlotte.

Tanto el príncipe Alberto como la princesa Charlène son grandes aficionados a este deporte y en más de una ocasión han ensalzado los valores del balón oval, como la lealtad y el respeto a los demás, y han optado por inculcárselos a sus hijos, el príncipe Jacques y la princesa Gabriella, desde una edad muy temprana.

El rugby en el principado es también un auténtico asunto de familia, ya que el hermano de la princesa, el sudafricano Gareth Wittstock, es presidente de honor de la Federación Monegasca. Del mismo modo, el príncipe Alberto preside el Seven de Rugby de Mónaco. Aunque el equipo solo existe desde 2019, ya se ha proclamado campeón de Francia en la final del SuperSevens 2022.