La solemne promesa que Isabel II mantuvo hasta su muerte durante más de 70 años

Los ciudadanos británicos y los fans de la realeza de todo el planeta se preparan para conmemorar este 8 de septiembre el primer aniversario de la muerte de Isabel II. La difunta reina pasó a la historia por las siete décadas que ocupó el trono de su país y por su abnegado servicio. Como muestra, un botón. Hoy hace exactamente un año que cumplió su último deber real invitando a la 15ª primera ministra de su reinado, Liz Truss, a formar oficialmente Gobierno en la tradicional ceremonia del besamanos. Las fotos muestran a una soberana sonriente, saludando a Truss en el castillo de Balmoral, donde charlaron durante unos 30 minutos antes de despedirse de su predecesor, Boris Johnson.

Fiel a su estilo, la reina de 96 años, que llevaba una rebeca y una falda de tartán, no soltó su bolso negro de charol ni el bastón que la acompañó durante sus últimos años. Tan solo 48 horas después, la madre de Carlos III fallecería en su querida residencia de las Tierras Altas escocesas.

Fue generalizada entonces la admiración y la sorpresa por el hecho de que, tan solo dos días antes de su muerte, la monarca apareciera de pie cumpliendo con sus deberes oficiales. Pero su determinación para llevar a cabo el acto ceremonial a pesar de su débil salud parece remontarse a una emotiva promesa que hizo en su 21 cumpleaños y que nunca rompió.

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Aquel 21 de abril de 1947, la reina, que entonces era la princesa Isabel, estaba de gira por Sudáfrica con sus padres y su hermana menor, la princesa Margarita. Para conmemorar su histórico cumpleaños, pronunció un discurso por radio desde Ciudad del Cabo, que se retransmitió a toda la Commonwealth.

En su alocución, la joven royal agradeció a la gente sus felicitaciones y habló con cariño de su estancia en Sudáfrica. Al final de su discurso, hizo una importante promesa: "Declaro ante todos vosotros que toda mi vida, sea larga o corta, estará dedicada a vuestro servicio y al servicio de nuestra gran familia imperial a la que todos pertenecemos". Cinco años después de pronunciar estas palabras, Isabel se convirtió en reina y las pruebas demuestran que fue una promesa cumplida hasta el final.

Las imágenes de Isabel II y la entonces primera ministra fueron sus últimas fotos en vida y fueron tomadas por Jane Barlow, fotógrafa de Press Association, que fue enviada a Balmoral para captar el momento. Barlow describió posteriormente su última conversación con la monarca y reveló cómo era entonces el ambiente en Balmoral en un día que ahora tiene aún más significado.

Antes de que Truss llegara a Balmoral, la fotógrafa dispuso de unos minutos a solas con Isabel II y decidió hacerle algunos retratos. La describió como "de aspecto frágil", pero "de buen humor". Mientras tomaba las imágenes, la fotógrafa describió cómo disfrutó de la clásica conversación británica sobre el tiempo gracias a que habían caído fuertes lluvias durante todo el día. Cuando Truss entró en la sala, la reina la recibió con una "gran sonrisa", según la fotógrafa, que lleva varios años trabajando para la agencia de noticias PA en Escocia.

Respecto a las celebraciones del primer aniversario de su muerte, se espera que Carlos III y la reina Camila lo conmemoren en privado. No parece probable que tenga lugar ninguna reunión familiar privada en su finca de Balmoral y no está previsto ningún acto público. Fuentes de palacio dijeron que el monarca elegiría pasar el aniversario "en silencio y en privado, al igual que hizo la difunta reina para conmemorar el fallecimiento de su propio padre".

Mientras tanto, el príncipe Guillermo y Kate Middleton realizarán una emotiva peregrinación a una catedral de Gales que visitó Isabel II para conmemorar el primer aniversario de su muerte. Visitarán comunidades del sur de la región para dar el pistoletazo de salida a sus planes de otoño tras las vacaciones de verano, que incluirán también una visita a Francia para asistir al Mundial de rugby.