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Johanna Zott acoge a Irene Urdangarin en su familia: fiestas y regalos
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FAMILIA DEL REY

Johanna Zott acoge a Irene Urdangarin en su familia: fiestas y regalos

Las jóvenes cuñadas tienen una relación muy buena, llena de complicidad. Cuando Irene cumplió 18 años, Johanna ayudó a Pablo a comprarle un regalo a su hermana

Foto: Pablo e Irene Urdangarin. (Europa Press)
Pablo e Irene Urdangarin. (Europa Press)

El pasado domingo 3 de septiembre por la mañana, la casa de la familia Zott amanecía cansada y repleta de jóvenes con pocas horas de sueño y muchas risas encima. Los padres de Johanna Zott fueron los anfitriones del novio de su hija Johanna, Pablo, y de su hermana Irene. Así que a las cuatro hijas del matrimonio se sumaron los Urdangarin, provocando cierto ‘overbooking’ en la vivienda.

La amistad que une a Irene y Johanna va más allá de la familia, juntas exhiben complicidad y buen rollo en todo momento. Son íntimas amigas, algo que facilita los encuentros y la alegría conjunta. Así pues, la juventud celebró el estreno de Pablo en la liga europea con su nuevo equipo, el Fraikin Granollers, el sábado por la noche.

placeholder Irene Urdangarin, con su prima Victoria de Marichalar detrás. (Europa Press)
Irene Urdangarin, con su prima Victoria de Marichalar detrás. (Europa Press)

El club vallesano había perdido en la Champions contra el CSM Constanta de Rumanía por poco y la hermana del joven, su novia y sus hermanas quisieron estar con él en un momento agridulce. Porque había jugado por fin en las grandes Ligas como titular, pero el resultado no acompañaba para una gran celebración. En este contexto, el sábado por la noche un nutrido grupo se preparó en la casa familiar de Johanna, en Esplugues de Llobregat, para salir de noche.

Durmieron juntas

No hacía falta esforzarse mucho: Irene Urdangarin y Johanna son íntimas amigas desde hace años, de los tiempos en los que ambas estudiaron en el Liceo Francés. Aunque Johanna es algo mayor que Irene, la relación "es estupenda", aseguran a Vanitatis fuentes familiares. Tanto que las dos chicas compartieron incluso cama la noche del sábado al volver a casa. Pablo, mientras, se retiraba a otra habitación y dejaba a su novia por unas horas.

Foto: Pablo Urdangarin posa para la agencia EFE. (Enric Fontcuberta)

La amistad entre las chicas viene de lejos, decíamos, y hay detalles que lo dejan claro. Cuando Irene cumplió 18 años, a principios del pasado mes de junio, Pablo les comentaba a sus amigos que no sabía qué regalo hacerle a su hermana. Algunos le aconsejaron que fuera a una joyería y le comprara algo bonito. "¿De cuánto dinero hablamos?", preguntaba el segundo hijo de la Infanta. Cuando algunos le dijeron que podría ir a la joyería en cuestión y gastar unos 100 euros, el negó con la cabeza, entre risas, y les dijo que ni hablar, que su presupuesto era como mucho de 30 euros.

Sin lujos

Así informan a Vanitatis fuentes directas de la familia, que señalan, de paso, que esta es la vida de los sobrinos de Felipe VI, una existencia sin demasiados lujos, como la de una familia más. Sobre todo, los hijos mayores de la infanta Cristina, quienes tienen sus sueldos y piden ayuda económica muy de vez en cuando a su madre y, cómo no, a su abuelo, don Juan Carlos I, el gran 'solucionador' de la familia. Eso sí, puntualizan: siempre con cuestiones necesarias y siendo muy estricto para que los 'niños' no se pierdan. Al final, pues, fue Johanna quien aconsejó a Pablo dónde comprar y qué regalo hacerle a su hermana.

Foto: Victoria Federica y Jorge Bárcenas. (LP)

Volvamos al sábado. Esa fue una jornada larga que pasaron todos reunidos, incluso con sus padres. La infanta Cristina e Iñaki Urdangarin estuvieron juntos (pero no revueltos) en el partido del mediodía en Granollers y después se fueron todos a comer a la casa de los Zott. Todos menos Iñaki Urdangarin, que salió raudo hacia Vitoria de vuelta porque por mucho que la tensión en el exmarimonio haya bajado algunos voltios, sigue siendo difícil que compartan mesa y mantel con amigos 'en pareja'.

Y decimos amigos porque los padres de Johanna conocen bien a los Urdangarin de Borbón de los citados tiempos escolares. Tienen buena relación, pero entienden que los exduques no quieran mezclarse hasta el punto de comer juntos. Por eso la Infanta se fue hasta Esplugues con sus hijos y compartió con sus ‘consuegros’ las alegrías de la vida.

Bailoteo

Mientras los mayores apuraban la tarde, los jóvenes se arreglaban en el piso de arriba, maquillaje en mano las chicas, para irse de marcha. Las fuentes directas de la familia aseguran a Vanitatis que fue una salida algo movida, que fueron primero a tomar algo y hubo hasta algún bailoteo. Y añaden que si Pablo hubiera ganado, la cosa habría sido más potente. De paso, las mismas fuentes recuerdan que Irene Urdangarin no necesita a su prima para salir, que como cualquier joven de su edad, sale a pasarlo bien y nadie influye en sus decisiones.

Foto: Pablo Urdangarin, en una imagen reciente. (Cordon Press)

Dicho esto, podemos asegurar que la mañana siguiente fue algo dura, sobre todo para el deportista, que se entrena fuerte cada día y trasnochar le pesa. Así que el domingo comieron los hermanos juntos, con su madre. Irene ha permanecido en Barcelona, mientras no hay ya rastro de doña Cristina. Hay que recordar que la benjamina Urdanagrin, que sigue en la capital catalana de planes diarios con su hermano y su 'cuñada', dentro de poco debería empezar el nuevo curso.

Irene, a la 'uni'

La única hija de la infanta Cristina e Iñaki Urdangarin tiene que estar entre el 12 y el 15 de septiembre en su universidad en Lausana, donde empezará a estudiar dirección hostelera, y el 20 empieza las clases. A partir de ese momento, comienza la vida en serio para esta joven que ha acordado con su madre seguir viviendo en Ginebra, en la casa familiar.

Es una decisión, afirman las mismas fuentes, que puede cambiar en cualquier momento porque Irene deberá pasar una hora en coche de ida y otra de vuelta a diario para poder estar junto a su madre y acudir a clases. No será algo fácil, ambas son conscientes de ello, pero van a hacer un esfuerzo porque Irene, aseguran, no quiere que doña Cristina se quede sola en Ginebra. No por el momento.

Foto: Irene Urdangarin. (Europa Press)

Y mientras Irene y la Infanta ya están de vuelta en Suiza, Pablo sigue con su calendario deportivo. Este mismo miércoles, tenía una cita en el Palacio de Deportes de Granollers, donde su club se entrenaba para su próximo encuentro. Será de nuevo en la ciudad catalana, esta vez en la liga Asobal. A las ocho de la tarde, el Fraikin Granollers se enfrenta al Viveros Herol Nava. Puede que su padre vuelva a verle, puesto que su madre ya no estará en la zona.

El pasado domingo 3 de septiembre por la mañana, la casa de la familia Zott amanecía cansada y repleta de jóvenes con pocas horas de sueño y muchas risas encima. Los padres de Johanna Zott fueron los anfitriones del novio de su hija Johanna, Pablo, y de su hermana Irene. Así que a las cuatro hijas del matrimonio se sumaron los Urdangarin, provocando cierto ‘overbooking’ en la vivienda.

Irene Urdangarin
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