Charlène de Mónaco se enfrenta a un viaje a Sudáfrica marcado por el trauma

Este sábado 16 de septiembre es una fecha muy señalada para la princesa Charlène de Mónaco, ya que viajará a su país natal, Sudáfrica, y lo hará por un motivo vinculado al mundo del deporte, una práctica que, como nadadora profesional, siempre disfruta y defiende.

El evento deportivo Water Bike Challenge, organizado por la Fundación Princesa Charlène en Sun City y que será presidido por el príncipe Alberto y ella misma, ofrecerá en Sudáfrica un desafío deportivo que, además de promover valores como el esfuerzo, la solidaridad y la humildad, pretenderá concienciar a la población sobre la importancia del aprendizaje de la natación, el cual puede evitar ahogamientos.

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R. R.

Todo parece presentarse como el viaje perfecto para Charlène. Desplazarse a su país natal, hacerlo por un motivo deportivo y solidario y en compañía de su marido es la combinación perfecta para la princesa. Sin embargo, este viaje puede generarle a la cuñada de Carolina de Mónaco algo de ansiedad, ya que se trata de la primera vez que Charlène pisa Sudáfrica desde que regresó del país a finales del 2021 tras una estancia obligada allí de seis meses por graves problemas de salud que la mantuvieron retenida y alejada de su familia.

En ese sentido, Sudáfrica se convirtió en el escenario de una de las peores experiencias de la princesa. Su particular pesadilla allí comenzó en mayo de 2021. Charlène ​realizó entonces un viaje, en principio de corta duración, motivado por una campaña contra la caza de rinocerontes a través de su fundación. La esposa de Alberto de Mónaco demostraba así su compromiso con el mundo animal y condenaba la caza furtiva.

Todo parecía ir bien hasta que una grave infección afectó a la princesa, obligándole a retrasar su regreso a Mónaco. Según explicó ella misma en una entrevista con el canal sudafricano News24, sufrió una infección de nariz, oído y garganta tras someterse a un levantamiento de senos paranasales y a un injerto óseo antes del viaje.

El problema se complicó de tal manera que Charlène tuvo que permanecer medio año en Sudáfrica. Los médicos le impusieron un delicado tratamiento de urgencia y tuvo que pasar por quirófano en dos ocasiones.

En un principio, desde Mónaco, se intentó sobrellevar el tema con total discreción, pero la falta de información dio lugar a todo tipo de rumores. Charlène no solo tuvo que enfrentarse a fuertes dolores y molestias, sino que también tuvo que soportar esa rumorología que apuntaba a una crisis matrimonial.

La propia princesa tuvo que salir al paso para frenar las habladurías sobre su vida privada. En declaraciones realizadas en una emisora de radio sudafricana, ella misma explicó: “En principio, debía regresar a Mónaco en diez o doce días. Desgraciadamente, surgió un problema. Los médicos descubrieron una infección relativamente grave. De ahí el verme forzada a quedarme bloqueada en África del Sur, hasta el mes de octubre”.

También emitió un comunicado a través de su fundación en el que detallaba que estaba siendo sometida “a múltiples y complicados procedimientos”. Añadían que por prescripción facultativa no se le recomendaba viajar.

"Alberto y yo no teníamos otra opción que seguir las instrucciones del equipo médico, a pesar de que resulte difícil", se lamentaba Charlène en el mes de junio. Añadía que "este año será el primero que no estaré con mi marido en nuestro aniversario en julio, lo que es difícil y me entristece".

En agosto de 2021, tras cuatro largos meses de ausencia y silencio, el príncipe Alberto desveló que su esposa había sido operada de nuevo. “La intervención médica ha sido un éxito. Pensamos en ella con mucha ternura”.

A principios de septiembre de 2022, todo parecía haber mejorado y el regreso de Charlène a Mónaco parecía inminente. Sin embargo, la salud de la princesa volvió a resentirse y tuvo que ser llevada de urgencia al Hospital Netcare Arbelito, en la ciudad costera de Ballito. Solo fue un susto y un día después recibió el alta.

Después de medio año sin poder pisar Mónaco, la princesa Charlène pudo, al fin, regresar al principado.