El duelo estilístico 'azul navy' de Camila y Brigitte Macron en la cena de gala en Versalles

Seis meses después de lo esperado, Carlos III y Camila ya se encuentran en Francia, realizando su primera visita de Estado a su país vecino desde que fueran proclamados oficialmente reyes, el pasado 6 de mayo. Siguiendo lo estipulado en su agenda oficial, Sus Majestades aterrizaban en París este mediodía bajo un fuerte dispositivo de seguridad, que involucra entre 8.000 y 30.000 policías, debido a las amenazas por atentado emitidas por el grupo Al Qaeda a la nación días atrás.

A pesar de ello, ningún plan ha sido modificado en este viaje que tendrá una duración total de tres días. Asimismo, tras su llegada, el matrimonio se ha desplazado hasta el mítico Arco del Triunfo de la capital, donde han acudido al encuentro de sus anfitriones, Emmanuel y Brigitte Macron, con los que posteriormente han dado un paseo por los Campos Elíseos, saludando a los ciudadanos allí presentes. Sin embargo, no ha sido hasta hace escasos minutos cuando se ha producido la fotografía más esperada de este encuentro. En torno a las 20:00 de la tarde, el presidente de la República francesa y su esposa han recibido a los sucesores de Isabel II en el histórico palacio de Versalles, con motivo de la celebración de una cena de gala.

Una vez realizado el posado oficial, ambas parejas han disfrutado de un breve concierto del violinista sueco Daniel Lozakovich en la Capilla Real del que fuese templo de María Antonieta. Este ha sido sucedido por el banquete que ha tenido lugar en el Salón de los Espejos, donde se han sumado alrededor de 200 invitados, entre los que ha destacado la presencia de Carole Bouquet, el actor Hugh Grant o el cantante Mick Jagger.

No obstante, la asistencia de múltiples rostros conocidos no ha conseguido desviar la atención de las dos grandes protagonistas de la velada y, especialmente, sus looks. Siguiendo el elegante 'dress code' impuesto y personalizado en los esmóquines de los caballeros, Brigitte Macron ha seleccionado un vestido largo en tonalidad azul navy de corte recto y mangas largas satinadas, que resaltaba ante las cámaras por encontrarse rematado en su cuello, cintura y mangas por tiras de cristales Swarovski plateados, los cuales, a su vez, combinaban con dos sutiles pendientes de aro y varios anillos decorados por esmeraldas.

A pesar de este estilismo de gran opulencia, el terreno 'beauty' ha sido lo más destacado de la velada en lo referido a la estética de la primera dama francesa. La exprofesora ha sorprendido a los expertos en belleza al desprenderse de su voluminosa y ya icónica melena corta platino para apostar por un recogido bajo con flequillo lateral. Tampoco ha pasado desapercibida su bronceada tez, resultado de sus vacaciones veraniegas al sur del país.

Por otro lado, Camila también ha sucumbido, de manera casual o no, a la tonalidad azul 'navy'. Sin embargo, la esposa de Carlos III ha optado por un diseño largo de tirantes finos con sutil escote pico y falda de volumen con silueta acampanada. Dicho modelo ha sido acompañado por una destacable capa a conjunto del mismo largo y color, y además confeccionada en el material de la pieza principal.

La reina Camilla llevaba una creación Dior Haute Couture imaginada especialmente por Maria Grazia Chiuri, compuesta de un vestido de noche de crepe de seda azul noche y de una capa. Una línea pura realzada por un trabajo de trenzado hecho a mano por les Ateliers de la Maison. Un virtuoso emblema de la creatividad y de la excelencia del savoir-faire Dior.

Sin embargo, como es costumbre dentro de las apuestas estilísticas de la reina británica, el poder de su look ha recaído en el uso de los accesorios; más concretamente la joyería. La nuera de Isabel II ha rescatado el simbólico conjunto de zafiros que Jorge VI regaló a la que fuese su suegra en su boda con el príncipe Felipe de Grecia y Dinamarca, reconvertido posteriormente en Felipe de Edimburgo. El set conformado por un collar largo de dicha piedra preciosa y diamantes, un par de aretes realizados en Carrington & Co y pulsera ha sido lucido en su totalidad.

El menú, al detalle

Más allá de por sus grandes elecciones estilistas, la cena de Estado del palacio de Versalles ha estado protagonizada por un exclusivo menú que, además de llevar meses diseñándose y estar aprobado por Buckingham Palace, según se ha explicado desde el propio Gobierno, ha reflejado la excelencia de la cocina francesa aunando la creatividad y tradición de la gastronomía gala.

La propuesta culinaria, servida en una vajilla de porcelana de Sèvres, ha constado de un total de tres platos creados por chefs de estrellas Michelin para la ocasión. El entrante, realizado por Anne-Sophie Pic, se ha encontrado compuesto de bogavante azul y cangrejo con un velo de almendras frescas y un toque de gel de menta y coco. El principal, confeccionado por Yannick Alléno, ha tratado una base de ave de corral de Bresse aromatizada con maíz y gratinada con setas porcini. Por último, el postre, que ha corrido a cargo del reputado repostero Pierre Hermé, ha sido un macaron persa de Isfahan con una sutil combinación de agua de rosas, frambuesas y lichis.

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Jorge C. Parcero

Sin embargo, la suculenta cena no ha sido de fácil elaboración, ya no porque las recetas pertenezcan a la cocina de vanguardia. El propio Carlos III ha realizado una veto de ingredientes, entre los que ha destacado la ausencia del foie gras y los espárragos, que se encuentran fuera de temporada. ¿El motivo? El compromiso del rey del Reino Unido con el medioambiente.

Sus próximos dos días

La visita al palacio de Versalles no será el último acto que el matrimonio royal viva al lado del presidente francés y su esposa. En el día de mañana se trasladarán hasta Burdeos, una ciudad del suroeste del país, donde visitarán un viñedo ecológico y una sede de bomberos local. Así, la visita, que fue cancelada el pasado mes de marzo a causa de las revueltas que sufría la nación, transcurrirá con absoluta normalidad; hecho prometido por el Elíseo en un comunicado oficial.