La reina Letizia da un paso más en su agenda feminista: su trabajo contra la "peor forma de violencia sobre la mujer"

En la agenda de esta semana de la reina Letizia encontrábamos dos actos que se enmarcan dentro de esos intereses que ella misma ha querido incluir en su trabajo público. Uno, los premios Retina Eco, que reconocen los proyectos más destacados en la lucha por la sostenibilidad y contra el cambio climático, dos causas que ya se han afianzado en su hoja de ruta. El otro, ciertamente novedoso. Su asistencia, este jueves, al II Congreso Internacional de Trata de Seres Humanos, sobre estrategias para abolir la explotación sexual, que tiene lugar en Málaga.

Será la primera vez que, con su presencia, apoye este congreso en el que se trata un tema bastante sensible y que, al menos hasta hace unos años, no imaginaríamos en la agenda de una reina o una princesa. No es, en cambio, la primera vez que muestra su preocupación por la explotación sexual de forma pública. Pero hasta llegar aquí, el camino ha sido largo y han sido años de trabajo, reuniones, investigación y conversaciones. Un camino labrado piedra a piedra para construir, si se puede decir así, una agenda dedicada en su mayor parte a las causas que verdaderamente le inquietan.

En su caso, la preocupación por la explotación sexual y su implicación contra la violencia de género han ido de la mano. Dos 'charcos', si nos permiten la expresión, en los que se metió sin ningún pudor, dejando clara su posición como mujer y aprovechando su papel institucional para dar visibilidad a aquello que cree que lo merece. Lo hace con asociaciones, organizaciones, iniciativas e incluso con marcas de moda, que siempre experimentan un gran impulso gracias a las diferentes apariciones públicas para las que elige firmas españolas, que no son pocas.

Pero, como decimos, no es un tema en el que de repente se haya interesado y se haya incluido en su agenda de la noche a la mañana. Muy al contrario. Así nos lo confirman desde el propio Palacio de la Zarzuela, desde donde nos indican que su implicación contra la violencia de género comienza en 2013, siendo aún Princesa de Asturias y en un momento en el que el tema no estaba sobre la mesa en prácticamente ningún despacho de las royals europeas. Desde entonces, los actos y compromisos relacionados con este delicado asunto no han parado de crecer en la agenda anual.

Y con la explotación sexual, aunque se incorporó a su hoja de ruta algo más tarde, ha pasado lo mismo. "La trata de personas con fines de explotación sexual o laboral es, evidentemente, una (la peor) forma de violencia sobre la mujer y por eso la Reina ha querido dar su apoyo a entidades que luchan contra la trata", nos apuntan desde Casa Real. Por eso, no tardó mucho en incluir en su agenda actividades relacionadas con la trata de seres humanos. La primera fue en febrero de 2018, cuando mantuvo una reunión de trabajo en la Delegación del Gobierno para la Violencia sobre la Mujer gracias a la que pudo conocer la situación de la violencia de género en nuestro país.

La preocupación de la reina Letizia

A esa reunión asistió Rocío Mora, directora de APRAMP (Asociación para la Atención, Prevención y Reinserción de la Mujer Prostituida), que expuso la problemática de las mujeres víctimas de trata. Y, desde entonces, el contacto entre ambas ha sido estrecho, con encuentros en junio de ese mismo año (una premura que da idea de cuánto le inquieta este tema) y en marzo de 2020. Hablamos solo de citas públicas, ya que las privadas y el trabajo que hay en los diferentes despachos es mucho mayor.

Así nos lo contaba la propia Rocío Mora, directora de APRAMP, cuando vimos el gesto más claro de Letizia con respecto a su posicionamiento sobre este tema, en marzo de 2021. Y creánnos, que para los que seguimos el trabajo de la Reina es una fecha y un gesto difíciles de olvidar. Porque doña Letizia quiso lucir en un acto público un vestido diseñado por Ulises Mérida, pero confeccionado por mujeres de la asociación, un gesto más que significativo y que suponía un posicionamiento contundente. Era la guinda a un trayecto conjunto en el que siempre mostró su inquietud por las víctimas de trata y explotación sexual: "La Reina siempre se ha ocupado de ellas, se ha preocupado por entrevistarse con ellas, por conocer el proyecto de verdad. Y, sobre todo, se ha ocupado de esto sin tener que dar noticias a nadie", nos decía.

Pero también es importante que, además de ese trabajo silencioso, se visibilice la existencia y los problemas de las víctimas de la trata de seres humanos. De ahí que, como decíamos, las actividades públicas relacionadas hayan sido cada vez más frecuentes. De hecho, hay cifras: la implicación de la Reina en este ámbito se resume en 41 actividades en el mundo de la violencia de género y 19 en el de la trata con fines de explotación sexual o laboral. Este compromiso fue además reconocido con el Premio del Observatorio del Consejo General del Poder Judicial en mayo de 2019.

Llegamos así a 2022 y al I Congreso Internacional Sobre Trata de Seres Humanos. Días después de celebrarse, recibió a una representación de sus participantes, de diferentes ámbitos. Y lo hizo, además, vistiendo una blusa confeccionada por un taller de víctimas. Un año después, su lugar no estará en la Zarzuela durante la celebración del congreso, sino en primera fila, asistiendo a los diferentes debates y ponencias que tendrán lugar durante la jornada y en los que se abordarán cuestiones clave como la sensibilización de la sociedad, las estrategias de prevención y la necesidad de la cooperación internacional.

En ese sentido, desde Vanitatis hemos hablado con Betania, una asociación sin ánimo de lucro cuya misión es atender a cualquier persona que se encuentre en situación de exclusión social. Ellos son los organizadores del congreso al que acudirá la Reina. "Para Betania es un orgullo inmenso que Su Majestad sea la presidenta de este II Congreso Internacional Sobre Trata de Seres Humanos. Amplifica el mensaje que queremos transmitir, hace que nuestro trabajo diario se conozca mucho más y el camino que llevamos respecto a las mujeres víctimas", cuenta Begoña Arana, quien ganó el Premio Princesa de Girona hace unos años.