El rey Juan Carlos deja Galicia: los detalles de su visita y su declaración de intenciones

Este último viaje del rey don Juan Carlos a España es el primero de muchos más. La frase que más se escuchaba en Sanxenxo, como si de un mantra se tratara, tanto en el ambiente de regatas como en el institucional era "hay que normalizar sus visitas”. Y así ha sido. Este domingo posaba para la prensa en la entrega de trofeos que él mismo presidía y este lunes, al abandonar tierras gallegas, también bajaba la ventanilla del coche para hablar con los medios, algo que no hacía desde su primer viaje.

Como adelantó Vanitatis, a las 18:30 se celebraba la fiesta con la presencia de autoridades de instituciones públicas y militares que en las anteriores ocasiones no existió. Esta vez sí y de primera categoría.

Las interpretaciones fueron varias y la más común era que se había levantado el veto a la presencia real en Sanxenxo. Y efectivamente este domingo aparecían junto al Rey emérito el presidente de la Xunta, Alfonso Rueda, y el vicepresidente primero, Diego Calvo, entre otras figuras destacadas como el alcalde de la localidad, Telmo Martín.

Pero la razón de esta presencia era otra, como han explicado a Vanitatis: "Ademas de la regata Rey Juan Carlos, estaba también el trofeo Presidente Xunta de Galicia que engloba tres regatas. Una se celebró en Coruña, otra en Baiona y la tercera en Sanxenxo. Y este domingo se entregaban las copas. Habría resultado extraño y muy feo que Alfonso Rueda, como titular, no apareciera y lo mismo su vicepresidente. O que don Juan Carlos no apareciera".

La noche anterior hubo fiesta marinera. Pero no fue en tierra, sino en el mar, en un barco de pesca de la cofradía de Sanxenxo y con el patrón mayor de dicha cofradía como anfitrión. El monarca jubilado estuvo acompañado por la infanta Elena. En la cubierta donde habitualmente están las redes se colocaron unas mesas en las que se sirvió el menú compuesto por marisco, empanada, tortilla, pulpo y demás productos de la zona. El pescado se sirvió del mar a la mesa.

Compartieron con el ex jefe del Estado este encuentro marinero Pedro Campos y su mujer; César Elizaga; Alechu Retolaza, vicepresidente del club de yates de Baiona; el alcalde Telmo Martín; el patrón mayor de la cofradía, Sauro Martínez; el presidente de la Federacion Gallega de Vela, Manuel Villaverde, y pescadores de otras cofradías que viven del mar. Don Juan Carlos contaba a los comensales que estaba "feliz" de compartir con ellos esa cena tan especial.

Durante todo el fin de semana, se ha dejado ver en el club náutico, en el que los socios tenían información de las cenas organizadas con motivo de la competición y donde acudía acompañado de la infanta Elena. En el correo electrónico enviado se especificaba la importancia de la puntualidad y, sobre todo, de hacer la reserva con días de antelación. De esa manera, se controlaba el listado de nombres y DNI de los asistentes. Así se preservaba la seguridad del ex jefe del Estado. Muchos de los socios eran conocedores de la posibilidad de que el regatista real acudiera a cenar al club, como hizo el viernes. Una normalidad que ha marcado la diferencia con las anteriores visitas. Salvo en el primer viaje a Sanxenxo, donde se dejó ver en el recinto que preside su amigo y anfitrión Pedro Campos, en los otros dos no salió del chalé de Lalín.

Hay que recordar que el baño de multitudes que recibió de los ciudadanos de Sanxenxo en mayo del 2022 y el consiguiente revuelo mediático precedió a un encuentro con el rey Felipe en Zarzuela donde se marcaron las normas para las futuras visitas a Galicia: discreción y perfil bajo. Don Juan Carlos cumplió las reglas del juego que había pactado con su hijo, pero esta vez ha sido diferente. Ya tiene el plácet o, lo que es lo mismo, poder reconducir sus estancias en España. Y de nuevo el mantra que lanzan desde el entorno real: dar normalidad a sus visitas. De hecho, si no hay impedimentos de última hora, la próxima aparición del monarca será el 21 y 22 de octubre para participar en la Copa del Rey.

El domingo, como estaba previsto y como adelantó Vanitatis, se celebró la entrega de trofeos. A pesar de que los tripulantes del Bribón se convirtieron en los campeones de la Copa del Mundo en aguas de la isla de Wight, hace unas semanas, esta vez no hubo suerte y quedaron los quintos, con la tercera posición para la infanta Elena.

Y esta intención de dar normalidad a sus visitas tenía su demostración este lunes por la mañana, cuando el exmonarca abandonaba la casa de Pedro Campos para volver a Abu Dabi. Allí, no solo bajaba la ventanilla para saludar a la prensa, sino que a las preguntas de si le gustaría instalarse en nuestro país, contestó con un contundente "por supuesto".