Carlos III firma la paz con su hermano: el 'okupa' Andrés se quedará en su mansión

La situación de los inquilinos indeseados en las propiedades de la Corona parece haberse resuelto tras largos meses de tiras y aflojas. Primero se finiquitaba el desalojo de Harry y Meghan de su residencia de Frogmore Cottage, ahora la irregular situación del príncipe Andrés en su mansión de Royal Lodge también parece resuelta. Al menos de momento. Carlos III ha concedido a su hermano menor el permiso para permanecer indefinidamente en su residencia tras llegar a un acuerdo que hace pocas semanas parecía imposible.

El duque de York, caído en desgracia en los últimos años, ha obtenido un plazo de tiempo para asegurar al monarca que puede reunir los fondos necesarios para llevar a cabo las costosas reparaciones que tanto necesita la mansión real de 30 habitaciones. Los hijos de Isabel II llevaban enfrentados por esta cuestión desde que el rey sugirió a su hermano que se mudara de la enorme propiedad a una casa más pequeña de cuatro dormitorios en la finca de Windsor, precisamente la que han dejado vacía los Sussex.

Pero ahora al príncipe Andrés, que recibe una asignación anual de 290.000 euros, se le ha concedido una "suspensión de la ejecución" hasta que demuestre que puede hacer frente a una reforma que se estima en 2,3 millones de euros. También se ha revelado que el duque de York habría desembolsado más de 200.000 euros de su bolsillo para reparar el tejado durante el verano, lo que se ha descrito como un "pago provisional". Como curiosidad, Andrés aún comparte con su exesposa Sarah Ferguson la casa, a pesar de haberse divorciado hace 27 años.

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Fuentes del Palacio Real británico han confirmado que Carlos III y Andrés tuvieron una reunión privada en Balmoral a finales de agosto en la que se discutieron estos y otros problemas. Un amigo del duque que cita el diario 'The Mirror' sugiere que ha habido un "acercamiento en las relaciones" entre ambos hermanos. El hecho de que el príncipe Guillermo le llevara y trajera de la iglesia durante la estancia de la familia animó aún más a Andrés, lo que representa una posible bienvenida a este hijo pródigo.

Algunas fuentes han sugerido que fue Carlos III el que dijo a su hijo que diera una muestra de unidad familiar y llevara a su tío al servicio dominical de la iglesia de Crathie Kirk, a pesar de que el monarca y su heredero fueron los principales impulsores de su salida como miembro en activo de la familia real. El duque se vio obligado a renunciar a sus deberes después de su polémica entrevista en el programa 'Newsnight' de la BBC en noviembre de 2019, en la que no se disculpó por su relación con el difunto pedófilo Jeffrey Epstein.

Desde entonces, sus intentos de volver a la realeza se han visto frustrados por Carlos y Guillermo, que, al parecer, están de acuerdo en que no desempeñe papel alguno para la Corona. Las finanzas del exmarido de Sarah Ferguson también han quedado muy dañadas después de que se viera obligado a pagar 12,5 millones de euros a Virginia Giuffre, para evitar ir a juicio por un caso de presunta agresión sexual.

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Lucía Molina

Según añade esa fuente cercana a él en el diario inglés, "la postura de Andrés ha dado sus frutos. Ha rechazado todos los intentos del Rey de abandonar su casa, se ha atrincherado y el Rey ha cedido y ha concedido una suspensión de la ejecución. Él está de acuerdo en que la propiedad necesita reparaciones, por lo que ya ha pagado más de 200.000 euros recientemente para arreglar el tejado y ha dicho que hará las renovaciones necesarias adicionales".

De momento, el príncipe Andrés no ha divulgado cómo piensa sufragar los gastos de las reparaciones, aunque se asume que lo haría con parte de la herencia que recibió tras la muerte de Isabel II, cuya cuantía total se desconoce. Otras informaciones aseguran que la mansión, en la que el duque reside desde 2004, estaría reservada para los príncipes de Gales y sus tres hijos después de su traslado a Windsor el verano pasado. Actualmente, los cinco residen en Adelaide Cottage, una casa de cuatro dormitorios que se presume demasiado pequeña para las necesidades de la familia.

Mientras tanto, el príncipe Andrés se mantiene firme y se remite al contrato de arrendamiento de 75 años por 1,2 millones de euros, así como los cerca de 8 millones que habría invertido en reparar y renovar la propiedad durante los últimos veinte años. Fergie, que ha defendido públicamente a su exmarido durante los últimos meses en los actos de promoción de su última novela, 'A Most Intriguing Lady', incluso se ha ofrecido a ayudarle económicamente.