El segundo vestido de novia de María Francisca de Portugal: minimalista y estilo Meghan Markle

Lo que se vivió el sábado 7 de octubre en Portugal fue una jornada histórica. Hacía nada más y nada menos que 28 años que no se celebraba una boda real en el país vecino. Un acontecimiento de gran envergadura e importancia social que se dejó sentir en las calles y en las inmediaciones del Palacio Nacional de Mafra con una multitud congregada a las puertas para ver el desfile de royals y, cómo no, contemplar a la joven María Francisca de Portugal vestida de novia.

La protagonista de la jornada en Lisboa llegó treinta minutos más tarde de la hora fijada, en coche de caballos y acompañada de su padre, Duarte Pío. En el altar de la basílica le esperaba un nervioso Duarte de Sousa. La duquesa de Coimbra y el abogado anunciaron su compromiso matrimonial en diciembre de 2022, y diez meses después se convirtieron en marido y mujer.

Para su boda, María Francisca confió en la modista Luzia do Nascimento, vinculada a la familia real portuguesa desde hace años. En realidad, la diseñadora creó los dos trajes nupciales que la duquesa de Coimbra lució. Uno para la ceremonia "más pesado porque va con capas" y otro más ligero para el baile, así nos lo avanzó en unas declaraciones que la novia ofreció unos días antes del enlace a la agencia EFE.

Clásico y dotado de un patrón arquitectónico, lo que no esperábamos es que la joven lusa se inspirase en el vestido nupcial de Letizia para su boda con el príncipe Felipe hace ya 19 años. El de la por entonces experiodista fue creado por el maestro Pertegaz, y aunque han pasado casi dos décadas, su atemporalidad lo hace idóneo para inspirar a otras novias años después. Sonado fue el caso de Tamara Falcó el 8 de julio de este año y ahora el de María Francisca.

Del vestido de Letizia tomó prestada la forma del cuello y el escote, las mangas y hasta la estructura general del diseño. Cambiaba el tejido, el de la hija del duque de Braganza estaba confeccionado en un mikado blanco sin ornamentaciones ni bordados como incluyó el de la mujer de Felipe VI en su momento. Con una manga larga a medio camino, los hombros del traje estaban marcados y elevados, gracias al uso de hombreras. Un cuello alto tipo chimenea con escote en V completa la parte superior del vestido ideado por Luzia do Nascimento. Ajustado en la cintura, de ahí brota una falda en línea A con cola. La novia llegó a la basílica velada, es decir, con un velo de tul muy fino cubriendo el rostro y dejando entre ver una de las grandes piezas del look, la tiara.

Inspiración Letizia para el primer vestido y una sorpresa aún mayor, inspiración Meghan Markle para el segundo traje de novia que María Francisca llevó en la cena y la fiesta posteriores a la ceremonia religiosa.

Con ciertas similitudes respecto al diseño de Stella McCartney que la duquesa de Sussex lució en la recepción de Frogmore House ofrecida por el entonces príncipe Carlos y padre del novio con motivo de las nupcias del príncipe Harry, el segundo vestido de novia de la joven portuguesa cierra el círculo y nos lleva a una conclusión: las otras novias de la realeza han sido su fuente de inspiración.

Más cómoda y juvenil, sin velo, ni cola, la duquesa de Coimbra apostó por un modelo confeccionado en crepé de color blanco impoluto, cuello halter decorado con pedrería y cristales, sin mangas y con las sisas caídas, patrón suelto y falda con un ligero vuelo. La única diferencia con el traje que llevó Meghan Markle apunta a la espalda del vestido: en este caso no está descubierta y prescinde del gran escote que, en su momento, llamó la atención a las puertas del castillo de Windsor.

María Francisca mantuvo los zapatos de salón forrado en satén blanco con una tira en la pala, aunque cambió el peinado, de recogido en un moño a semirrecogido con ondas, y las joyas, sin tiara y con unos pendientes en tamaño XL.