Las primeras horas de Froilán en Madrid antes de asistir a la fiesta de su prima Leonor

Froilán llegó el sábado en vuelo regular desde Abu Dabi a Madrid. A diferencia de otras ocasiones, en las que ha acompañado a su abuelo don Juan Carlos en el avión privado, esta vez ha preferido adelantarse. La idea principal de interrumpir su vida laboral era acudir el martes a la reunión familiar, con motivo de la mayoría de edad de su prima la Princesa de Asturias.

Una cita que ya estaba prevista en su calendario, una vez que la infanta Elena recibió la convocatoria para que acudieran ella y su familia directa. A pesar de los comentarios en programas de televisión, la convocatoria no es institucional, pero sí cuenta con unos protocolos profesionales.

Al igual que los Urdangarin Borbón, los Marichalar estaban informados a través de su unidad familiar. Ni desterrados ni olvidados.

En el caso de la hija de la infanta Elena y sus vacaciones prenavideñas con su grupo de amigos, para ver torear a Roca Rey, estas estaban cerradas hace tiempo. Incluso parece que esta vez no se ha tratado de un viaje promocional, sino que cada uno se pagaba lo suyo. Al menos, parte de la pandilla. Teniendo en cuenta que no es cierto que los reyes Felipe y Letizia marquen una línea roja con los primos, hay que recordar que durante los primeros años había fiesta de pijamas, tanto en el palacio de la Zarzuela como en el Pabellón del Príncipe.

No había duda, por tanto, de la participación de los primos Urdangarin y Marichalar en la cena de El Pardo, tal y como informó Vanitatis.

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Como deciamos, Froilán llegó el sábado y ofreció, ante la prensa, un talante muy diferente al de hace tiempo. El programa 'Fiesta' mostró el domingo ese cambio de actitud. Amable y hablador, el joven no se escondió bajo una capucha, sino que llegó a dar conversación a los reporteros. Además, comenzó su agenda lúdica sin las estridencias de tiempos pasados.

Pizzas y tranquilidad

El sábado se encontró con su madre. Su padre, Jaime Marichalar, se halla estos días en Nueva York. Allí está realizando una visita habitual a su médico, Valentín Fuster, quien fue a la vez su ángel de la guarda y su Pepito Grillo.

Una vez cumplimentada su agenda familiar, y al enterarse de que su hermana tenía otros planes en Lima, Froilán se fue con sus amigos. No hubo discoteca ni after el sábado. El domingo se levantó temprano para lo que era habitual antes de instalarse en Abu Dabi y se fue con sus amigos.

A las doce de la mañana estaba comprando unas pizzas en el supermercado Dia del barrio de Chamberí para comer en casa de un amigo que vive en la zona. Que se sepa, tampoco hubo salida nocturna.