De la emoción de Carlos III a los guiños de Kate a Isabel II: las mejores fotos del fin de semana

Era una de las citas imprescindibles en la agenda de Isabel II y sigue siéndolo, al parecer, para su hijo y heredero, Carlos III, quien por segundo año consecutivo ha liderado como rey los distintos actos del fin de semana del Recuerdo. El 11 de noviembre de 1918 los líderes de los países involucrados en la Primera Guerra Mundial pusieron fin a algo más cuatro años de conflicto. La Gran Guerra se había cobrado la vida de más de 20 millones de personas y había escrito una herida en la historia europea difícil de olvidar. Por eso el fin de semana más cercano a esa fecha se conmemora esa fecha y jefes de Estado, veteranos, civiles y militares honran la memoria de todos los que han caído defendiendo su país.

En Reino Unido tuvo lugar el sábado el tradicional Festival de la Memoria en el Royal Albert Hall de Londres, organizado por la Real Legión Británica. Este año la gala, conducida por la periodista Claire Balding, estaba dedicada a homenajear a los dos millones de militares que sirvieron en los años de la posguerra. Este 2023, precisamente, se cumplen 70 años desde que terminaron los combates en la Guerra de Corea (1950-1953). En ese conflicto, las fuerzas británicas y de la Commonwealth respondieron a la llamada de la ONU para apoyar a Corea del Sur, que había sido invadida por su vecino del norte. En total, sirvieron cerca de 81.000 miembros de las fuerzas armadas británicas, con un resultado nefasto: perecieron 1.100 soldados británicos y 2.500 resultaron heridos.

En el concierto pudimos ver a la familia real británica prácticamente al completo. Kate Middleton lució un vestido negro con cuello caja y el pelo suelto peinado con ondas. Hizo un guiño a la reina Isabel II al lucir un soberbio collar de perlas que perteneció a la añorada soberana. Más sofisticada iba Sofía de Wessex, con un vestido de terciopelo con mangas en red. En la solapa, todos ellos lucieron la tradicional amapola que recuerda el poema de John McCrae, inspirado en las amapolas que crecían entre las tumbas en los campos de Flandes.

Entre los invitados al concierto del Royal Albert Hall también se pudo ver al primer ministro, Rishi Sunak, con su mujer Akshata Murthy. En el palco de gala, además de los reyes Carlos y Camilla, estuvieron los príncipes de Gales, los duques de Edimburgo, los duques de Gloucester y la princesa Ana con sir Tim Laurence.

El domingo volvimos a ver a la familia en el tradicional servicio en el Cenotafio de Londres, el monumento a los caídos más sagrado de toda Gran Bretaña. La ciudad ha estado blindada este fin de semana porque a los actos del Recuerdo se unía una multitudinaria marcha propalestina que recorrió las calles de Londres durante el sábado, con manifestantes llegados de todos los puntos del reino.

Pese a todo, no hubo problemas, y la ceremonia discurrió con la solemnidad que cabría esperar. En torno a las once de la mañana, hora local, veteranos, familiares, miembros de las fuerzas armadas y hasta 10.000 personas, según algunas estimaciones, participaron en el desfile hacia el Cenotafio y la ofrenda de coronas de flores a los pies del monumento a los caídos.

El servicio estuvo encabezado por el rey Carlos III, el príncipe Guillermo, el duque de Edimburgo y la princesa Ana. Mientras, la reina Camilla, la princesa Kate y otros miembros de la familia real observaban desde el balcón del Ministerio de Asuntos Exteriores. Los miembros de la familia real, políticos de alto nivel y dignatarios depositaron ofrendas florales a los pies del monumento de Whitehall. Miles de veteranos, personal del ejército y familiares de los caídos participaron también en este acto de homenaje.

Los actos comenzaron poco antes de las 11 de la mañana del domingo, hora local, después de dos minutos de escrupuloso silencio solo roto por el sonido de los helicópteros que sobrevolaban Londres. Tras él empezaron a colocarse a los pies del Cenotafio las tradicionales coronas de amapolas con las que se rinde homenaje a los caídos en este Día del Recuerdo. Cuando terminaron, se leyeron unas emotivas palabras para recordar el sacrificio de aquellos que lucharon por la paz de hoy. Las tradicionales gaitas escocesas pusieron fin a la ceremonia.

Este año por primera vez participaban en el desfile los veteranos de las pruebas nucleares, quienes lucían una medalla en reconocimiento a su contribución. Después de 70 años de espera, aquellos expuestos a los efectos de las bombas nucleares durante el programa de pruebas del Reino Unido pudieron lucir una medalla que representa un átomo rodeado de ramas de olivo.

La esposa del príncipe Guillermo, con gesto muy serio y acompañada por la reina Camilla, participó en el servicio desde el citado balcón del Ministerio de Asuntos Exteriores. Siempre de luto, como corresponde, todo el protagonismo de su look recayó en dos detalles. Por un lado, las tradicionales amapolas en la solapa. Por otro, los pendientes, un nuevo homenaje a Isabel II. Se trata de unos pendientes que la fallecida soberana lució en una reunión de Jefes de Gobierno de la Commonwealth en Nigeria en 2003 y que parecen hacer juego con un broche de diamantes y hojas de perlas que sí usó más a menudo.

La esposa del príncipe Guillermo lució un abrigo vestido de estilo militar en negro de Catherine Walker, una de sus firmas de cabecera. No era la primera vez que lo llevaba. Curiosamente, la chaqueta era muy similar a la lucida por Suella Braverman, la controvertida ministra del Interior (y otra protagonista de la jornada) en la misma ceremonia. Remataba su look con un gran tocado y guantes.

Desde el balcón, las damas pudieron ver cómo el rey depositaba una gran corona de flores a los pies del Cenotafio, escoltado por el príncipe de Gales (que lucía su capa de oficial de los Blues and Royals, con el rango de teniente coronel), la princesa Ana y el duque de Edimburgo. Con ellas también estuvieron la duquesa de Edimburgo, el vicealmirante Sir Tim Laurence y los duques de Gloucester. Se echó de menos tanto en este acto como en el concierto del día anterior al duque de Kent, de 88 años, que tiene problemas de movilidad.