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Los príncipes, sus amantes y sus amigas especiales: de Carlos III a Federico de Dinamarca
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Los príncipes, sus amantes y sus amigas especiales: de Carlos III a Federico de Dinamarca

Echando la vista atrás, las infidelidades forman parte de la vida cotidiana de la realeza y su descendencia directa

Foto: El rey Juan Carlos y la reina Sofía, con Federico y Mary de Dinamarca. (EFE)
El rey Juan Carlos y la reina Sofía, con Federico y Mary de Dinamarca. (EFE)

Federico de Dinamarca ha sido (por ahora) el último príncipe en abrir la caja de los truenos y actualizar su manera de entender el matrimonio. Su escapada a Madrid, donde ha compartido paseo por El Retiro, visitas a museos y cena en el Corral de la Morería, demuestran la excepcionalidad de su amistad con Genoveva Casanova.

Si son algo más, el tiempo lo dirá. Por ahora lo que sí está claro es el lío que las andanzas madrileñas del heredero ha dado de sí. Y no solo en España y Dinamarca, sino en los medios de otros países, donde la actitud del futuro rey es, cuanto menos, sorprendente.

Foto: Genoveva Casanova en un evento pasado de Aquazzura en Madrid. (CP)

Este periplo vacacional con avión privado de ida y vuelta y aparentemente secreto ha servido para hacer el cronograma de las amistades especiales del hijo de la reina Margarita. Algunas de ellas, antes del matrimonio y recuperadas después, como los propios medios de Dinamarca han actualizado. Si algunas forman parte del organigrama amoroso ya siendo un hombre casado, es un tema difícil de procesar para Mary Donaldson.

placeholder Federico y Mary de Dinamarca. (EFE/Juanjo Martin)
Federico y Mary de Dinamarca. (EFE/Juanjo Martin)

El ‘Genovevagate’ es otra historia que por ahora parece no afectar a sus vidas y sí en cambio a la existencia de la mexicana, que se ha llevado la peor parte mediática. Ha tenido que convertirse en ciudadana errante sin que por ahora sepamos cuándo y cómo tiene intención de retomar su vida cotidiana. La única referencia de su ubicación son sus perros, que permanecen en el palacio de Arbaizenea (San Sebastián) y especialmente contentos de tener un jardín de veinte mil metros cuadrados para ellos solos. Hacer guardia a las mascotas es, por ahora, la única posibilidad de encontrar a la dueña.

Echando la vista atrás, las infidelidades forman parte de la vida cotidiana de la realeza y su descendencia directa, aunque no imagino a Kate Middleton aceptando tres en su relación, como sí le sucedió a su suegra. Tampoco a las futuras princesas herederas europeas, que han visto en casa lo mucho que sufren las madres o las abuelas por los disfrutes de sus maridos o padres.

Esta sería ya otra historia y por lo tanto volvemos a la actualidad. Uno de los grandes escándalos fue el de Alberto II de Bélgica, con una lista importante de ilusiones varias y con una hija extramatrimonial que no tuvo más remedio que reconocer después de un largo proceso judicial. Delphine Boël, a sus 40 años, se convirtió en la cuarta hija con derecho a la futura herencia y con acceso a la vida palaciega.

placeholder Delphine Boël, junto a Alberto II y Paola de Bélgica. (EFE)
Delphine Boël, junto a Alberto II y Paola de Bélgica. (EFE)

El duque de Edimburgo, marido de la reina Isabel, tuvo alternancias amorosas que eran conocidas por la regia esposa, que llegó a decir: “No pido fidelidad (a su marido), sino lealtad”. Y así fue hasta que falleció en abril del 2021. Su 'amiga especial', Lady Penny Brabourne, con la que se le fotografió en muchas ocasiones, tuvo acceso al funeral de Estado de duque. En la quinta entrega de ‘The Crown’ aparece como la gran confidente, un eufemismo parecido al que se utilizaba con el príncipe de Gales, hoy convertido en Carlos III, cuando aún era un hombre soltero. Después, ya fue la propia Lady Di la que señaló que “en nuestro matrimonio éramos tres”. La muerte de Diana facilitó la vida amorosa del monarca. La boda y la coronación hicieron de Camila Parker Bowles la única historia de amantes con final oficial.

placeholder Carlos de Inglaterra y Lady Di, en una imagen de archivo. (EFE/Laszlo Varga Hungary)
Carlos de Inglaterra y Lady Di, en una imagen de archivo. (EFE/Laszlo Varga Hungary)

No ha sido así con el Rey emérito. Sus complicaciones legales comenzaron, como suele suceder, por dinero. Los famosos 65 millones que Corinna Larsen aseguraba que eran un “regalo” de don Juan Carlos se convirtieron en la punta del iceberg de una trama que como vimos acabó muy mal. Las conversaciones grabadas y distribuidas tiempo después por la interesada fueron piezas clave para la justicia suiza, que comenzó su investigación con el resultado de un tsunami para el monarca jubilado. Era la primera vez que una de las muchas relaciones extramatrimoniales que tuvo el padre de Felipe VI le colocaba en una situación judicial. Hasta ahora, las amantes de los royal callaban salvo que hubiera que reconocer a 'hijos del amor', como ha sido, en muchas ocasiones, los descendientes de la nobleza y realeza.

placeholder El rey Juan Carlos y Corinna, en una imagen de archivo.(EFE)
El rey Juan Carlos y Corinna, en una imagen de archivo.(EFE)

Retomando el ‘Fredericgate’ de Dinamarca, por ahora las aguas están tranquilas. La reina Margarita tomó las riendas y hasta es posible que efectivamente no quisiera pagar el cuarto de millón de euros por las fotos de su hijo entrando y saliendo del domicilio de Genoveva Casanova. Una teoría explicada por Federico Jiménez Losantos en 'La crónica rosa' de Es Radio y que dibujaba un pasado y presente golfo del heredero del que la madre estaba harta.

Federico de Dinamarca ha sido (por ahora) el último príncipe en abrir la caja de los truenos y actualizar su manera de entender el matrimonio. Su escapada a Madrid, donde ha compartido paseo por El Retiro, visitas a museos y cena en el Corral de la Morería, demuestran la excepcionalidad de su amistad con Genoveva Casanova.

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