Lukas, el hijo del príncipe búlgaro, renuncia a su plaza de psiquiatría en Extremadura

La pasión por la medicina corre por las venas de la familia de Kubrat Sajonia-Coburgo y Carla Royo-Villanova. El tercer hijo de Simeón, el último zar de Bulgaria, y de Margarita Gómez-Acebo se licenció en Medicina y Cirugía en la Universidad de Navarra en 1990, mismo centro educativo y misma especialidad que escogería muchos años después su primogénito, Mirko. En 2021, también su segundo hijo, Lukas Sajonia-Coburgo, se licenció en Pamplona, pero en su caso optando por la rama de la Psiquiatría.

Orgullosa, su madre posaba junto a él con motivo de su graduación y le dedicaba un bonito mensaje. "Gracias a la Universidad de Navarra, a todo su magnífico profesorado y a todos los que con vuestro esfuerzo y creatividad habéis conseguido que esta LXII promoción sea inolvidable. Los recién graduados se llevan un gran aprendizaje pero también grandes amigos para toda la vida", escribía aquella emotiva jornada. El joven, por su parte, elegía una frase de Séneca para celebrar la noticia: "Nadie puede tener todo lo que desea. Sí podemos no desear lo que no tenemos y disfrutar con alegría de lo que tenemos".

Poco después, Lukas consiguió una de las plazas que ofertaba el Ministerio de Sanidad para poder comenzar su trayectoria profesional en la sanidad pública española y arrancó un nuevo capítulo de su vida con la realización del MIR (médico interno residente) de psiquiatría en el Servicio Extremeño de Salud, concretamente en el hospital Virgen del Puerto de Plasencia. Pero ahora, según publica el diario 'Hoy', el joven ha decidido de forma inesperada renunciar a esa plaza tras solo cinco meses allí.

En declaraciones al periódico extremeño, el joven miembro de la familia real búlgara reconoce haberlo hecho "por una decisión personal" ya que, pese a que empezó "muy ilusionado", con el paso del tiempo se fue "desanimando" tras reconocer que no llegó a integrarse socialmente. Entre las razones para esa desmotivación, Lukas cita "el sentimiento de que había demasiadas miradas puestas en mí", que achaca quizás a su "extravagancia en el modo de vestir, más formal de lo habitual", algo que en su opinión no ayudó a su integración.

El calor extremeño, la distancia a la capital y la poca integración con su entorno hicieron que finalmente tomara la difícil decisión de volver a Madrid a reintegrarse en su círculo social. Eso sí, admite que echa de menos al hospital y la gente que conoció allí.

El nieto del zar Simeón II de Bulgaria, país que es una república desde el año 1946 y cuya familia real está muy enraizada con España, tiene, no obstante, tan solo buenas palabras para la que ha sido su ciudad de acogida. "Plasencia es una ciudad preciosa, con gente muy alegre y jovial, me ha encantado conocer esa zona de Extremadura, me gustaba mucho coger la moto o el coche y conocer sitios, y en el hospital hay profesionales buenísimos, pero se dieron una serie de circunstancias personales que me llevaron a tomar la dura decisión de renunciar".

Ha elegido quedarse con la parte buena de su estancia en Extramadura. El nieto del rey Simeón también destaca "la ilusión" con la que ha afrontado su residencia "desde el primer día", "el interés por aprender" que siempre ha manifestado "y la empatía con compañeros y pacientes". "Porque defectos tendré, pero la empatía y ser una persona abierta creo que no se me puede discutir".

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A sus 27 años, el joven doctor ya está de regreso en Madrid, donde ahora prepara el que será su tercer examen MIR: "Yo esperaba quedar entre el puesto 1.500 y el 2.000, porque había estudiado mucho y era ya mi segunda oposición, pero el examen coincidió con una mala semana y finalmente quedé en torno a la posición 6.500. Eso hizo que ya no hubiera plazas libres en Madrid ni tampoco en otros destinos que eran mis preferidos".

Sobre cómo puede afectar esta decisión a su futuro profesional, en el que no descarta optar ahora por la rama de la neurología, Lukas es consciente de que puede tener consecuencias importantes. "Soy consciente de que renunciar al MIR es jugar al black jack con mi carrera, porque igual ya no vuelvo a conseguir una plaza en psiquiatría, pero quiero pedirle a la vida otra oportunidad", es su reflexión.

Mientras Lukas se plantea ahora cómo encauzar de nuevo su vida laboral, su hermano Mirko, que un día heredará el título de príncipe de Panagiuristhe, lleva ya varios años ocupando una plaza en el Departamento de Cirugía General y del Aparato Digestivo del Hospital Clínico San Carlos de Madrid. El tercero de los hermanos, Tirso, se ha alejado de la tradición familiar para optar por la física, una carrera que ya han estudiado varios miembros de la familia, como su tío Kyril o su primo Beltrán, segundo hijo de Kardam y Miriam de Ungría.

Junto a sus padres, los tres jóvenes estuvieron presentes hace pocos días en la celebración familiar que tuvo lugar en el palacio de El Pardo por el 18 cumpleaños de la princesa Leonor.