Mary de Dinamarca vuelve a blindarse ante la prensa en su nueva reaparición en solitario

Cuando, tan solo unas horas después de que se publicaran las fotos de portada de Federico de Dinamarca y Genoveva Casanova en Madrid, él y su esposa Mary hacían su primera aparición conjunta acompañados de los Reyes de España, era palpable la tensión en su lenguaje corporal. Desde entonces, el matrimonio ha preferido separar discretamente sus caminos, al menos en lo que a actos oficiales se refiere, mientras las aguas vuelven poco a poco a su cauce.

Pese a que Federico y Mary siguen mostrando un frente unido, con planes ya anunciados y bienvenidos para celebrar la Navidad en compañía de toda su familia, incluidos los príncipes Joaquín y Marie, lo cierto es que en su agenda no figura ninguna cita conjunta de aquí al 1 de enero. Mientras tanto, hemos podido ver de nuevo a la australiana lucir la mejor de sus sonrisas en su reaparición, que además ha supuesto una festiva celebración adelantada.

Blindada una vez más ante los medios de comunicación, para evitar quizá preguntas incómodas, Mary invitó a los socios de su fundación al palacio de Federico VIII en Amalienborg para una recepción navideña en la que les agradeció su trabajo y su cooperación durante todo el año. Con ellos brindó y compartió unas horas de conversación en un entorno ya decorado para las inminentes fiestas.

La princesa heredera lleva presidiendo la Fundación Mary desde su creación en 2007 y tiene como objetivo luchar contra el aislamiento social. Para esta ocasión, la royal optó por un favorecedor conjunto de americana y pantalón en terciopelo firmado por la marca británica Temperley London, que ya había estrenado el año pasado, y que tiene un precio conjunto de 1.150 euros.

Esta reaparición en público de Mary se producía al mismo tiempo prácticamente que se emitía en la televisión danesa su aparición en un programa especial que llevaba por título 'La naturaleza y nuestra mente: La princesa heredera en el Mar del Norte'. En él, la australiana ha conversado con tres daneses "que lo han pasado mal y han utilizado la naturaleza para crear paz y equilibrio en sus vidas", según explica la Casa Real en sus redes sociales.

"La princesa Mary ha elegido que se encuentren en algún lugar de la naturaleza danesa que puede ser a la vez salvaje y tranquilo, al igual que nuestras mentes. Ese lugar es el Mar del Norte, que fue uno de los primeros encuentros de la princesa heredera con la naturaleza danesa cuando llegó al país", comentaba el canal DR sobre la especial importancia de este rincón del norte de Europa para la royal, muy implicada desde hace años en la defensa de la salud mental.

Poco después de mostrarnos a una Mary más natural y cercana que nunca, la Casa Real danesa abría en Instagram la primera ventana de su tradicional calendario de Adviento digital para enseñarnos unas entrañables imágenes del hijo de Federico y Mary, el príncipe Vincent, ayudando a hornear unas rodajas de manzana que precisamente fueron degustadas por los invitados a la recepción de su madre.

El plato que cocina con destreza el joven royal se conoce como æbleskiver y son unas 'frutas de sartén' tradicionales danesas que tienen una distintiva forma esférica y son sólidas pero ligeras y esponjosas. En el país escandinavo es típico comerlas antes de Navidad, normalmente acompañadas de gløgg, un típico vino caliente.