Mohamed VI inicia en Abu Dabi sus primeras vacaciones desde el terremoto de Marruecos
El monarca alauí no quiere volver, por ahora, a Gabón, donde su amigo Ali Bongo fue derrocado por los militares, ni a Francia, con cuyo presidente, Macron, persisten tensiones
Un día de trabajo y, a continuación, el inicio de unas largas vacaciones. El rey Mohamed VI de Marruecos efectuó el lunes 4 una visita de trabajo a Abu Dabi, la capital de los Emiratos Árabes Unidos (EAU). Fue su primer desplazamiento oficial al extranjero desde hace cinco años.
Allí fue recibido con gran pompa con su comitiva real escoltada por un escuadrón de jinetes, mientras retumbaba una salva de 21 cañonazos. Mohammed VI y el Jeque Mohamed Ben Zayed Al Nahyane, presidente de los EAU, suscribieron un memorándum de entendimiento y conversaron mano a mano sobre “las históricas relaciones fraternales entre ambos países (...) así como asuntos regionales e internacionales de interés común”, según la versión oficial.
Al cabo de unas horas concluyó la visita oficial, pero empezó otra. “Mohamed VI ha decidido quedarse unos días más en ese país amigo y aliado para una estancia privada cuya duración no ha sido determinada”, según anunció el martes el diario digital marroquí 'Maghreb-Intelligence'. Las “estancias privadas”, como las describe la prensa oficialista marroquí, consisten, en realidad, en unas vacaciones. Es probable que Abu Dabi solo sea la primera etapa de un periplo vacacional que llevará al monarca después a India, donde ya estuvo en 2001 y 2015, en visitas de trabajo y de recreo.
El soberano alauí llevaba casi tres meses, desde el sábado 9 de septiembre, sin pisar el extranjero. Ese día se vio obligado a interrumpir sus vacaciones en París para regresar a Marruecos, asolado por un terremoto que causó oficialmente 2.946 muertos y 6.125 heridos. Tardó 19 horas en volver.
Abu Dabi es un destino atípico para unas vacaciones reales. Sus dos lugares tradicionales de ocio y descanso fuera de Marruecos eran hasta ahora Francia, donde posee un castillo en Betz y un palacete cerca de la Torre Eiffel, y Gabón, donde cuenta con una residencia al borde del mar en Pointe Denis, en el estuario de Komo.
A Gabón ha decidido no regresar tras el derrocamiento de su amigo, el presidente Ali Bongo, el 30 de agosto pasado por un grupo de militares golpistas. A Francia, su destino favorito, tampoco quiere volver por ahora porque aunque la relación es menos tensa en estas últimas semanas, no tiene la cordialidad de antaño.
El punto álgido del choque franco-marroquí se alcanzó a principios de septiembre. El Ministerio del Interior marroquí rechazó la ayuda ofrecida por Francia tras el terremoto mientras sí aceptó, por ejemplo, la de España y la del Reino Unido, este último país con muchos menos vínculos con Marruecos que la antigua metrópoli.
La prensa afín al poder en Marruecos insultó y propagó además infundios sobre el presidente Emmanuel Macron. “No solo Macron parece un homosexual vergonzoso, sino que además mantiene, al parecer, una relación extraconyugal, pese a estar casado con Brigitte, 24 años mayor que él, y ella alberga dudas sobre la orientación sexual de su marido”, escribió el diario 'Le 360', propiedad de Mounir Majidi, secretario particular del rey, según sostienen periodistas marroquíes en el exilio.
La entrevista de Mohamed VI con el jeque Mohammed Ben Zayed es algo excepcional porque el monarca no se suele reunir con personalidades extranjeras. Al presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, le hubiese gustado viajar a Marruecos poco después de su investidura, el 16 de noviembre. Quería, sin embargo, tener garantías de que esta vez sí sería recibido por el soberano a diferencia de lo que sucedió en febrero de este año, cuando se celebró en Rabat la cumbre hispano-marroquí. Desde el palacio real no se las dieron y, por ahora, no hay visita.
El monarca, que estaba en febrero pasado de vacaciones en Gabón, no regresó a su reino para conceder una audiencia a Sánchez. Para compensar este plantón, el soberano alauí anunció que cursaría más tarde una invitación personal a Sánchez para que viniese a verle, según anunció el 1 de febrero el ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel Albares. Transcurridos más de 10 meses, esa invitación no ha llegado a La Moncloa.
Ese mismo mes de febrero, Mohamed VI canceló una visita de trabajo a Senegal, donde había sido invitado por el presidente Macky Sall. El rey seguía entonces en Gabón, pero el 22 de febrero por la tarde, tan solo horas antes de su desplazamiento, un comunicado de la Casa Real anunció que estaba aquejado de una gripe y no viajaría a Dakar.
Para ausentarse de la cumbre de jefes de Estado del mundo islámico, que se celebró en Riad el 11 de febrero, Mohamed VI no dio ningún pretexto. La reunión estuvo dedicada a debatir sobre la guerra entre Israel y los palestinos y la presencia del rey hubiese estado más que indicada porque preside el Comité Al Qods, encargado de velar por la protección de los lugares santos del islam en Jerusalén.
Aziz Akhnnouch, el jefe del Gobierno marroquí, representó al rey en esa cita y pronunció un discurso en su nombre. En él denunció “la flagrante agresión contra civiles desarmados” perpetrada por Israel, un país con el que Marruecos ha establecido una estrecha relación desde diciembre de 2020. Hizo a continuación un “llamamiento al despertar de la conciencia humana para poner fin a la matanza de vidas humanas (...)”.
Hacía 34 días que había estallado la guerra en Oriente Próximo y fue la primera vez que el monarca abordó el tema. A principios de octubre y de noviembre pronunció sendos discursos en Rabat ante el Parlamento y por televisión y en ninguno mencionó la guerra.
Un día de trabajo y, a continuación, el inicio de unas largas vacaciones. El rey Mohamed VI de Marruecos efectuó el lunes 4 una visita de trabajo a Abu Dabi, la capital de los Emiratos Árabes Unidos (EAU). Fue su primer desplazamiento oficial al extranjero desde hace cinco años.
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